Hace
ya mucho tiempo, pienso que vivimos en Europa una curiosa sensación de
invulnerabilidad. Estamos tan convencidos de la solidez de nuestros estados de
derecho, de la estabilidad de nuestras democracias, de la capacidad de nuestra
economía para superar crisis, del vigor de nuestro arte y nuestra cultura, de
la superioridad de nuestra moral, de la capacidad disuasoria de nuestros
ejércitos…, tan convencidos de que somos los mejores, bueno y qué, que hemos
acabado mirándonos el ombligo y discutiendo entre nosotros su forma y tamaño,
entre otras tonterías. Como si nada de esto pudiera romperse.
También
el imperio Romano se sentía invulnerable, y duró muchos más siglos que nuestra
Unión Europea, que dudo cumpla ni siquiera los cien años.
El
llamado euroescepticismo, con el brexit como punta de lanza, mostrando el
camino a ninguna parte; los nacionalismos, como proceso involutivo y
desintegrador, rompiendo en sus delirios la convivencia y todo lo que se les ponga
por delante; la corrupción, como la consagración de la inmoralidad en la vida
pública; lo políticamente correcto, como el triunfo de la estética sobre la
ética; el dualismo derechas e izquierdas, obsoleto en el mundo actual, pero
útil para manipular y pervertir la democracia; los movimientos anti,
destructivos y absurdos al ser solo anti, sin ofrecer alternativas reales y posibles; el consumismo y
el confort, ofreciendo una vida engañosamente fácil y hueca; el relativismo moral, como
la negación de la existencia de valores absolutos y principios universales…
Todo
esto y más dentro de la Unión. Fuera, los Estados Unidos distanciándose de
Europa con un nuevo "América para los americanos"; Rusia, esperando pacientemente
que nos acabemos de romper, para recoger los restos como fruta madura y
consumar su siempre deseada expansión hacia el oeste; China, aumentando su
poderío económico sin miedo alguno a acabar con el nuestro; el islamismo
radical acechando, oculto ya entre nosotros, golpeando cuando puede, deseando
nuestra aniquilación…
Sí, me
temo que la Unión Europea, de la que yo me siento ciudadano, tiene los años
contados. Y me sabe mal, porque es un buen invento y un factor de equilibrio en
el mundo. Porque una Unión Europea fuerte y unida podría hacer frente a los retos exteriores, y no solo garantizaría el
estado de derecho y el bienestar dentro de sus fronteras, sino que lo
facilitaría fuera de ellas.
No sé
cómo más gente no ve esto así. Yo lo veo muy claro. Demasiado claro. Deberíamos
quitarnos de encima el peso de la historia, la insolidaridad, el sentimiento de
superioridad de unos sobre otros, reencontrarnos con nuestro riquísimo y sabio
patrimonio cultural, rearmarnos moralmente y seguir construyendo una Europa
cada vez más sólida.
Nada
en la historia es para siempre, pero que este sueño de una Europa Unida, de
unos Estados Unidos de Europa, vaya a durar tan poco…, me da pena. Sería muy
triste que en los libros de historia, en el futuro, pusiera algo así como, "entre la II y la III guerra mundial hubo un intento fallido de crear una Unión
Europea, y el fracaso de ese intento, entre otros factores, fue el preludio de…"
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