Días
de grandes nevadas. Es hermosa la nieve, pero traicionera. Es fácil perderse.
Este es el tema del poema que podéis leer a continuación. Su estructura es la
siguiente: siete cuartetos con rima consonante ABBA, diferente en cada uno de ellos, de
versos heptasílabos.
Perdido en la montaña
buscaba algún sendero,
en el cielo un lucero,
una humilde cabaña.
Veloz la luz huía
y del lobo el aullido
a aquel hombre perdido
la sangre helaría.
Y el viento, y aquel frío,
y la vasta soledad
de un espacio, en verdad
entregado al vacío.
Cerró la noche helada.
Y la nieve profunda
le arrebata, rotunda,
su esperanza quebrada.
Y vencido, se entrega.
Sí, el frío le ha de dar
dulce fin. Su vagar
acaba. Ella llega.
Un muy próximo aullido,
sentido ya lejano…
Sin esfuerzo, ya vano,
él se duerme, rendido.
Yace en la nieve quieto.
En lo alto no hay estrellas,
en la nieve no hay huellas.
Fue este su postrer reto.
J.Q.S.
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