Ni
ayer, ni mañana. Hoy, 20 de febrero, comparto este poema de Pablo Neruda
titulado Amor. No necesita demasiadas
explicaciones. Basta con leerlo sin prisa una vez y después volverlo a leer, y
ver si lo que estás leyendo, en realidad no lo lees, sino lo dices porque lo
sientes. Si es así, estás enamorado.
Tantos días, ¡ay! tantos días
viéndote tan firme y tan
cerca,
¿cómo lo pago, con qué pago?
La primavera sanguinaria
de los bosques se despertó,
salen los zorros de sus
cuevas,
las serpientes beben rocío,
y yo voy contigo en las hojas,
entre los pinos y el silencio,
y me pregunto si esta dicha
debo pagarla, cómo y cuándo.
De todas las cosas que he
visto
a ti quiero seguir viendo,
de todo lo que he tocado,
sólo tu piel quiero ir
tocando:
amo tu risa de naranja,
me gustas cuando estás
dormida.
Qué voy a hacerle, amor,
amada;
no sé cómo quieren los otros,
no sé cómo se amaron antes,
yo vivo viéndote y amándote,
naturalmente enamorado.
Me gustas cada tarde más.
¿Dónde estará? Voy preguntando
si tus ojos desaparecen.
¡Cuánto tarda! Pienso y me
ofendo.
Me siento pobre, tonto y
triste,
y llegas y eres una ráfaga
que vuela desde los duraznos.
Por eso te amo y no por eso,
por tantas cosas y tan pocas,
y así debe ser el amor,
entrecerrado y general,
particular y pavoroso,
embanderado y enlutado,
florido como las estrellas
y sin medida, como un beso.
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