FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

viernes, 30 de mayo de 2014

No matarás.


Me preocupa lo que ha sucedido a raíz del asesinato de Isabel Carrasco, presidenta de la Diputación de León. No sé si os habéis dado cuenta, pero es preocupante.
Las pintadas en la pasarela donde fue tiroteada y rematada, los comentarios por internet apoyando el hecho y animando a extenderlo a otros, según ellos “asesinables”, la sensación extendida de que de algún modo se lo había ganado, pues no era buena persona, parece ser…El crimen justificado e incluso jaleado.
No sé, pero a mí me ha dejado un mal sabor de boca y la sensación de que algo estamos haciendo rematadamente mal para que el hecho de pegarle un tiro a una persona produzca a algunos satisfacción y así lo manifiesten y a la gran mayoría indiferencia porque…igual se lo había ganado, quedando la repulsa tan solo en el plano puramente institucional. Y me asusta además lo rápidamente que ha caído todo en el olvido, por eso lo recuerdo ahora.
La indignación, la rabia que nos produce la injusticia, el abuso de poder, el sentirnos avasallados, despreciados, ninguneados prende en nosotros la llama de la ira y en ocasiones el deseo de matar, deseo que perdería fuerza en cuanto fuera realmente posible su realización, al menos en la mayoría de las personas, pero que en todos está ahí agazapado, listo para saltar…si se dan las circunstancias propicias para que esto suceda.
Y aquí está el problema, que a veces esas circunstancias se producen. Y es entonces cuando resuena una voz antigua, que nos llega desde el principio de los tiempos, ¡no matarás! Un precepto antiquísimo, tan antiquísimo como desoído y vulnerado a lo largo de la historia.
Vulnerado sí, pero no trivializado, no convertido en vulgar espectáculo o en juego cotidiano como en lo que ahora lo hemos convertido.
Nos hemos acostumbrado a la violencia llevada hasta el límite del crimen, y jugamos con ella, disfrutamos con ella. Y nuestros niños crecen con ella como algo habitual, cotidiano e incluso divertido.
Y se nos olvida que todos llevamos dentro esa fuerza para matar. Y que es real. Sólo falta que la ira la azuce, y entonces, como perro rabioso, esa fuerza atacará. Y entonces a base de haber vivido rodeados de violencia, de haber jugado con ella durante tantos años, ese perro rabioso abrirá más fácilmente las puertas de su jaula.
Pienso que estamos jugando con fuego. Y nos quemaremos, porque las fuerzas del mal que desatan la ira, están ahí, ahí cerca, muy cerca.
Igual que no se juega con fuego en el bosque, no se juega con la muerte de nadie. No debe ser juego la muerte de un ser humano a manos de otro.
Dejemos eso, como máximo, para el buen cine, que siempre acabará dejando en el aire y en nuestra conciencia aquella lejana y terrible pregunta al asesino: ¿Dónde está tu hermano Abel?

miércoles, 28 de mayo de 2014

El mal de bajura existe. Yo lo padezco.

Contemplando desde el Pico de La Arista las Agujas de Ansabere podría estar 1000 años.
Hace ya mucho tiempo acuñé el término “mal de bajura” en contraposición con el mal de altura, término éste muy común en el ambiente montañero.
Yo, el mal de altura no lo he sentido nunca, aunque no he pasado de los 4810 metros del Mont Blanc; no sé si más arriba…
Pero sí he sentido y siento con mucha frecuencia lo que llamo el “mal de bajura”. Es una desagradable sensación mezcla de ansiedad, agobio, debilidad muscular, disminución del apetito, falta de tono vital, incluso dolores de cabeza y de cuello frecuentes…¡Vamos! Sensación de estar hecho una piltrafilla.
Me voy a las montañas y vuelvo nuevo; en un  tiempo récord me recompongo, todas las sensaciones desagradables se volatilizan, y se me nota hasta en la cara, según me dicen. Y ahora resulta que eso que me pasa está siendo estudiado por la medicina y le han puesto de nombre Trastorno por déficit de naturaleza. Resulta que va a ser verdad que el alejamiento del medio natural nos pone enfermos.
Yo, desde pequeño, recuerdo que siempre que podía me iba al monte; mis padres me lo facilitaron y además, como ya me gustaba leer, leía aventuras de Emilio Salgari o Julio Verne que casi siempre se desarrollaban en la naturaleza. Pronto los Pirineos me engancharon y me llenaron, y ya no me separé de ellos.
Por esto creo que al recibir toda la vida "altas dosis de naturaleza", estoy como “enganchado a ella” de tal manera que su ausencia me provoca una especie de síndrome de abstinencia que debe ser lo que han venido a llamar Trastorno por déficit de naturaleza.
Claro que quien más intensamente la vive, más sufre estos síntomas. Quien menos, los tiene más atenuados o difusos.
¡Es curioso! Ahora, mientras escribo estas líneas, truena, han caído unas gotas (pocas) y huele algo a tierra mojada; y así, los sinsabores de un día extraordinariamente desagradable casi hasta el final, se disuelven en esa otra forma de ver la vida que redescubro cada vez que me acerco a la naturaleza o que ella, como esta tarde, se acerca a mí.

