FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

jueves, 30 de julio de 2020

La montaña vuelve a hablar.

Las montañas son mucho más que montones de piedras, por hermosos y espectaculares que sean estos montones. Y en días como hoy, esto que acabo de decir me doy cuenta de que es una verdad arrolladora.

El 26 de julio de 1985, mi amigo Toni, con unos amigos, ambos Javis, y conmigo, hizo su primer tresmil, el Mulleres. Hoy, treinta y cinco años y unos días después, ha llevado a su hijo Jorge al que ha sido su primer tresmil, el Vallibierna.

Vaya por delante nuestra más sincera enhorabuena; de Isabel y mía. Alegraos, sed felices, disfrutad del cielo de los 3000, de la brava y hermosa tierra que os rodea, gozad de esa intimidad que entre un padre y un hijo da el vivir juntos esta experiencia.

Y tú Toni, preséntale desde ahí arriba a tu hijo, como buen anfitrión, a todas esas montañas que forman parte ya de tu vida: Margalida, Russell, Tempestades, Aneto…Cuéntale lo feliz que fuiste y cómo nunca las has olvidado. Por eso estás ahora donde estás.

 Y tú Jorge, llénate del momento que estás viviendo, de su luz, de sus horizontes inmensos, de la satisfacción que sientes, del esfuerzo realizado; llénate porque tampoco lo olvidarás nunca, y será como un faro en tu vida que en los momentos de tempestad te recordará que hay un puerto seguro, y dónde está.

¿Veis como una montaña es más que montones de piedra? Es casi como un ser vivo, misteriosamente vivo, cuya enigmática vida se mezcla con la nuestra dándole un sentido que sólo puede entender quien ha vivido la experiencia de ponerse en sus manos, y siguiendo su llamada, la ha ascendido. Y en esta ascensión ha creído poseerla, cuando en realidad era ella la que te estaba poseyendo a él.

¡Cómo he deseado estar allí hoy con vosotros, como queríais! No ha sido posible, pero estad completamente seguros de que de algún modo he estado. Cuando me habéis llamado desde la cima, veía lo que estabais viendo; el cielo muy azul, las montañas y los valles, escuchaba el silencio. Y participaba de vuestra alegría, de vuestras dudas ante el paso del caballo, de vuestro puntito de preocupación por el descenso… Sí, hoy, de algún modo he subido al Vallibierna.

Y me he asomado también con vértigo, no a los abismos que os rodean, sino al devenir de la vida, al paso del tiempo, a las extrañas casualidades que van tejiendo lo que es nuestra existencia, donde las montañas tienen una razón de ser que, a menudo, se escapa a mi entendimiento.

No me habéis llamado desde un esbelto montón de piedras, me habéis llamado desde un momento particularmente intenso de vuestra vida que tiene un nombre, Vallibierna y una fecha, 30 de julio de 2020.

Toni, me has agradecido desde allí arriba que te diera a conocer los Pirineos, y tu hijo Jorge también lo ha hecho. Gracias, pero soy yo el que os tiene que agradecer el que me hayáis subido hoy con vosotros a la cumbre, haciendo realidad, una vez más, que las montañas tienen vida desde el momento que las nombramos y las amamos. Yo las nombré cuando era casi un niño. Tú lo hiciste después. Y ahora tu hijo. Por eso me habéis llevado con vosotros. Es la vida.

Antes de acabar quiero haceros caer en la cuenta de que "hemos" salido lloviendo, pero "hemos" salido, y "hemos" llegado bajo un cielo limpio, muy azul, sin viento, sin frío. La montaña, una vez más ha hablado, a vosotros, y a mí gracias a vosotros. ¿O es que ha hablado Alguien a través de la montaña, como otras veces…?

En fin, acabo, aunque se me queda tanto en el tintero… Una vez más, gracias y que Dios os bendiga.

¡Y cenad bien a gusto esta noche!

Por cierto, a continuación tenéis algunas fotos de tu primer tresmil


No se ve en la foto, pero ahí estábamos acampados.

En Aigualluts. El Aneto detrás. ¿Recuerdas aquella ascensión, la grieta...?

Avanzando por la Escaleta. Atrás el coll de Toro.

Heleros en la Escaleta.

Y seguimos subiendo. La Valleta de la Escaleta entera.

Llegando a la cima.

Cima del Mulleres, 3010. Vuestro primer tresmil.

Panorama hacia el Aneto.

Javi y yo en la cima.

Javi y yo en la cima.

Tú yo en la cima.

Vosotros tres en la cima.

Y otra vez, vosotros tres y yo.

Descendiendo.

Un descanso en el descenso. Atrás el mar de nubes en la Artiga de Lin.


NOTA: Esta entrada la he preparado mientras estabais en la cima. La publico tras vuestro regreso al valle. Una ascensión no se ha completado mientras no se ha vuelto al valle.

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