¿LIBERTAD DE EXPRESIÓN?
Otra
vez, en nombre del arte y la libertad de expresión, tenemos que aguantar las
provocaciones de individuos que alcanzan visibilidad, como dicen ahora, y
dinero, del modo más rastrero y miserable que podamos maginar. Hablo de Arco y
de la supuesta obra de arte consistente en un “ninot”, el Rey.
Y lo
más grave del asunto no es que haya quien que se lucra descaradamente
con estas gilipolleces, sino que, si la dirección de Arco hubiera vetado
semejante imbecilidad, como debería haber hecho, una marea de voces indignadas
nos hubiera arrasado en nombre del arte y la libertad de expresión. Eso es lo
grave.
Y
volvemos al principio. No es la figura en cuestión una obra de arte mayor que las de cualquier artista fallero
que hace “ninots” todos los años. Y no es libertad de expresión tildar de "ninot "al Rey, fuera de un contexto como las fallas, por ejemplo, con el único
propósito de que hablen de ti.
Utilizar
en tu propio beneficio la burla y el desprecio público de personas, o de instituciones
democráticamente establecidas, debería ser un delito. Y hacerlo en nombre del
arte y la libertad, un agravante de ese delito.
Hay
personajes públicos de la política y fuera de ella, cuya sola visión me
retuerce los hígados. Apago la tele o la radio, y si me cruzo por la calle con
ellos, simplemente los ignoro. Pero nunca se me ocurrirá la burla o la ofensa personal, y
mucho menos si con ello obtengo beneficios personales.
Es de ser persona sin principios éticos. Y quienes lo arropan y defienden, unos insensatos que a buen
seguro no tolerarían que les hiciera a ellos ni la mitad de lo que ellos hacen
a otros. A otros que no son de su cuerda, ¡claro! Y también lo harían en nombre
de la libertad.
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