Comparto
hoy, día de Navidad, un texto de José María Rodríguez Olaizola, sj. que no es
más que un pregón de Navidad. Ni más ni menos. El anuncio de la luz en medio de
la oscuridad, de alegría en medio de la tristeza, de paz en medio de la
angustia, de esperanza en medio de la desesperanza, de vida, de Vida con
mayúsculas convirtiendo en Vida a la misma muerte.
Hace muchos siglos, Dios miró
al mundo,
y sus entrañas se conmovieron,
al ver al hermano enfrentado con el hermano,
al ver el dolor del inocente injustamente
golpeado,
al ver los muros que se levantaban entre
personas…
al escuchar los lamentos, las plegarias, las
llamadas
de quienes se preguntaban: “¿Por qué?”,
y le preguntaban: “¿Dónde estás?”
Y Dios quiso dar respuesta a
las preguntas,
y Dios quiso dar alivio a las heridas
y quiso dar horizonte a las historias
derribar los muros
y devolver a las gentes una
humanidad perdida.
y quiso acariciarnos con sus
manos,
y hablarnos con su misma Palabra,
amarnos con un corazón de
carne,
hacerse uno de nosotros, para
abrazarnos en El.
Y lo hizo.
en Belén de Judá,
a las afueras del pueblo,
porque no tenían sitio en la posada,
de María Virgen, esposa de José,
nació Jesús,
y sus padres lo envolvieron entre pañales
y lo acostaron en un pesebre
Él es palabra que susurra
nuestro nombre,
canto de Dios que puebla
nuestro silencio,
brillo que enciende las noches
justicia que repara lo
injusto.
con verdad eterna.
Y hoy celebramos su presencia
Dios-con-nosotros
Dios bueno,
Dios nuestro…
¡¡¡Feliz Navidad!!!