FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

viernes, 1 de noviembre de 2013

No todo el oro reluce, ni es oro todo lo que reluce.

¿Por qué no? Se le ve en paz.
El día de Todos los Santos, identificado popularmente con el recuerdo de los muertos y las visitas a los cementerios, tiene, creo yo, otra dimensión que normalmente no contemplamos, y que a mi me gusta mucho más porque la veo más honda, con consecuencias.
La Iglesia, hace ya muchos siglos, sí que la contempló, y pienso que fue precisamente esta dimensión la que le llevó a instituir esta fiesta.
¿A qué dimensión me refiero? La de hacer justicia a todos los olvidados, a todos los despreciados, a todos los “discretos”. La de dejar claro que, no es oro todo lo que reluce, ni todo el oro reluce. La de hacernos caer en la cuenta, de que ha habido y hay miles de personas, buenas, honestas, trabajadoras, abnegadas, con una capacidad de amor y entrega inauditas, y que viven y mueren en el más absoluto anonimato, quizá perseguidas, a menudo despreciadas, ninguneadas, olvidadas…¿olvidadas? ¡No! Hoy es su día.
Es ésta una antigua convicción de la Iglesia; la convicción de que hay mucha gente que ha vivido y vive el Evangelio con coherencia y valentía, pero con tal humildad y tan gran discreción, que casi nadie se ha enterado, ni se entera de su existencia. Sus vidas santas han estado ocultas en “el montón”, o a veces, incluso han sido vidas tachadas de raras, heterodoxas, demasiado diferentes, poco “ejemplares”, vidas para olvidar…
Y es que, habitualmente, los grandes para nosotros no suelen ser los grandes a los ojos de Dios. Y la Iglesia, aunque parezca mentira, esto siempre lo ha sabido.
Ojalá tengamos los ojos bien abiertos, para poder identificar a todos estos hombres y mujeres, estén o no ahora entre nosotros, y gozar de su vida y de su ejemplo. Para todos ellos, el día de Todos los Santos es un acto de justicia.

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