FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

viernes, 17 de diciembre de 2021

La disciplina es justicia.


 

Ahora que se acercan las segundas vacaciones más largas del año en los colegios e institutos, puede ser un buen momento para compartir una reflexión y madurarla durante estos días que se acercan. A alguien le puede servir.

El asunto es tan espinoso como urgente, y yo creo tenerlo bastante claro. Hablo de la disciplina en las aulas. Y no me equivoco si digo que va de mal en peor.

Pero no es en los docentes en quienes estoy pensando, que también; hablo de los alumnos. Porque soportar día tras día a esos pocos alumnos disruptivos que hay en cada clase (se dice así elegantemente, se podría decir de otras formas más rotundas) va con la profesión. Como quemarse un cocinero, o romperse la rodilla un futbolista profesional; son gajes del oficio.

Pienso en los compañeros que tienen que soportar a los disruptivos (seguiré siendo fino) todos los días y todas las horas del día. Tiempo perdido, profesor cabreado o claramente incómodo, broncas, castigos…, cuando no agresiones o ninguneos de esos compañeros.

Y esto no es justo. Es una injusticia que se produce todos los días en todos los colegios e institutos. Porque si es obligación del sistema educativo atender adecuadamente a esos alumnos, diré ahora difíciles, no puede hacerlo a base del sacrificio de la gran mayoría a los que también tiene la obligación de proteger.

Y esa protección pasa necesariamente por apoyar a los docentes que han de bregar en el aula, por dotar a los servicios psicopedagógicos de herramientas para atender a estos niños, por reforzar la autoridad de los equipos directivos, y por poner en su sitio a esos padres de “mi hijo no me engaña”, “es que no saben tratarlo”, “es que le tienen manía” y demás sandeces propias de los que pasan del niño y de los que lo sobreprotegen.

La falta de apoyos efectivos a los centros para tratar adecuadamente a estos alumnos, diré ahora complicados, unida a la burocratización y judicialización del sistema, provoca la indefensión de sus compañeros, el agotamiento de los docentes, una inmensa pérdida de tiempo en las aulas y un miedo paralizante de los centros a los conflictos con los padres de estos niños y adolescentes.

El resultado, ya lo he dicho, es una grave injusticia, que sufren sobre todo la gran mayoría de los niños y adolescentes. Así que la conclusión es muy sencilla. La disciplina es justicia; lo mires por donde lo mires.

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