FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

viernes, 27 de enero de 2017

Ha pasado en Villena...

Ha pasado en Villena, como podría haber pasado en cualquier sitio.


Me he enterado esta mañana de lo ocurrido en Villena. Un alumno de 17 años  apuñala a 5 compañeros. De momento nadie sabe por qué. Creo que, afortunadamente, no se teme por la vida de nadie.
Y ahora viene el circo. El circo mediático que va a entretenernos durante unos cuantos días. Políticos preocupadísimos, técnicos sapientísimos, docentes implicadísimos y muchos más "ísimos", nos ayudarán a entender algo que nos parecía que sólo ocurre en los EEUU. Y sabuesos justicieros saldrán también, en tropel, a buscar culpables a toro pasado, ¡claro! Porque alguien, con nombre y apellidos, tendrá que pagar por esto.
Pero no, aquí también puede pasar. Ya ves. Con algunas diferencias culturales. Allí a tiro limpio, en plan "far west” y aquí a navajazos. Es lo propio. A cada uno lo suyo. ¡Faltaba más! 
El problema es que dudo mucho que este suceso haga reflexionar a la sociedad, y a las autoridades políticas y educativas, sobre los verdaderos problemas de la educación en España, y en particular en la Comunidad valenciana.
Por eso, al final de la corrida todo quedará como quedó el asesinato de Abel Martínez, aquel profe del que ya nadie se acuerda, excepto la gente que le quería y que le seguirá echando de menos. Quedará como un hecho aislado que no marca tendencia, que no indica nada en particular.
Y así, nuestras autoridades podrán volver a preocuparse de sus seculares obsesiones. La imposición del valenciano y exclusión del castellano, lengua "intrínsecamente fascista". La identidad sexual de, parece ser, gran parte del alumnado. La escuela concertada, corrupta y elitista por definición…
Porque analizar de verdad el sistema educativo, sin prejuicios que prioricen los problemas de un modo absolutamente dogmático y partidista, es tarea tan necesaria como imposible, dada la catadura moral y el nivel intelectual de gran parte de nuestros políticos. No de todos.
No es esto de Villena un hecho aislado, sino un indicador, eso sí, muy elocuente de que hay demasiados fallos en el sistema educativo. Y de que la sociedad, de la que el citado sistema no es más que un reflejo, está cometiendo demasiados errores.
No pretendamos que los señores políticos que se afanan en subrayar las diferencias que nos separan, en demostrar machaconamente lo malos que son los otros, en recordarnos día a día la inutilidad del diálogo, en romper leyes y normas en aras de un bien dudosamente superior, sean capaces de impulsar una educación diferente a la sociedad que, ellos mismos y nosotros, creamos día a día.
La clave está en volver a enfocar las dos cuestiones fundamentales. El fracaso escolar y el respeto absoluto al que tiene derecho cada alumno y cada docente. Y, luego, en tener el valor de analizar las causas que nos impiden alcanzar estos dos objetivos, sin prejuicios ni intereses particulares, para buscar soluciones entre todos.
El fracaso escolar es ante todo un fracaso social. La sociedad fracasa en cada alumno que fracasa. Y las causas de este fracaso hay que buscarlas en una sociedad profundamente incoherente y en un sistema educativo rendido ante el imperio de lo políticamente correcto. Lo importante es que “quede mono”, aunque sea una solemne majadería. Que tenga sentido y sea de verdad útil es irrelevante.
Y el respeto. El hecho innegable de que los niños y jóvenes tienen derecho a una educación fundamentada en el respeto. En el respeto entre ellos. En el respeto de sus iguales a su identidad personal, sea cual sea, consecuencia ésta de su identidad cultural, intelectual, social, sexual... En el respeto a su libertad; a la libertad lingüística, a la libertad de pensamiento, a la libertad de expresión. 
Porque hay que garantizar el respeto entre ellos, sí, pero también el de los adultos y las instituciones a los niños y jóvenes, empezando por la educativa. Y también el respeto de ellos hacia los adultos y las instituciones. Y aquí hay mucho también que rascar.
Lo de Villena es la punta de un iceberg, como fue lo de Abel Martínez, que nadie está interesado en descubrir. No interesa conocer su verdadera dimensión, porque dejaría al descubierto la inmensa mentira en la que vivimos. La espectacular falla (y ahora me sale la vena valenciana) que es el sistema educativo donde casi nada es lo que parece.

No hay comentarios:

Publicar un comentario