Los Infiernos desde la cima de Garmo Negro.
Evocando
las grandes ascensiones otoñales. Antes de las primeras nieves, he subido
algunas de las cimas más altas del Pirineo. Este año, los cuatro tresmiles del
macizo de Argualas.
El
verano es tiempo de altas cimas, grandes marchas, travesías de ensueño. Es
tiempo de acampar alto, de bajar al pueblo cuanto menos mejor. De emplearse a
fondo. De liberar tensiones y frustraciones acumuladas durante el año. El
verano me suele dejar bien, a gusto…
Pero
hacia finales de agosto, empiezo a echar de menos la luz tamizada de los meses
otoñales, el frío, los días cortos, los bosques, los prados dorados.
Septiembre
y octubre son meses de grandes cimas, sin problemas de nieve, o bajo un nuevo
manto blanco que las embellece, sin ser obstáculo para su ascensión. Cimas que
son el colofón de la temporada.
Pero
también es tiempo de prudencia, de consultar los partes y vigilar el cielo.
Alrededor del equinoccio, a menudo no muchas semanas después, suelen venir las
primeras borrascas de nieve, desplomes serios de las temperaturas, vientos
violentos y súbitos, grandes hielos… y pueden matar.
Es tan
hermosa como peligrosa la alta montaña en estos meses otoñales. Y son entonces tan
dulces y amables los valles.
Si
quieres la descripción de la ascensión está en la entrada del 26 de septiembre
de 2016, en la sección Ascensiones pirenaicas. Si quieres ver las fotos pulsa Ascensión al macizo de Argualas.
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Recuerdo también los ecos secretos del silencio; la transparencia helada del vacío cristalino. Ese mundo se recoge en mí, más presente que el real, más vivo que la vida misma. Y me llena. Y me rodea. Y me protege.
FRASES PARA PENSAR.
SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.
Cervantes en el Quijote.
domingo, 30 de octubre de 2016
Evocando las grandes ascensiones otoñales...
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