Como ya han llegado las nieves a los Pirineos y
además no he podido ir este otoño, la fiebre conocida como ansia pirenaica está
empezando a alterar seriamente mi conducta. Cuando me pasa esto, hablar de
montañas me ayuda y escribir más, por eso voy a contaros una sencilla y
preciosa ascensión en el valle de Arán, que hice con mi amigo Pepe, en
noviembre de 2003, hace ahora diez años. ¡Ayyyy, qué jovenzuelos éramos!
Bueno, aquel mes de noviembre ya había nevado, como
éste, y la ascensión tuvo todo el sabor de una invernal.
El pico, de 1976 metros se llama
Quadrilhes. Se empieza en la carretera del Portillón, poco antes del puerto, en un
desvío que hay a la izquierda. Como la pista estaba intransitable por la
nieve, dejamos allí el coche. El itinerario a través del bosque nevado es una
gozada. Siguiendo el amplio y cómodo trazado llegarás al col de Baretja. Allí
te puede coger algo de puro placer. El panorama no tiene desperdicio. Es
sublime.
Pues bien, desde el collado gira a la derecha y sube, por la base de la ladera oriental del pico, hacia la cresta. Una vez en ella,
síguela y pronto llegarás a la cima desde donde verás…¡qué paisaje! Al sur un
montón de tresmiles, entre los que destacan el Aneto, las Maladetas, el Maupas,
el Boom; allá abajo, hacia el oeste, rodeado de bosques, Luchon; al norte el
valle de Arán, con sus amplias montañas… de verdad, ¡una pasada! Cuesta
abandonar esta cumbre situada 690 metros sobre el
punto de partida.
La ascensión es de una mañana, saliendo temprano, o
de un día en plan muy tranquilo. Por mucha nieve que haya, si desde el collado
alcanzas pronto la cresta, el riesgo de aludes es mínimo y ya de regreso, en el
descenso por la ladera oriental, si la nieve está en buenas condiciones, vuelas, vuelas en
un paisaje digno de las águilas.
De verdad que esta sencilla excursión deja muy, pero
que muy satisfecho. Pero ¡ojo!, cuidado con la niebla frecuente en aquella zona
del valle. Te pierdes como un tonto. Si hay riesgo, lleva GPS o brújula.
Pues eso, si vas al valle de Arán y quieres pasar un
día montaña soberbio, tranquilo y solitario, ésta es una buena montaña. Tan
humilde como rotundamente bella.
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Subimos por el bosque envuelto en montañas nevadas. |
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Llegando al collado de Baretja vemos cómo las nubes envuelven las montañas. |
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Desde el collado iniciamos el ascenso hacia la cresta. |
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La pendiente se acentúa, el paisaje crece. |
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Ya en la cresta. La vertiente norte está cubierta de bosque. |
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Desde la cima, al fondo y abajo, se ve Luchon. |
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Yo en la cima. Al fondo destacan el Maupas y el Boom. |
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El Maupas y el Boom. Hermosos tresmiles, viejos conocidos. |
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Pepe en la cima. Al fondo destaca el Ceciré. Fácil ascensión, en verano. |
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Primer plano del esbelto Pic de Sacroux. Detrás de él el valle de Benasque. |
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Panorama hacia el sur. |
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Primer plano del Salvaguardia, a caballo entre Benasque y Luchón. Allí subió Unamuno. |
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El pico de la Mina preside el encajonado valle que nos sube al Portillón de Benasque. |
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Pepe desciende por inmaculadas laderas. Acabamos bajando a saltos, volando... |
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