Las
montañas no son más que montones de piedras, pero dejan de serlo cuando las
miramos y las nombramos, y si además nos parecen bellas y las deseamos, se
convierten casi en seres vivos con los que podemos establecer íntimas y
profundas relaciones.
Esto no
lo ve así todo el mundo. Hay quien las ignora, las desprecia o las trata como
objetos para divertirse con ellos o en ellos, o para sacarles provecho
material. Sí, las ven como montones de piedras, y se pierden así lo mejor de
ellas.
Esto
ha sido, es y será siempre así.
Estos
días pasados he podido volver al Pirineo después de casi un año. Y desde un
puñado de cumbres a las que he ascendido, he mirado y nombrado tantas otras que
en las actuales circunstancias se me han antojado más lejanas e inaccesibles que
nunca, cuando pensaba, ingenuo, que sería ahora cuando las tendría más al
alcance de la mano.
Ciertamente
ha sido una experiencia agridulce.
En
esta primera entrada, ya de regreso a casa, voy a compartir diez primeros planos
de montañas que están en mi vida y que he visto estos días. Son ellas para mí
mucho más que montones de piedras. Las miré casi de niño, aprendí sus nombres,
me parecieron bellas, las poseí y fui feliz. Y ahora las echo tanto de menos…
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El Mall Pintrat, de 2851 metros. Una de mis preferidas. Solitaria, olvidada, sin senderos.¡Preciosa! |
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El Monte Perdido, de 3221 metros. Hace años estuve solo, en su cima, siete horas. Era octubre. |
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El Posets, de 3375 metros, la "segunda de abordo". Nunca ascendida por su vía normal. |
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El Vallibierna, de 3067 metros. Uno de mis primeros tresmiles. Centro de fabulosas travesías. |
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El Gran Bachimala, de 3177 metros. Altiva, lejana. Final de un sendero de ensueño. |
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El Aneto, de 3404 metros; el rey. ¡Cuántas experiencias vividas a su alrededor! Y qué hondas muchas de ellas. |
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El Perdiguero, de 3221 metros. Dura por cualquiera de sus vías de ascensión. Impresionante desde donde la mires. |
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Los picos de Eriste, de 3053 metros el más alto. Lejanos, elevándose sobre la bellísima Pleta de la Vall. |
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El Vignemale, de 3298 metros; con su glaciar. Feudo del conde Russell. Recuerdos queridísimos e imborrables. |
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El Boum, de 3006 metros. Esbelto, aislado. Dos mil metros de ascensión por la vertiente norte. |
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El Salvaguardia, de 2738 metros. Centro de historias y leyendas. Lo subo siempre muy pronto, para estar solo con él. |
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