Hacía
tiempo que no hacía salmón marinado, pero el otro día, en la pescadería, vi uno
no muy grande, lo miré, me miró y lo compré. Ya estamos degustándolo. La receta
es fácil.
Empezaremos
por pedir que nos lo preparen para marinar. Le quitarán la cabeza, la espina y
la cola, y nos dejarán los dos lomos bien limpios con su piel por un lado.
Ingredientes:
Un
salmón.
Sal
gorda. La misma cantidad que pese el salmón.
Azúcar.
La mitad de lo que pese el salmón.
Eneldo.
Medio botecito para un kilo de salmón.
Mezclaremos
bien la sal, el azúcar y el eneldo. Después, en una fuente donde quepan bien
los dos lomos del bicho, pondremos parte de la mezcla. Encima depositaremos los
lomos con la piel hacia abajo y lo cubriremos con el resto de la mezcla.
Importante que quede el salmón totalmente recubierto por todas partes.
A
continuación lo meteremos en la nevera entre 36 y 48 horas. Para un kilo, 36
horas; para dos o tres kilos, 48. Más o menos. Cuanto más tiempo esté saldrá
más seco. Importante también envolver con un film el recipiente y ponerle
encima un buen peso.
Pasado
el tiempo, lo sacaremos de la nevera, lo enjuagaremos bien y ya está listo.
Pero como lo normal no es comerse un kilo de salmón de una sentada, a no ser
que seamos varias personas, se puede trocear y congelar, e ir así comiéndonoslo
poco a poco.
Para
servirlo se puede cortar en láminas, dados o filetitos, y acompañarlo con un
poco de aceite de oliva.
¡Está
buenísimo!
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