Con
esta foto, hecha en Soria hace un año, y un poema de Antonio Machado, recibo
hoy a la primavera que entrará dos minutos antes de las once de la noche. Sea
fresca y lluviosa ahora, y lluviosa y tibia cuando nos abra las puertas al
verano.
El
poema es uno de los que más me gustan del poeta. Es una preciosa descripción de
la primavera castellana llena de cariño, y nostalgia por un tiempo que ya pasó
y en el que fue feliz.
A modo
de una carta escrita el 29 de abril de 1913 a su amigo José María Palacio desde Baeza,
donde vive y trabaja, le pide que suba al Espino, el cementerio de Soria, situado
en un alto, donde está enterrada su esposa, su querida Leonor.
El
poema es sencillo y claro, entendiéndose perfectamente con este dato que acabo
dar. Por lo demás no hay más que leerlo dejándose llevar por las palabras y
viendo, con los ojos del alma, cómo entra la primavera en la estepa del alto
Duero, como dice el poeta.
Palacio,
buen amigo,
¿está
la primavera
vistiendo
ya las ramas de los chopos
del
río y los caminos? En la estepa
del
alto Duero, Primavera tarda,
¡pero
es tan bella y dulce cuando llega!...
¿Tienen
los viejos olmos
algunas
hojas nuevas?
Aun
las acacias estarán desnudas
y
nevados los montes de las sierras.
¡Oh
mole del Moncayo blanca y rosa,
allá
en el cielo de Aragón, tan bella!
¿Hay
zarzas florecidas
entre
las grises peñas,
y
blancas margaritas
entre
la fina hierba?
Por
esos campanarios
ya
habrán ido llegando las cigüeñas.
Habrá
trigales verdes,
y
mulas pardas en las sementeras,
y
labriegos que siembran los tardíos
con
las lluvias de abril. Ya las abejas
libarán
del tomillo y el romero.
¿Hay
ciruelos en flor? ¿Quedan violetas?
Furtivos
cazadores, los reclamos
de la
perdiz bajo las capas luengas,
no
faltarán. Palacio, buen amigo,
¿tienen
ya ruiseñores las riberas?
Con
los primeros lirios
y las
primeras rosas de las huertas,
en una
tarde azul, sube al Espino,
al
alto Espino donde está su tierra...
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