Para
empezar quiero dar la enhorabuena a la banda, y a todos los que participaron
ayer en el Concierto de Primavera. ¡Enhorabuena y gracias! Es todo un lujo
teneros a vosotros. Un lujo no suficientemente apreciado y valorado. De esto
quiero hablar hoy.
Recuerdo
que en el pasado Concierto de Navidad, el director, José Pascual, nos animó a
todos los presentes a hacernos socios de la Unión Musical de Ribarroja.
Veinticuatro euros al año no pueden ser excusa para no hacerlo. Suele ser la
causa ese “ya lo haré mañana”, para mañana decir lo mismo; y así
indefinidamente hasta que, con un poquito de suerte, pasa algo y decimos, “de
hoy no pasa”, y por fin va y no pasa. Y hacemos el pequeño trámite que nos
convierte en socios. Esto nos sucedió a Isabel y a mí. Al fin dimos el paso
después de llevar tiempo diciendo eso de “tenemos que hacerlo”.
Porque
si te paras a pensar, hay en realidad muchos motivos para dar el citado paso.
Apoyar a la música que es apoyar al arte y a la cultura. Apoyar a toda esa
gente que, de un modo desinteresado, dedican mucho tiempo a preparar esos
magníficos conciertos que nos regalan. Apoyar también algo tan nuestro, tan
íntimamente unido a nuestras vidas, como es la banda de música.
Pensaba
yo ayer, mientras disfrutaba contemplándola desde una perspectiva diferente a
la habitual para mí, en lo presente que está en muchos momentos de nuestra vida.
En la fiesta, haciéndola más fiesta, más clara y más vibrante. También en ocasiones
tristes, haciendo la tristeza más honda, a la vez que más llevadera. Y en los momentos
solemnes, transformándolos en más solemnes todavía, en mucho más solemnes.
Además
no hay que olvidar la gran lección de vida que nos da. Creo que es la más alta
y acabada imagen de lo que la sociedad debería ser. Solos, uno a uno, podemos
hacer cosas hermosas, pero para hacer algo grande, muy grande y muy hermoso, el
camino es hacerlo junto a los otros, sin dejar de ser nosotros mismos. Y eso es
una banda de música. Eso es nuestra banda de música.
Por
todo esto recojo la invitación que el director nos hizo en el Concierto de
Navidad, porque creo que vale la pena dar ese paso sencillito de hacerse socio.
A fin
de cuentas, apoyar a la música es apoyar el único lenguaje realmente universal,
capaz de andar sobre las aguas turbulentas de nuestras diferencias, divisiones,
enfrentamientos y miserias. Y por esto, aunque solo sea por esto, ya vale
la pena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario