Los
populistas de un lado y del otro, los independentistas de aquí, de allá y de
más allá, el bréxit y el pirao de Jhonson, el impresentable de Trump, el
sibilino de Putin, el silencioso Xi Jinping, y unos cuantos individuos más a los que
habría que dar de comer aparte, pero que comen con todos y más que todos, son
la tormenta que se cierne sobre la Unión Europea; creo yo.
Esto
es lo que se me ocurrió cuando vi la bandera de la Unión ondeando bajo un cielo
de tormenta.
El
problema es que no sé si tenemos refugio donde guarecernos o chubasquero para
aguantarla al raso. No lo sé.
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