Y
ahora, dos urgencias:
Un
gobierno para España que, atendiendo a criterios estrictamente democráticos,
debe encabezar Mariano Rajoy.
La
reconstrucción del PSOE, desde una oposición seria y coherente, para que
vuelva a ser una alternativa de gobierno sin servidumbres.
Y una enseñanza:
Confundir
la tercera década del siglo XX con la segunda del XXI ya no cuela. Los
ciudadanos somos manipulables, pero no tanto como algunos habían pensado.
Es lo
que pienso, respetando a los que piensen de otra manera. Ese respeto es el alma
de la democracia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario