Parece ser que determinados prohombres y promujeres,
cada vez con mayor presencia en los medios de comunicación, (ya he visto
referencias a esto en dos periódicos) están empeñados y empeñadas, con harta
razón, en borrar de nuestras sociedad cualquier rastro de connotaciones
religiosas con el muy encomiable objetivo de que ésta sea así realmente laica y
por consiguiente libre y progresista.
Sé que estos abnegados ciudadanos y abnegadas ciudadanas,
entre otros problemas y problemos, se enfrentan al del lenguaje en muchos aspectos
retrógrado e incapaz de nombrar las nuevas realidades que emergen del imparable
avance social en la línea de un mayor progreso y libertad.
Solidarizándome con ellos, propongo una campaña para
erradicar un vocablo (es del que más he oído hablar en este sentido) que
debería quedar recluido en iglesias y monasterios exclusivamente, por su
intenso “tufo a sacristía”. Este vocablo es FAMILIA. En su lugar podríamos
decir unidad social básica autónoma, es decir USBA.
A continuación un posible cartel para lanzar la
campaña.
Nota:
Por si a
alguien le confunden o sorprenden estas palabras, aconsejo leer la tercera
acepción de la palabra ironía en el diccionario de la RAE.
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