Es La
Robiñera un tresmil justito, muy justito, 3003 metros, pero ya es
un tresmil. Es además bonito, fácil y espectacular. Sí, un tresmil para todos
los públicos siempre y cuando no se tenga vértigo y se esté en una forma física
más o menos aceptable.
Saliendo del fondo del valle de Chisagüés, adonde no
aconsejo subir si no es con un todoterreno, o algo parecido, hay mil metros de
desnivel por un sendero bien marcado, que tiene tres partes muy claras. Un
primer tramo por prados. Un segundo tramo por una larga pedrera y un tercer tramo de cresta fácil. ¡Y
ya estamos!
Arriba, la vista es maravillosa. ¿Valles? Barrosa,
Chisagüés, Pineta. ¿Montañas? El macizo de Monte Perdido entero, la Munia enfrente mismo, con
sus lagos a vista de pájaro, Puntas Fulsa y Suelza, el macizo de Cotiella,
Culfreda, Bachimala, Posets, Eristes…
Este pico lo subió por primera vez el Conde Russell
el 13 de agosto de 1878 y se convirtió el 6 del mismo mes pero del 2014, en el
primer tresmil de Josep, el marido de mi sobrina Laura. Allí le acompañamos su
bienamada esposa, Nuria su cuñada ¡uf, cómo suena eso de cuñada!, mi hermano y
un servidor. Por la noche hubo celebración, claro. Sólo se hace una vez en la
vida el primer tresmil y eso hay que celebrarlo.
Y otra cosita a propósito de esta montaña. Sé que
cuando mi buen amigo Pepe, Pepus en latín, lea esto, le entrarán unas ganas
gordas e irrefrenables de ir. Sé, Pepe, que tienes entre ceja y ceja ir allí
con tu hijo Alberto. ¡Ojala te sea posible antes de las primeras nieves!¡Ojalá!
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Poco después de salir vemos una cascada que juega con la luz del sol. |
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En el collado de Las Puertas el sendero gira a la derecha. |
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Está bien marcado y sube fuerte. |
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El Monte Perdido parece que se eleva con nosotros. |
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Seguimos subiendo. Atrás, las paredes de Pineta. |
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Un tramo fuertemente empinado nos lleva a la cresta. Abajo, los lagos de La Munia con hielo. Es agosto. |
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Hay que apoyar un poco las manos y no tener vértigo. |
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Desde la cresta se ve muy claramente el macizo del Vignemale, con su glaciar oriental. |
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La cima. Las nubes van ganando terreno. |
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Iniciamos el descenso con precaución. Bajar siempre es más peligroso que subir. |
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En la larga pedrera el sendero está muy bien marcado. |
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Cerca del final, nuevas cascadas nos refrescan el caminar.
Si quieres el track de la ruta está en wiquiloc, pulsa Ascensión a La Robiñera. |
Veo Jesús que recuerdas las charlas que nos pegamos en esos momentos de soledad, por esos caminos solitarios. Bueno, pues habrá que buscar un hueco ya que sí me han entrado, como dices, unas gordas e irrefrenables ganas al leer el texto. Una montaña, el Robiñera, ideal para introducir a un chaval en la alta montaña y ver de qué pasta está hecho. Buena cosa esa, en estos tiempos que corren y que recomiendo. Fue el primer tresmil de mi otro hijo, Carlos, y en seguida me vienen recuerdos de otras aventurillas que hemos tenido con él. Habrá que buscar un hueco antes de las primeras nieves, como tú dices. Y ya que me pongo, me siguen asaltando recuerdos nuestros. Seguramente quedaremos en breve a hacer una cenita con nuestras, también como tú dices, bienamadas esposas y concretaremos esa escapada.
ResponderEliminarY me sigo poniendo y entro a trapo con tu última entrada en el blog. Leí en prensa un comentario de nuestra consellera diciendo que has sido aplaudidas sus medidas de adelantar los exámenes de septiembre y las clases. Será por esa iluminación por lo que la han hecho portavoz del gobierno. Una visionaria, eso es lo que es. Clases de casi treinta alumnos como en los años 60 y muchas sin profesor dado que las plantillas no están completas. Un principio de curso que ha empezado con normalidad, como dice, pero sin profesorado suficiente. Con una ley nueva, nuevas directrices y con un currículo nuevo que salió apenas unos días. En fin, que me estoy poniendo de mala leche y prefiero volver a lo de la cena que tenemos pendiente. Ya nos vemos.
¡Ah! y ahora mismo me bajo el track.