He
escuchado en la radio esta mañana una reflexión del señor Sánchez, dirigida al señor Casado. Le decía que parecía mentira que en Europa hayan sido capaces
de ponerse de acuerdo todos los países miembros, y en España no nos pongamos de
acuerdo nunca.
Y es
que justamente esto es lo que pensé yo cuando me enteré de la buena noticia que
supone el acuerdo alcanzado en Bruselas. Sí, me hago la misma reflexión que él.
¿Por qué en Europa sí y aquí no?
Pero a
la vez que me identifico con él, se me retuerce todo el triperío, hígados
incluidos, ante el cinismo inaudito, al que por cierto ya nos tiene
acostumbrados, de nuestro "augusto" presidente.
Es
verdad que desde que reventaron el espíritu de la Transición, nuestros
políticos nunca se ponen de acuerdo. Da vergüenza ajena escucharles. Y
precisamente el señor Sánchez debe saber mucho de intransigencias y de bloqueos.
¿Tan pronto se le ha olvidado el no es no? Su no es no, que tanto daño hizo, al
menos a mí no se me olvida.
Y sí,
tiene razón; pero no tiene ninguna, ninguna autoridad moral para decirle eso a
nadie. Aunque sea verdad, que lo es. Otra cosa muy distinta hubiera sido decir
algo así como, "nosotros, usted y yo, no sabemos ponernos de acuerdo. Europa nos
ha dado una lección. Somos unos incompetentes".
Pero
eso es coherencia, honestidad, dignidad, y esos valores, estos señores los
desconocen. Y así nos va.
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