 Nota: Si este nuevo concepto te interesa, tecléalo en google. Hay información interesante.

martes, 27 de mayo de 2014

Evocando la tienda de campaña...

Evocando lo que es para mí el lugar más cálido y acogedor del mundo: la tienda de campaña. Hace demasiado que no duermo en ella, y eso hay que arreglarlo.

¡Qué bien se está! ¡Qué feliz soy en ella!
Bajo la fina llovizna o la violenta tormenta; con viento impetuoso o en la noche serena; bajo el pedrisco o la nevada; envueltos por la niebla o por una atmósfera cristalina de puro transparente. ¡Qué bien se está!
He acampado junto a ríos, cascadas y lagos; entre nieves y rocas; en bosques y prados; sobre glaciares…
Y qué decir del momento, tras la cena, en que entras en ella, con el cuerpo cansado y el ánimo gozoso que deja un buen día de montaña. ¡Es delicioso!
Son los dos puntos clave. La cima y la tienda. Entre ellos se enmarca el día entero.
Confidencias, recuerdos, largas dormidas en el mal tiempo. El despertador sonando en la alta madrugada para salir de noche cerrada al encuentro de la luz en las cumbres.
Y siempre en tierra libre. Lejos de campings, pueblos, caminos… Así es como soy feliz. Plantar la tienda en el hacinamiento de un camping por “mono” que sea, es una forma triste, pero demasiadas veces obligada de ir a las montañas.
Un verdadero montañero, y esto es para mí la prueba de que lo es, busca plantar su tienda en un lugar perdido y solitario, ignorando valientemente parques, reglamentaciones y demás escoria proteccionista…harto discutible.
Y cuando está acampado, es tan discreto que los sarrios duermen junto a su tienda. Me pasó en el lago de Cregüeña, en Benasque; en Paderna, a los pies de las Maladetas; en el glaciar de Tré-La-Tête, en el macizo del Mont Blanc…
Luego, cuando ha de volver al valle, en la montaña no ha quedado ni rastro de su presencia. Él sí se ha llevado una huella para siempre.
Esto es hacer montaña.

Acampada sobre el glaciar en la Aiguille du Gôuter a 3863 mts, en la ruta al Mont Blanc.
Acampada en el Pla de Aigualluts a los pies del Aneto un 1 de enero.
Acampada en el solitario y salvaje circo del río Ara, muy lejos de cualquier parte. Soledad.
Acampada en el lago de Llosas, en la cara sur del macizo de la Maladeta, en Benasque.
Acampada en la entrañable Valleta de la Escaleta, en Benasque, una tarde tormentosa de verano.

Acampada en el bosque de Besiberri, en Pascua. Detrás está la otra tienda.

Acampada en el torrente de los lagos de Arriel, en la ruta al Balaitus.
Acampada en la Subitralla, a los pies del Monte Perdido. Ordesa.
Acampada en la Valleta de la Escaleta un día azul. Al fondo, La Forcanada.

lunes, 26 de mayo de 2014

La extraordinaria e increíble historia del Caballero Garbino.


