También
hay flores en otoño. Comparto cinco fotos que he podido hacer hoy en casa,
cuando aún hacía algo de fresquito. Me gusta verlas cada día, sobre todo por la
mañana, y disfrutar del regalo que nos hacen las plantas a cambio de nuestros
cuidados. Toda una lección de gratitud.
Gracias
pues a los rosales, que llevan ya unos añitos dándonos rosas, pero que este
otoño se han superado. La diplademia, que nos regaló hace años la mamá de
Isabel, y que lleva desde la primavera floreciendo sin parar. La buganvilla,
vieja conocida ya, que se ha hecho enorme. El jazminero, viejo también, que
embalsama con su aroma el patio, sobre todo de noche. Y las más jovencitas,
dando su toque de color en la ventana de la cocina, los ciclámenes.
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