Ayer
fue el Día Mundial del Medio Ambiente. Quiero sumarme a todos los que, de algún
modo, lo han tenido presente compartiendo un bonito poema de Rosalía de Castro. El poema se titula Los Robles y está en su libro En las orillas del Sar.
El
poema es largo. Transcribo a continuación un par de fragmentos que me parecen muy claros y expresivos, y que muestran la preocupación medioambiental de la gran poetisa
gallega, aunque en su tiempo ni a ella misma se le habría ocurrido hablar de
preocupación medioambiental. Pero el sentimiento, que comparto plenamente con
ella, estaba, aunque se llamara de otra forma, o incluso aunque ni se le
nombrara.
Bajo
el hacha implacable, ¡cuán presto
en
tierra cayeron
encinas
y robles!;
y a
los rayos del alba risueña,
¡qué
calva aparece
la
cima del monte!
Los
que ayer fueron bosques y selvas
de
agreste espesura,
donde
envueltas en dulce misterio
al
rayar el día
flotaban
las brumas,
y
brotaba la fuente serena
entre
flores y musgos oculta,
hoy
son áridas lomas que ostentan
deformes
y negras
sus
hondas cisuras.
Ya
no entonan en ellas los pájaros
sus
canciones de amor, ni se juntan
cuando
mayo alborea en la fronda
que
quedó de sus robles desnuda.
Sólo
el viento al pasar trae el eco
del
cuervo que grazna,
del
lobo que aúlla.
Constata
la deforestación de su tierra, y sus consecuencias para, un poco más adelante,
decir:
Torna, roble, árbol patrio, a dar sombra
cariñosa a la escueta montaña
donde un tiempo la gaita guerrera105
alentó de los nuestros las almas
y compás hizo al eco monótono
del canto materno,
del viento y del agua,
que en las noches del invierno al infante
en su cuna de mimbre arrullaban.
Que tan bello apareces, ¡oh roble!
de este suelo en las cumbres gallardas
y en las suaves graciosas pendientes
donde umbrosas se extienden tus ramas,
como en rostro de pálida virgen
cabellera ondulante y dorada,
que en lluvia de rizos
acaricia la frente de nácar.
¡Torna presto a poblar nuestros bosques;
y que tornen contigo las hadas
que algún tiempo a tu sombra tejieron
del héroe gallego
las frescas guirnaldas!
cariñosa a la escueta montaña
donde un tiempo la gaita guerrera105
alentó de los nuestros las almas
y compás hizo al eco monótono
del canto materno,
del viento y del agua,
que en las noches del invierno al infante
en su cuna de mimbre arrullaban.
Que tan bello apareces, ¡oh roble!
de este suelo en las cumbres gallardas
y en las suaves graciosas pendientes
donde umbrosas se extienden tus ramas,
como en rostro de pálida virgen
cabellera ondulante y dorada,
que en lluvia de rizos
acaricia la frente de nácar.
¡Torna presto a poblar nuestros bosques;
y que tornen contigo las hadas
que algún tiempo a tu sombra tejieron
del héroe gallego
las frescas guirnaldas!
Uniendo
así naturaleza y cultura. Porque cuando agredimos a nuestro medio ambiente no
sólo hay consecuencias ecológicas sino culturales. No es ajena a la naturaleza
nuestra forma de ser personas, nuestra identidad cultural.
Me parece un precioso
poema con un significado muy profundo y de una actualidad absoluta. Y es que
el pensamiento, cuando es grande, alto, hondo, y se convierte en literatura,
rompe las barreras del tiempo y del espacio.
Si queréis leerla completa podéis pulsar el siguiente enlace Los Robles. Rosalia de Castro.
Si queréis leerla completa podéis pulsar el siguiente enlace Los Robles. Rosalia de Castro.
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