Y aún hay quien dice que esta sociedad
nuestra es de lo más laica. ¡Mentira cochina! Es profundamente religiosa, sólo
que a los dioses les han cambiado el nombre, pero siguen adorándolos
fervientemente. Y de modo trinitario, lo más ortodoxo.
Ya los romanos tenían su triada
capitolina, Júpiter, Juno y Minerva. Los cristianos tenemos a la Santísima
Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Pero ahora, por encima de todo y de
todos, tenemos a la suprema divinidad trina, que además son diosas, como
debe ser; la visibilidad, la inclusividad y la sostenibilidad.
De hecho creo que habría que proponer al
Vaticano que en todas los templos del orbe católico, en vez de "en el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo", digamos en adelante "en el nombre de la
visibilidad, la inclusividad y la sostenibilidad, amén".
Así estaremos más acorde con los tiempos
que corren, y seremos más progresistas, aunque nadie sepa muy bien qué es eso de
ser progresista. ¡A que es buena idea!
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