Voy a
hablar en esta entrada de gente valiente. Del hijo de nuestro amigo Javi, Jorge
se llama, y de su novia Miriam.
A ella
no la conozco, pero si andan juntos por el mundo, maja debe ser también. Buena
gente, sí.
A
Jorge lo conocemos desde que era muy niño. Siempre amable, trabajador,
cariñoso, discreto. Un buen chavalín que se ha hecho un joven valiente.
En lo
más duro de la crisis, no viendo futuro en su tierra, Miriam y Jorge se lanzaron
a la aventura, con sus estudios de trabajador social él y de maestra de infantil ella, a
buscarse la vida por el ancho mundo. Y se fueron a Finlandia, a Helsinki. Allí las
cosas no fueron como esperaban. Regresaron pronto, pero sin desanimarse
volvieron a intentarlo. Ahora están en Noruega, en Bergen, donde llevan ya más
de un año trabajando, y tienen buenas perspectivas.
Y el
papá, feliz, va con la familia a verle. Salen hoy. Y ellos les esperan para
enseñarles ese país, tan diferente al nuestro, donde están construyendo su
vida.
¡Qué
ejemplo para tanta gente joven que se duerme, se apoltrona, se acomoda en la
espera de que otros le sirvan la vida en bandeja porque no tienen redaños para
buscársela! O lo que es aún peor, toman el camino fácil, hueco, estúpido, ese
triste camino que conduce… a ninguna parte.
Admiro
profundamente a Jorge y Miriam y les deseo toda la suerte del mundo. Que las
cosas les vayan bien. Que su esfuerzo les valga la pena. Que el viajar y
conocer mundo les haga sabios. Y que encuentren un lugar bajo el sol donde ser
felices, donde vivir en paz del fruto de su trabajo.
Su
valor ante la vida bien lo merece.
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