Tan
poderosa por encima de nosotros, ¿no será solamente una cosa? No, ciertamente,
si es verdad que nos llama y que la nombramos. Su vida humana comenzó con este
cambio; con la mirada, que anima; con la voz, que despierta. Desde entonces hay
en ella todo lo que es del hombre, todo lo que él ha puesto allí; y todo lo que
le sobrepasa.
¿A que
entendéis perfectamente estas palabras de Georges Sonnier? El Balaitús es para
nosotros una montaña muy especial. ¡Cómo os llamaba! ¿verdad? ¡Y cómo la
nombráis! Y habéis escuchado su llamada, y habéis pronunciado su nombre, y
habéis salido a su encuentro. Una llamada que a lo largo de 28 años ha ido
haciéndose cada vez más fuerte, más clara. Y un nombre que nunca olvidaréis.
Conozco
esa llamada, y sé que cuando escuchándola por fin llegas allá arriba, al
encuentro soñado y deseado, en el límite de la tierra de los hombres, como me
gusta decir, pasa... ¡buf! Ya sabéis lo que pasa.
Isabel
y yo, como vuestras familias, no hemos dejado de pensar en vosotros, y
esperábamos vuestras noticias con muchas ganas de que nos trasmitierais esa
felicidad intensa, arrolladora que sabemos que ahora disfrutáis.
Tengo
vivísima en la memoria la imagen de dos chiquillos de 14 añitos que, tras
sufrir una brutal experiencia, se quedaron solos aquella noche, en el lago
superior de Arriel. Visteis pasar el helicóptero que rescató a José Francisco
que aguardaba en la cima con José Luis. Mientras tanto, Toni y yo bajábamos al
pueblo, corriendo, para ir a Huesca a ver qué decían los médicos. Nada grave
ocurrió al fin, y de ello no me canso de darle gracias a Dios.
Ayer
volvisteis a acampar, otra vez los dos solos, en el mismo sitio. Y hoy habéis
coronado de nuevo la cima, la que fue vuestra primera cima pirenaica. Y vuestra
primera experiencia de montaña, terrible experiencia, pero que por estas
relaciones misteriosas que acontecen entre la montaña y el hombre, no sólo no
os alejó de ella, sino que creo un vínculo que vosotros bien conocéis, y que
hoy os ha llevado de nuevo a la cumbre.
¡Cómo
me hubiera gustado haber estado con vosotros! Pero ¿sabéis lo que os digo? que
el que hayáis ido solos, como solos estuvisteis aquella noche del 13 de julio del 91, tiene también su
sentido. Hoy estaba con vosotros como entonces, en pensamiento y deseo, en
espíritu, y vosotros mismos me habéis dicho desde la cumbre que así me habéis percibido.
¡Es eso, para mí, un gran honor!
Hoy,
el Balaitús os ha confirmado en vuestro ser montañero, hoy habéis alcanzado la
mayoría de edad en vuestra relación con la montaña. Así lo veo, y eso, a Isabel
y a mí, nos alegra profundamente.
Cuando
esta tarde lleguéis al pueblo, ya habréis llegado, celebradlo. Cenad muy a gusto. Brindad por la vida.
Dadle gracias a Dios por todo y por tanto. Nosotros también lo haremos.
Juancho,
Rubén ¡enhorabuena! Y que Dios os bendiga.
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