Andábamos un día de éstos un buen amigo y yo trepando por la Canal del Garbí, tan bonita ella, con sus cadenitas y sus clavijitas, cuando, de improviso, un chaval joven y por su aspecto e indumentaria “alternativo”, nos sorprendió bajando a saltos por las rocas. Lo hacía bien el mozo.
Entonces, ni corto ni perezoso, mi amigo exclamó a voz en grito, “¡Oh, el hombre grillo!”, a lo que el hombre grillo respondió parándose en seco y poniendo cara de estupefacción. No dijo nada, sólo miraba atónito. Yo pensé, ahora nos manda a “escaparrar”, por ejemplo. Pero no fue así, el susodicho subió otra vez y volvió a dar, ante nuestras narices, un salto realmente espectacular, y mi amigo volvió de nuevo con el hombre grillo por aquí y el hombre grillo por allá. Hablaron, no sé de qué, porque yo también estaba estupefacto.
Aparecieron dos más, uno de ellos con cara de inglés y, dicho sea de paso, de acojono, y finalmente el cuarto del grupìto, que llevaba terciada a la espalda una espada de madera guardada en su vaina.
Díjole a éste entonces mi amigo, “¡Ohhhh! ¿Eso que llevas ahí es una espada?”, pregunta que el otro respondió afirmativamente. Y entonces, ante el asombro de todos los que en aquella cornisa estábamos, se arrodilló ante él y exclamó con voz potente, “Ruégote, humildemente, me armes caballero”, cosa que el mozo de la espada hizo tras desenvainarla elegantemente, tocándole en ambos hombros a mi amigo que, rodilla en tierra, y la cabeza agachada, ingresaba así en la augusta Orden de la Caballería.
Yo contemplaba asombrado la escena. Y en ese momento, el de la espada, mirando a sus colegas les dijo “¿Habéis visto cómo sí me ha servido para algo traer la espada?”.
A renglón seguido, el hombre grillo, ya desde bastantes metros más abajo, gritó al recién armado caballero, “¿Sabes que yo fabrico armas?” A lo que mi amigo respondió “¿Armasss de mataaaar?”.  “No”, dijo el saltarín, “de simulación para recrear batallas” y acabó invitándonos a una recreación que iban a hacer próximamente en el castillo de Sagunto.
Y así, ellos siguieron bajando y se perdieron entre las peñas, y nosotros subiendo; pero mi amigo albergaba honda preocupación. No tenía nombre de caballero, ya que al armador de caballeros, perplejo como estaba, no se le había ocurrido nombre alguno. Más he ahí que, a mí, testigo de tan asombrosos acontecimientos, sí me fue revelado de lo alto el nombre, ilustre entre los ilustres, de Garbino, con lo que así mi amigo paso de ser normal ciudadano a Caballero Garbino. Caballero cuyas hazañas alcanzarán alta gloria y renombre universal, rivalizando con las que ya han quedado escritas con letras de oro y sangre en la historia de la andante caballería.


Y aunque mentira parezca, esto que he contado es rigurosamente cierto. Sucedió un día de primavera, por la tarde, en la Canal del Garbí, como ya he dicho, estando como testigos el hombre grillo, dos mozos más, un servidor, la montaña y el mar.
Y luego, esa noche, antes de dormirme bajo un pino, pensé: aquellos cuatro eran peculiares, sí, pero ¿cómo nos habrán visto ellos a nosotros? Y es que en la montaña pasan unas cosas…

domingo, 25 de mayo de 2014

Es bonito votar.


Es bonito votar. Voy a hacerlo en cuanto acabe de escribir estas líneas. Me asearé y me vestiré para la ocasión y bajaré al colegio electoral, donde, por cierto está Isabel de presidente de una de las mesas.
Me gusta ver cómo la gente, tras identificarse, introduce su voto en la urna. Y cómo gentes de diferentes partidos pasan juntos allí el día a la espera del resultado.
Muchas personas han entregado a lo largo de la historia lo mejor de sí mismos, y a veces su propia vida, para que hoy podamos hacer esto en paz y libertad.
Por eso no me gusta no votar. Me parece una falta de respeto a la memoria de todos los que han luchado por la democracia a lo ancho del mundo y a lo largo de la historia.
Y tampoco me gusta cómo se lo montan los partidos, convirtiendo la sana y  necesaria confrontación ideológica y política en vulgar y ruin pelea de gatos. ¿Por qué no dice cada uno lo que propone y deja al adversario en paz? Sería tan bonito.
Como bonito sería que los medios de comunicación, tan poderosos, fueran libres e independientes de verdad y dejaran de tergiversar, manipular y arrimar sistemáticamente el ascua a su sardina. ¡No os digo el programita que escuché, la jornada de reflexión, en Onda Cero…!
Pero bueno, es lo que hay. Indignado por muchas cosas, cabreado por otras, pero voy ahora mismo a votar, que llego tarde.

jueves, 22 de mayo de 2014

¿Quién les ha defendido?¿Quién?


