-Hoy
es el día internacional de los bosques.
-¿Y
qué?
-Pues
nada, eso, que es el día internacional de los bosques.
-Pues
muy bien, me alegro.
Esta
conversación es perfectamente verosímil, y nos indica el escaso interés que
este tema suscita en la gente. Vivimos de espaldas a la naturaleza a la que
vamos la gran mayoría, como más, a pasárnoslo bien de un modo agresivo e
insostenible.
Lo he
dicho muchas veces; los bosques, mayoritariamente pinares en nuestra tierra, se han convertido en un parque de atracciones gratuito. Senderos destrozados por las
bicicletas o por los corredores que bajan y suben a lo recto, flanqueados por los sobrecitos y botecitos vacíos de las porquerías que se meten en el cuerpo tan "esforzados deportistas". Campos y bancales, excelentes cortafuegos, abandonados y cubiertos de maleza.
Grandes áreas quemadas, abandonadas a su suerte, con una regeneración natural
que las aboca a nuevos incendios.
Y
planeando por encima de todo, una absoluta inoperancia de las autoridades
medioambientales a las que no consigo entender. O les falta inteligencia o
tienen mala fe. Vamos, o son tontos del culo o
malos de narices.
¿A qué
esperan para actuar de un modo eficaz para proteger el bosque mediterráneo, que
es el nuestro, y que es además extremadamente vulnerable con el cambio climático?
Urge regular el acceso al medio natural y sobre todo a las masas forestales. Campañas
de concienciación, y prohibiciones que se hagan respetar con control y severas
sanciones, para poner freno a la presión “urbanitadeportiva” sobre nuestros
bosques. La red de senderos está gravemente amenazada por la erosión producida
por las ruedas de las bicicletas y los “chuloputas”, ellos y ellas, que suben y bajan atajando,
recortando y arrasando todo lo que se interpone entre ellos y sus ganas de
divertirse.
Urge un apoyo
decidido al mundo rural para facilitar la regeneración de amplias zonas
abandonadas a su suerte. La sanidad, la educación y las comunicaciones, son pilares básicos para que se pueda vivir
en un pueblo. Y no olvidemos que la estúpida ley de educación que sufrimos, asestó
un golpe mortal a nuestros pueblos, difícil, si no imposible de revertir; pero esto nadie lo dice.
Urge una intervención
masiva sobre todas las áreas quemadas para permitir una regeneración natural
sostenible; y sobre las que están aún sin quemar, para prevenir nuevos incendios. Y esta
intervención es imposible costearla con dinero público. Hay que dejarla en manos de
empresas especializadas que, debidamente controladas por las autoridades competentes, cumplan la función que antes
cumplía el mundo rural, cuando estaba vivo.
Vuelo
a la conversación inicial. En realidad, ¿a quién le importa todo esto? Como a
la gran mayoría les da igual que todo siga así, a los políticos también. Quizá
sea eso; estas políticas no les reportarían votos.
Porque poner
coto a los desmanes de la presión “urbanitodeportiva” no solo no les daría
votos, sino que se los quitaría. El apoyo al mundo rural es siempre de
boquilla porque, después de todo, son pocos los votos que de allí pueden
obtener. Y permitir la entrada de las empresas privadas para que hagan la función
que ahora nadie hace, les granjearía problemas con los radicales que defienden
el monte sin haberlo pisado en su vida, y eso además también podría quitarles votos.
-Hoy
es el día internacional de los bosques.
-¿Y
qué?
-Pues
nada, eso, que es el día internacional de los bosques.
-Pues
muy bien, me alegro.
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