Subiendo
hace ya algún tiempo por el camino de las ánimas hacia la plaza, vi a un grupo
de chiquillos jugando. Y aunque no andaba por una calleja miserable, ni a los
niños se les veía pobres, la hora de la tarde y la escena me recordaron un
capítulo de Platero y yo de los que estudiaba con mis alumnos. Se titula Juegos del anochecer.
Cuando,
en el crepúsculo del pueblo, Platero y yo entramos, por la oscuridad morada de
la calleja miserable que da al río seco, los niños pobres juegan a asustarse,
fingiéndose mendigos. Uno se echa un saco a la cabeza, otro dice que no ve,
otro se hace el cojo...
Después,
en ese brusco cambiar de la infancia, como llevan unos zapatos y un vestido, y
como sus madres, ellas sabrán cómo, les han dado algo de comer, se creen unos
príncipes.
- Mi padre tié un reló e
plata.
- Y er mío, un cabayo.
- Y er mío, una ejcopeta.
Reloj
que levantará a la madrugada, escopeta que no matará el hombre, caballo que
llevará a la miseria...
El
corro, luego. Entre tanta negrura una niña forastera, que habla de otro modo,
la sobrina del Pájaro Verde, con voz débil, hilo de cristal acuoso en la
sombra, canta entonadamente, cual una princesa:
Yo soy
laaa viudiiitaa del Condeee de Oree...
... ¡
Sí, sí ! ¡ Cantad, soñad, niños pobres ! Pronto, al amanecer vuestra
adolescencia, la primavera os asustará, como un mendigo, enmascarada de
invierno.
-
Vamos Platero…
Les
invitaba a que cayeran en la cuenta de varias cosas. Una de ellas, los nombres
y adjetivos que utiliza para describir la escena: oscuridad morada, calleja
miserable, río seco. Y les decía, en ese entorno triste los niños juegan, pero
a qué, a ser mendigos, mendigos ciegos, mendigos cojos… Juegan a lo que ven.
Juegan a lo que muchos de ellos serán.
Y como
el juego es libertad, pasan de ser mendigos a ser príncipes en un santiamén. Sólo
jugando pueden hacerlo. Y en este párrafo, el tercero, les hacía caer en la
cuenta, de esta frase, "y como sus madres, ellas sabrán cómo, les han dado algo
de comer…" Ellas sabrán cómo. Y les preguntaba a ellos ¿cómo, cómo se las
arreglarían? Solía hacerse un silencio impresionante.
Y
luego venía el "reló e plata", y el "cabayo" y la "ejcopeta"… Posesiones tan inútiles
como deslumbrantes para un niño. "Reloj que levantará a la madrugada, escopeta
que no matará el hombre, caballo que llevará a la miseria..."
Y
seguían jugando, y cantando. Eran niños. Pero cuando dejen de serlo…su
primavera, la primavera de su vida, se trocará en invierno. Porque, para ellos,
no hay futuro.
Luego
les decía que escribieran una situación de pobreza que conocieran, para ponerla después en común. Siempre había
alguien que decía, yo no conozco ninguna, ¿puede ser de una película? No, le
respondía. Estás ya en Secundaria, era 1º donde trabajaba Platero y yo, empieza
a abrir los ojos al mundo.
Y puedo deciros que con este libro he vivido algunos
de los momentos más hermosos y gratificantes de mi vida en el cole,
ayudando a mis alumnos, de la mano de Juan Ramón Jimenez y su burrito, a abrir los ojos al mundo. A
lo bello y a lo feo, a lo alegre y a lo triste, al mundo.
¿que metafora utiliza juan ramon jimenez de la adolescencia?
ResponderEliminarLa adolescencia, la primavera de la vida de las personas, para estos niños pobres será como invierno. Primavera enmascarada de invierno. Y les asustará como asusta un mendigo. Juega con las estaciones, primavera invierno. Por eso dice que su primavera, para ellos enmascarada de invierno, les asustará, como asusta un mendigo que aparece de repente. Aún son niños y viven la inconsciencia de la niñez. Por eso les dice que jueguen mientras no les llegue su primavera, su adolescencia.
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