¿Quién les ha defendido? ¿Quién ha pensado en ellos? ¿Quién se ha puesto en su lugar? Nadie, nadie ha movido un dedo por todos esos miles de alumnos que no van a poder aprobar el curso porque les han quitado dos meses, les han quitado la última oportunidad.
Y además, hay que decirlo alto y claro. Han reventado a los más débiles del sistema, a los que más les cuesta, y ¡ojo!, que no son todos unos zánganos que por serlo se merezcan ir a septiembre, ni mucho menos. Hay mil motivos para suspender en junio, y muchos muy respetables.
Ante una decisión de la administración, antipedagógica, injusta y absurda nadie ha movido un dedo. Ni las APAS, ni los padres “por libre”, ni los consejos escolares, ni los claustros de profesores, ni los mismos alumnos, ni los sindicatos, nadie. Todos, unos lamentándose, otros sin lamentaciones siquiera, han entonado el “sí buana”.
¡Qué vergüenza! ¿Dónde están esos paros y esas manifestaciones de estudiantes peleando por algo que ni acababan de entender y cuyas consecuencias directas sufrían tan sólo parcialmente, en el caso de sufrirlas? ¿Dónde los agitadores justicieros, tanto profesores como alumnos?
Callados como putas, con perdón. Ahora que sí que hay un motivo concreto, con consecuencias prácticas graves y además sobre los más débiles, callados como putas.
¡Pero qué vergüenza!¡Cómo se les ve a unos el plumero,  a todos la insolidaridad y al sistema la incoherencia!
Ahora diré a los alumnos que necesitaban más tiempo y a sus padres, que no lo hay. Que o aprueban ya o repiten, pudiéndose evitar eso si hubiere septiembre. Y me preguntarán por qué, y diré que hablen con la “muy honorable”…yo soy un “mandao cabreao”.
Y al chaval de 2º de BAC que necesitaba el verano para afrontar con garantías la selectividad, le tendré que decir que se jorobe.
Y a la chiquilla de 1º de ESO que estuvo un trimestre en el hospital y que le ha faltado tiempo para ponerse al día, que se jorobe.
Y al chiquillo de 2º de ESO con serios problemas de atención, que dedica muchas horas, y aún así le cuesta, que se jorobe.
Y al de 3º cuyos padres se han separado de mala manera, y ha pasado un año de pena, que se jorobe.
Y al que con su CI bajito, a base de esfuerzo y de acabar siempre en septiembre ha llegado a 4º, le diré “¡Ah, se siente!” Ahora has de repetir 4º, cuando en septiembre habría obtenido el graduado.
Y como estos cientos y miles. Pero ¿quién ha salido en su defensa? ¿Quién?
Esta decisión de quitar septiembre va a hacer mucho daño a mucha gente. Estoy viendo ya pasarlo mal a muchos por esta causa, y no me queda ni siquiera el consuelo de que la “muy honorable” tenga la más mínima conciencia del error que ha cometido. Imagino que dormirá tranquila, acunada por los cantos de sirena de sus inteligentísimos asesores y que si no lo hace, si no duerme tranquila, no será por pensar en el mal que ha hecho a tantos chavales, y precisamente a los que más les cuesta, a tantas familias…
¡Pero qué vergüenza! Nadie ha hecho nada por ellos. No hemos hecho nada por ellos. ¡Siento vergüenza!

NOTA:
Justo un momento antes de publicar esto, he leído en el Levante digital el calendario escolar para el curso que viene y unas curiosas y ridículas justificaciones de algunos de las cambios introducidos, entre ellos el de suprimir septiembre. Acaban de publicarlo. Las justificaciones son de risa. Se creen que somos imbéciles. ¿O quizá lo somos?

miércoles, 21 de mayo de 2014

Evocando los bosques en otoño...


