Hace ahora 34 años, en
enero de 1980, hice mi primera invernal a los Pirineos, por decirlo de alguna manera.
Transcribo el prólogo a la memoria que escribí del viaje y añado las fotos que
hice. Resultó un hito importante en mi relación con la montaña. Tenía 25 años.
En la salida que a continuación estudio y describo ocurren
cosas importantes. Aprendo y descubro a nivel técnico detalles que hasta
entonces me habían pasado desapercibidos y compruebo, cómo a nivel físico, no
tengo la más ligera molestia gracias a utilizar adecuadamente el material y a
poner los cinco sentidos en todos los actos, desde los mas sencillos y comunes
hasta los mas específicamente montañeros.
Pero lo
que a esta salida le da un carácter particular es el descubrimiento clarísimo
de cual es el tipo de montaña que a mi me gusta hacer y de las exigencias que a nivel personal y consecuentemente
grupal plantea la montaña así concebida.
Es “montaña de lucha” frente a “montaña de fin de semana”,,
montaña por sí misma frente a montaña para otras cosas. Porque aprendo que
salir al monte, por grande que este sea, con una tienda e incluso con un buen
material, no es necesariamente hacer montaña.
Hacer montaña como a mi me gusta, supone levantarse antes,
mucho antes de amanecer, y encontrar el sol camino de la cumbre; supone pasar
gozosamente hambre, frío e incomodidad, con tal de vivir un momento breve de gozo montañero intenso;
supone no buscar el peligro pero no rehuírlo jamás mientras no se entre en la
imprudencia; supone, en fin, un cuerpo a cuerpo con la montaña continuo y perseverante.
Y esto implica que hacer montaña así, no se puede hacer con
cualquiera, y que la elección de los compañeros debe ser siempre algo
importante y profundamente meditado. Y no quiero indicar con esto que los
compañeros con los que fui actuaran mal, no, sólo quiero indicar que estábamos en
órbitas netamente distintas.
En realidad lo que hicimos, pues no fue otra cosa, fueron
pequeñas excursiones en la nieve, y no una invernal si hablamos con propiedad.
Cometimos demasiados errores, hicimos demasiadas concesiones a la comodidad
como para “ser dignos” de penetrar profundamente en la montaña. Y realmente
pareció como si esta nos lo dijera claramente, reiterativamente.
Aún así, en multitud de ocasiones nos mostró panoramas y nos
permitió vivir momentos fantásticos: la nevada en el bosque al amanecer, el
lago a la luz de la luna, la Serra de les Agudes, los días azules y fríos, los
atardeceres...todo fue sucediendo como queriendo indicarnos que valía la pena
más esfuerzo, más lucha, y casi no lo escuchamos.
Ahora lo escucho con claridad, y ahora espero en la próxima
salida ser algo mas digno; y la montaña se que sé me ofrecerá, más bien se nos
ofrecerá, porque afortunadamente, esto no lo pienso sólo yo.
Valencia, 15
de Febrero de 1980.
El Pico de Subenuls iluminado por el sol, sobre el lago de San Mauricio. |
El lago de San Mauricio helado y nevado. |
La gran cantidad de nieve polvo nos impidió llegar a ninguna cima. |
El lago desde el Portarró. |
Yo con 25 añitos en la Serra de les Agudes. Es mi "foto de internet". |
Andar por bosque nevados fue a lo que más tiempo dedicamos. |
"Els Encantats" la mítica y emblemática montaña del parque peor gestionado de los Pirineos, creo yo. |
Si quieres ver todas las fotos, hay poquitas, pulsa Enero en San Mauricio.
Heyy … soy Pepe y me acuerdo. Tenía 18 años y me gasté el dinero que no tenía en un piolet y en un anorak. Pienso que debo ser uno de esos que aparecen casi enterrado por la nieve. ¿A dónde vas con eso? me dijeron en casa cuando me vieron pasar por la puerta… me voy a la montaña con unos amigos. Escena, que aún hoy se repite, aunque sean mis propios hijos quienes hablan ahora. Recuerdo ¿ya 34 años? aquel viaje, como tantos otros y es que hay algo especial en la luz invernal. En el frío y en las crestas recortadas en un limpio día de enero.
ResponderEliminarAy, ay, ay, ay, ay, ay ay Pepe. ¿Cuántos seres infestos quieren privarnos del resto de futuro al que aquel pasado nos lanzó y del que cada vez, por ley de vida, nos queda menos. ¡Relativicemos y demos importancia a lo importante! Como cuando estamos allá arriba y todo cobra su justa y exacta dimensión.
ResponderEliminarAyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!