FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

miércoles, 15 de enero de 2014

Es caro, será bueno.


Me decía un amigo, que había llevado a su hijo al médico del seguro por un pequeño problema. Remitido al especialista, éste le hizo unas sencillas pruebas y concluyó que el tema no era grave y que se solucionaría con el tiempo.
No tranquilo con el diagnóstico, por considerar la atención recibida, digamos que un punto superficial, optó por rascarse el bolsillo e ir a un especialista de pago y de prestigio, que para su asombro hizo con el niño exactamente lo mismo que había hecho el especialista del seguro, llegando a idéntico diagnóstico y eso sí, soplándole 100 euros por la visita. Además tuvo que quedarle muy agradecido, ya que los honorarios ascendían a 130, pero como el niño era tan simpático y se había portado tan bien, le rebajaba amablemente 30.
Quitando el hecho cierto de que en medicina, como en otras cosas, una segunda opinión suele ser útil y si es buena, tranquilizadora, la historia es curiosa y me lleva a hacerme la presente reflexión.
En casos como éstos, ¿la tranquilidad nos viene de que la segunda opinión coincide con la primera, o de que la segunda me ha costado 100 euros y la primera era “gratis”, y pongo gratis entre comillas?
Sé que mi amigo se quedo tranquilo por la coincidencia de diagnósticos, pero ¿siempre es así? No, creo que no.
Demasiadas veces valoramos los servicios o los objetos, no por la calidad de éstos sino por su precio. Un médico caro es un medico bueno, unos vaqueros caros son unos vaqueros buenos, un restaurante caro es un restaurante bueno…
Sí, esto es verdad a veces, sí; pero sólo a veces. ¡Cuántas, cuantísimas no es así! Y es que en el tema del consumo, e incluyo los servicios como algo que también consumimos, unos somos frecuentemente tontos del haba y otros son unos “espabilaos” que le echan morro al asunto y viven tan ricamente de nuestra tontería “hábica” (propia del haba).
No puede ser el precio el único criterio para consumir. Un médico caro no tiene por qué ser mejor médico, un colegio caro no tiene por que tener a los mejores profesores, una cazadora cara no es más “guay” por ser cara, un restaurante caro no tiene necesariamente la mejor cocina y el mejor servicio y entre un vino de 25 euros y uno de 150, ¿quién nota de verdad la diferencia?; y si la hay ¿lo vale?
Es importante tener esto claro y educar a los niños para que sean consumidores responsables e inteligentes. Para que no les tomen el pelo. Y para que descubran y entiendan que, después de todo, lo más importante en la vida, todo lo que le da sentido, todo lo que le da plenitud, todo lo que la hace digna de ser vivida, no tiene precio. ¿De verdad que cuánto más caro más bueno? No les llevéis por ese camino, los haréis unos pobres desgraciados por mucho dinero que acaben teniendo.

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