Evocando esos rincones secretos de los bosques en otoño, desde la desolación de una tarde seca, azotada por el poniente, de una primavera sin flores, sin verde, sin agua…

Encontrar en lo escondido de un bosque otoñal ese rincón suave, acogedor, que parece situarnos en otro tiempo, en otro mundo, es siempre una profunda experiencia.
Allí, en el silencio vivo, en el juego asombroso de la luz entre las hojas, en el intenso aroma vegetal, reencontramos el ritmo exacto de la vida, descubriendo así cuan lejos estamos de él.
El lugar siempre invita al suave reposo…,como si quisiese facilitarnos no sé qué ideal sincronización, que tan solo llegamos a atisbar, a captar, como una visión fugaz de lo que podría ser y no es, tan fugaz y tan inaprehensible como la dulce nostalgia que nos envuelve.

lunes, 19 de mayo de 2014

Atardecer en San Pedro.

Una de las tardes que estuvimos en Roma hace unos días, tras visitar el Castillo de Sant’Angelo desde donde contemplamos el Vaticano recortándose contra el cielo del atardecer, gran parte de la ciudad y el Tíber, fuimos paseando por la Via della Conciliazione hasta la Plaza de San Pedro.
Allí nos sentamos en unas sillas, que aún no habían retirado de la audiencia matinal del Papa, y dejamos que cayera apaciblemente la noche.
Envueltos en la majestuosa y acogedora plaza, gozamos de la tranquilidad que allí se respiraba, de las gentes tan diferentes que por allí paseaban, de la luz que iba apagándose, del color del cielo deslizándose imperceptiblemente del rosa al malva y al fin al negro.
Sólo el tañido de las campanas nos marcaban el paso del tiempo. Se estaba muy bien. Ya de noche, cruzando el Tíber, en cuyas aguas se reflejaba el castillo de Sant’Angelo, nos fuimos a cenar a uno de los restaurantes del bullicioso barrio que rodea al Panteón.
¡Hay que ir a Roma!















sábado, 17 de mayo de 2014

¡¡¡¡¡Alerta!!!!! Viene el poniente.


El incendio de Manises traía hoy al pueblo ese terrible olor a monte quemado. Hoy, un  día con viento fresquito de levante. ¿Lo veis? Todos los días, todos los días…
Pues bien, a mediados de esta semana entra el poniente. Llega el poniente.
No es momento de quejarse de lo que no se ha hecho bien, o de hablar de lo que debería haberse hecho. Es momento de estar muy alerta todos. Todos los medios que están activados por la Consellería y los ayuntamientos, muchos según la prensa, no van a ser suficientes.
Es momento de vigilar, no sólo el monte, ya hay quien hace eso, sino de ”vigilarnos” unos a otros. Conocemos nuestro entorno y sabemos a quién le gusta “jugar con fuego”, quién tiene conductas de riesgo por el motivo que sea. Aconsejémosles no hacer esto o aquello, exhortémosles a no hacerlo, impidámosles hacerlo, no les permitamos hacer una tontería.
Ante esta situación todos tenemos que actuar. Cada uno dentro de sus posibilidades. Corramos la voz. La naturaleza de nuestra tierra, nuestra casa común, está al borde del desastre. Estamos al borde de una gran catástrofe medioambiental.
Esta semana, posiblemente martes o miércoles entrará el poniente. Y no sé cuanto durará.
Pensadlo, si con un levante fresquito pasa lo que está pasando, ¿qué puede pasar cuando sople el poniente?

NOTA:
Creo que la gente debe ser consciente de la situación. Si extender esto por la red sirve  para ese fin, eso que tenemos. No os lo pido por engrosar el número de entradas a mi blog. Si queréis compartidlo como vuestro. Lo importante es concienciar y alertar. ¡Viene el poniente!

jueves, 15 de mayo de 2014

Un cuento infantil: la princesa y su perrita.


