Fue
muy bonito. Fue muy bonito por muchos motivos, y quiero decirte algunos, a modo
de agradecimiento, por el rato que gracias a ti pasamos juntos ayer en la
iglesia.
Fue
muy bonito porque se te veía feliz, muy feliz, y esa alegría tuya se nos
contagiaba, y tenía el sabor de esa alegría honda que nace del mismo Jesús, y
que si nos envuelve nadie nos puede quitar.
Fue
muy bonito saber que todo esto estaba pasando porque en algún momento te has
encontrado con Él, y ese encuentro te ha cambiado la vida. El saber que tú ya
sabes que está vivo, no te lo han dicho, lo sabes. Y sabes que te quiere.
Fue
muy bonito porque te vimos acabar un camino y empezar otro, un camino junto a
Jesús, en su Iglesia, un camino lleno de sentido y de futuro. Un camino en
libertad, la libertad sagrada de los hijos de Dios.
Fue
muy bonito por el testimonio que supone, en el mundo de hoy, que un chaval de
tu edad haya dado el paso que ha dado; y que lo hayas dado con ilusión y
convencido de que es dar ese paso lo que realmente querías.
Fue
muy bonito porque nos regalaste la celebración de un bautismo limpio de polvo y
paja, lejos de las convenciones sociales y de las tradiciones huecas que tantas
veces instrumentalizan los sacramentos.
Fue
muy bonito verte inclinar la cabeza sobre la pila bautismal, ante el Cristo,
mientras Ricardo decía, Sergio, yo te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo. Bonito y emocionante.
Por
todo esto muchas gracias. Gracias a ti, Sergio. Gracias a tu familia que te dio
la vida y la libertad para vivirla. Gracias a la gente, especialmente a tus
padrinos, que te han acompañado en este camino. Gracias a la Iglesia que te
acoge gozosa. Y gracias a Jesús, hijo de Dios Padre, que te “ha tocado” con su
presencia, con su espíritu de vida y libertad.
Y
ahora, en tu ya inminente primera comunión, cuando recibas al Señor, en la
naturalidad y la discreción de una eucaristía como tantas, abandónate en sus
manos, deja que la alegría y el gozo lleguen hasta la última fibra de tu ser, y
ponte luego en camino. Sabes bien que no estás solo.
Una
vez más, gracias Sergio.
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