FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

martes, 11 de septiembre de 2018

Preparad el camino al Señor.



Amigo Juan:

La vida une a veces en el tiempo momentos bien diferentes. Este domingo, celebrábamos con alegría tu entrada como párroco en la parroquia de Nuestra Señora del Rosario del Cañamelar. Ahora vengo de asistir al entierro de la madre de un alumno del cole de dieciséis años, Joel.
Cuando salíamos de misa hemos visto cómo estaban allí todos sus compañeros, acompañándole, esperándole. A sus dieciséis años esperaban darle un abrazo  probablemente bien diferente al que hasta ahora han podido haberle dado.
La escena me ha impresionado, y dentro del dolor y la tristeza del momento, me ha gustado. Y me han venido a la mente de un modo muy vivo tus palabras al final de la misa del domingo.
Dijiste que sentías tu misión como la de Juan Bautista, tú también te llamas Juan Bautista, y te ordenaste el día de san Juan Bautista, la de preparar el camino al Señor.
¡Preparar el camino al Señor! Y he visto a todos esos chicos y chicas, jóvenes, muy jóvenes, enfrentados ante el hecho rotundo de la muerte, viviendo cada uno la experiencia como mejor puede, y haciéndose muchas preguntas a las que no encontrarán respuesta.
Y preparar en cada uno de ellos el camino para que pueda llegar a ellos el Señor y darle así respuesta a sus preguntas, valor ante sus miedos, esperanza en la desesperación y sentido en el sinsentido es, tú lo dijiste, una de tus misiones en tu nueva parroquia, quizá la más importante.
Y no sólo a los jóvenes. A los niños, a los adultos, a los ancianos. Todos necesitamos que nos ayuden a preparar en nuestra vida el camino al Señor, para que pueda entrar en ella y darle así sentido y plenitud. ¡Que faena tan grande, tan difícil y tan bonita!
Cuando hoy en la lectura de la misa el sacerdote ha leído ese texto tan hermoso del Apocalipsis en el que nos habla de  la nueva Jerusalén, en la que ya no habrá ni muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor, pensaba qué diferente puede ser nuestra vida si de verdad creemos en eso, aunque sea un poco, aunque sea en medio de la duda, aunque sea al borde de caer en la angustiosa creencia de que todo eso no es más que una invención humana para defendernos del horror al vacío y a la nada; aunque sea al borde de no creer que habrá un Cielo Nuevo y una Tierra Nueva.
Y pensaba también en ese grupo de chavales, esperando al amigo, bajo la tormenta que se avecinaba; chicos y chicas que han sido alumnos míos, que necesitarán que ahora alguien les recuerde que sí hay, que sí habrá un Cielo Nuevo y una Tierra Nueva. Que le diga a Joel que desde allí, la mamá le sigue queriendo con toda su alma. Lo intentaremos hacer en el pueblo del que fuiste vicario; tú allí también lo hiciste. Ahora lo vas a hacer en tu parroquia.

Un abrazo, y que Dios te acompañe.

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