Año 1963. Eran las 12,30 horas en Dallas, cuando una
bala mata al presidente Kennedy. Yo tenía ocho añitos recién cumplidos y aquel
acontecimiento, curiosamente, me marcó. Ya he dicho en este blog, en una
entrada que escribí hace justo un año, que el ídolo de mi infancia y juventud
fue aquel hombre que mataron de un tiro. Con el presidente Kennedy me di cuenta
que hay gente a la que matan por intentar cambiar las cosas y eso me impactó.
Después, en el
año 1968 cayeron Martin Luther King y Robert Kennedy, más tarde, en 1980 Óscar
Romero… Años atrás, en 1948 había caído Gandhi. Fueron las estrellas que
iluminaron el cielo de mi vida.
Por esto fui creciendo con una profunda admiración y
un gran respeto por estos hombres que tuvieron en común, entre otras cosas, el
acabar víctimas de la violencia. Admiración y respeto porque levantaron su voz
contra la injusticia, contra el orden establecido, porque se jugaron la vida, y
lo sabían, y la perdieron.
Y hoy, 22 de noviembre de 2013, aún sabiendo que JFK cometió errores, tuvo
fallos, era mujeriego, dicen, quiero dedicarle, cuando se cumplen 50 años de su
muerte, esta entrada, como reconocimiento a quien fue uno de mis modelos
durante muchos años. Y no me preguntéis por qué lo fue. No lo sé. Pero no me
fue nada mal. De hecho, sigue, siguen estando de alguna forma, presentes en mi
vida.
Y tan presentes. Tan actuales como actual es su
famosa frase que ya es historia: “No te
preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregúntate que puedes hacer tú por tu
país”.
Quizá, ser honesto, trabajador, conciliador. Quizá
ser capaz de mirar el futuro, tener coraje para perdonar y olvidar de una
puñetera vez, asumir la historia aunque no favorezca a mi “chiringuito”. Quizá
tener claro que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa. Quizá pensar
en el otro como alguien con derecho a la libertad, a la justicia, al trabajo, a
la educación, a la sanidad… aunque no piense ni sea como yo. Sí Señor
Presidente sí, ¿qué podemos hacer nosotros por nuestro país? Tendrían que
preguntárselo nuestros políticos, tendríamos que preguntárnoslo todos.
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