FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

viernes, 14 de octubre de 2016

No hay nada como amar lo que haces.



Ahora que mis “largas, abundantes y escabrosas melenas” empiezan a molestarme y me planteo el ir a la peluquería, me he acordado de la última vez que fui.
Fue en este verano en un pueblecito del Pirineo, y como las susodichas “melenas” me molestaban como ahora, le pedí consejo a un amigo del pueblo. Me dijo que él iba a un peluquero que hay en una bonita calle de la antigua villa de montaña. Me dijo que lo hacía bien.
Fuimos José Luis, que entró primero, y yo. ¡Una pasada! La peluquería es pequeñita, sencilla. Lo justo y necesario, sin concesiones a la tontería. Y allí dentro ha pasado toda su vida, trabajando, un hombre elegante, buen conversador y amante de su trabajo. Un trabajo que, por cierto, hacía muy bien.
Elegante es su aspecto físico, su presencia. La forma de manejar sus instrumentos de trabajo tiene esa precisión y esa gracia que sólo una larga experiencia puede otorgar. Rondaría los 60.
La conversación fue amable, sosegada, interesante. Sabía hablar y sabía escuchar. Ambos habíamos visto transformarse el pueblo. Sabíamos las amenazas que el valle había sufrido y cómo de algunas había logrado salvarse. Sus planteamientos eran ponderados y discretos.
Y le gustaba su trabajo. Lo hacía porque le gustaba. Siempre le había gustado y seguía gustándole. Y se notaba. Por eso, la prisa no iba con él. Y no es que fuera lento, no. Es que lo hacía con cuidado, con cariño a la tarea, con la clara voluntad de hacerlo bien. Como un auténtico artesano. Y muy bien que lo hizo.
Y es que, pensaba, no hay nada como amar lo que haces, como encontrar sentido a tu faena, sea la que sea, como hacerla con gusto. Y pensaba también en esas personas cuya principal obsesión parece ser complicar el trabajo de los demás poniendo trabas artificiales e innecesarias, en absolutos derivadas del trabajo en sí. ¡Cuánto daño hacen!
Pero bueno, en esta entrada fijémonos en lo positivo, en lo bonito de encontrar gente que después de una vida laboral larga, sigue encontrando gracia y salero a su faena y sigue haciéndola muy bien, simplemente porque le gusta, porque le sigue gustando. Y esto ayuda a ser feliz y es, además, garantía de trabajo bien hecho.

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