FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

lunes, 6 de enero de 2014

Mamá, hemos descubierto una cosa de los Reyes Magos...


Un par de días antes de Reyes, dos amigos de nueve años juegan y hablan de sus cosas. En un momento determinado la niña dice: mamá, hemos descubierto una cosa de los Reyes Magos. La mamá, pillada por sorpresa piensa: ya está, se acabó, hasta aquí hemos llegado. Y pregunta temiendo la respuesta que bien puede ser la pregunta definitiva: ¿qué habéis descubierto?, y entonces dicen: ya sabemos cómo pueden dejar tantos regalos en sólo una noche; es porque como la tierra es redonda y gira, una noche es muy larga, en realidad dura un día entero y así tienen más tiempo; aparte porque son magos, ¡claro!
Y entonces la madre, aliviada y asombrada dice: es cierto, fíjate yo nunca lo había pensado. Y es verdad que nunca lo había pensado. Ni yo tampoco.
¡Hermoso abrazo entre realidad y sueño, razón y magia! Día llegará, no lejano, en que realidad y razón se impongan dejando… ¿el sueño y la magia atrás? Será día triste ése, por la infancia que empieza a perderse, pero sólo la infancia, no la magia, no el sueño. Está por venir la magia del amor, la magia de encontrar tu lugar en el mundo, la magia de envejecer en paz y plenitud, en suma el sueño de la vida ya que, después de todo, “toda la vida es sueño, y los sueños sueños son”, como nos dice el bueno de Don Pedro.
Pues bien, el hermoso pensamiento de dos niños y estos dos textos, uno de Calderón de la Barca y el otro de Juan Ramón Jiménez, son mi humilde contribución a la mañana de Reyes.
¡Qué sus majestades hayan sido bondadosas!


Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?

Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.

Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

Pedro Calderón de la Barca


    ¡Qué ilusión, esta noche, la de los niños, Platero! No era posible acostarlos. Al fin, el sueño los fue rindiendo: a uno, en una butaca; a otro, en el suelo, al arrimo de la chimenea; a Blanca, en una silla baja; a Pepe, en el poyo de la ventana, la cabeza sobre los clavos de la puerta, no fueran a pasar los Reyes... Y ahora, en el fondo de esta afuera de la vida, se siente como un gran corazón pleno y sano, el sueño de todos, vivo y mágico.
     Antes de la cena, subí con todos. ¡Qué alboroto por la escalera, tan medrosa para ellos otras noches!  —A mí no me da miedo de la montera, Pepe; ¿y a ti?, decía Blanca, cogida muy fuerte de mi mano. Y pusimos en el balcón, entre las cidras, los zapatos de todos. Ahora, Platero, vamos a vestirnos Montemayor, tita, María Teresa, Polilla, Perico, tú y yo, con sábanas y colchas y sombreros antiguos. Y a las doce pasaremos ante la ventana de los niños en cortejo de disfraces y de luces, tocando almireces, trompetas y el caracol que está en el último cuarto. Tú irás delante conmigo, que seré Gaspar y llevaré unas barbas blancas de estopa, y llevarás, como un delantal, la bandera de Colombia, que he traído de casa de mi tío, el cónsul... Los niños, despertados de pronto, con el sueño colgado aún, en jirones, de los ojos asombrados, se asomarán en camisa a los cristales, temblorosos y maravillados.           
      Después, seguiremos en su sueño toda la madrugada, y mañana, cuando, ya tarde, los deslumbre el cielo azul por los postigos, subirán, a medio vestir, al balcón, y serán dueños de todo el tesoro.
    El año pasado nos reímos mucho. ¡Ya verás cómo nos vamos a divertir esta noche, Platero, camellito mío!

 Juan Ramón Jiménez

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