Aquí está, según wetterzentrale, la ola de frío que se nos echa encima. Suelen acertar.
Alerta
roja en el Pirineo por nevadas. ¡Muy bien! Es lo que toca. Estamos en invierno.
Y las montañas necesitan la nieve como nosotros necesitamos que nieve en las
montañas. Y no lo digo sólo por las estaciones de esquí, sino por la montaña en
sí.
Debe nevar,
y debe seguir nevando hasta bien entrada la primavera. Eso será bueno. Y debe
hacer frío, y debe seguir haciendo frío.
Además,
con un poquito de suerte, aquí, aunque sea como la pedrea de la lotería,
también nos tocará algo. Mucho frío a partir del martes, y posibles lluvias y
nevadas en cotas bajas, a partir del jueves. ¡Ojalá! Aún no está claro, pero es
posible. Repito, ¡ojalá!
Parece
que el invierno se comporta como tal, y el otoño también acabó comportándose.
Llovió mucho, y en muchos sitios, bien. Bueno es que sea así. Bueno y
necesario.
Porque
aunque en el mundo cada vez más artificial y virtual en el que vivimos, la
naturaleza está cada vez más ausente, seguimos dependiendo de ella, somos parte
de ella. Para bien y para mal. Así pues, bienvenido el frío, bienvenido la
lluvia, bienvenida la nieve.
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