Había una vez una princesa que tenía una perrita. Y claro, la princesa siempre era la princesa y la perrita de la princesa era siempre, cómo no, la perrita de la princesa. Y fueron felices y comieron perdices, codornices y altramuces. Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
¿Qué cuento más bonito, verdad? ¡Qué cuento más asqueroso, joder!, con perdón. Porque esto no es un cuento, es la realidad, una realidad repugnante hasta la nausea.
Me contaban unos papás que su hija de 4 años, ¡4 años!, tiene una amiga, muy amiga ¿? con la que juega a menudo, siempre y cuando ella sea la perrita, porque la princesa siempre es la otra. Y cuando la perrita sugiere ser un día princesa se queda sin jugar, así que entre la soledad y ser perrita, pues a hacer guau, guau y a lamer el culo a la princesa, si es menester.
¡Que venga Rousseau y lo vea! A ver si volvía a escribir las majaderías que escribió sobre los niños.
Desde la más tierna infancia, la miserable condición humana marca la pauta para que esta condición siga siendo miserable. Sólo la educación en valores como el respeto a todos, la dignidad de todos, la igualdad entre todos, la honestidad, la justicia, la libertad, el amor como el valor por excelencia, pueden hacer que esta niña-siempre-princesa no se convierta en una más de esas personas, prepotentes, avasalladoras, convencidas de su propia grandeza…, triunfadoras, que andan haciendo daño por el mundo, y que dicho sea de paso, nunca llegan a saber lo que es ser, de verdad feliz, porque son incapaces de amar a nadie como no sea a ellos mismos.
Y no son “cosas de niños”, no. Hay que intervenir. Los papás de la princesa deben decirle a su retoño, “mira nena, como no dejes a tu amiguita ser princesa…te parto la cara”. Bueno, es un decir, pero es que estas cosas me ponen muy, pero que muy de mala leche. ¿Se nota?
Como de mala leche me ponen tres de las cuatro reacciones posibles de los papás ante estas situaciones. A saber: los papás que no se enteran, los que dicen “mi hija no hace eso”, o los que piensan y a veces se atreven ufanos a decir  “mejor que aprenda a pisar que a que le pisen”.
Porque los papás que, o porque se dan cuenta, o porque se lo dicen y lo aceptan, intervienen dejándole claro, ya a los cuatro años, que su amiguita-perrita tiene el mismo derecho que ella a ser princesita, están en el único camino que tanto a ellos como a su hija les llevará a una vida digna de ser vivida, plena de sentido, aunque no “triunfe”, aunque no “medre”, porque habrá aprendido que el mosto que sale del pisar personas en el lagar de la vida, no hace jamás un buen vino.

miércoles, 14 de mayo de 2014

Hoy Marines, Calles... ¡No lo simplifiquéis!

Alcublas. Esto estaba todo cubierto de un frondoso pinar salpicado de campos. Lo disfruté y lo perdí. Así está hoy.
Ayer escribía, “la que se nos viene encima ante la indiferencia general”. Hoy, un día de mayo y sin casi viento, Marines y Calles sufren el zarpazo del fuego. Por lo que sé, la rápida movilización y la atmósfera en calma parece que han permitido un control rápido de las llamas. Pero los árboles no nos deben impedir ver el bosque. Estamos sobre barriles de pólvora y siempre hay gente fumando por los alrededores.
Ya no hay tanta indiferencia. El tema del fuego empieza a interesar a los medios de comunicación, un poco tarde por cierto, y empieza a hablarse en la calle del asunto, y en las redes sociales…¡Qué miedo! Empiezo a oír imbecilidades, frivolidades, simplezas. Ya hay quien busca rentabilidad política a la situación, y ¡cómo no!, ya he oído y leído que claro, con los recortes va a arder todo.
Y entonces, a mi honda preocupación y a mi miedo diario, se le añade la indignación y la vergüenza.
Claro que los recortes no benefician, pero no se olvide nadie que tanto con el PSOE como con el PP ha habido grandes incendios que han arrasado miles y miles de hectáreas provocando catástrofes medioambientales de las que pronto todos se han olvidado. No es patrimonio de ningún partido político el titulo de pirómano. ¡Que no me vengan ahora con cuentos y con “slogans” facilones!,¡que no simplifiquen el grave y profundo problema de la gestión integral del medio ambiente al que no se ha enfrentado todavía ningún gobierno en estas tierras!
Ahora es tiempo de pasar como podamos este verano, juntos frente a un enemigo común devastador. He dicho muchas veces que hace falta un gabinete de crisis para afrontar la situación, y en ese gabinete deberían estar técnicos, gobierno y oposición. Y la necesidad de este gabinete, creo que cada día es más evidente. Es muchísimo lo que nos jugamos. Es una irresponsabilidad y una cabronada politizar el tema en provecho de los ”míos”. ¡¡Ahora no!! Hay que ser mala gente para hacer eso, o ser simplemente idiota.
Y luego, cuando pase el verano, cuando vuelvan las lluvias, hemos de tomarnos en serio a la naturaleza en la que vivimos, porque nos necesita como nosotros la necesitamos a ella. Si de todo esto sacamos esta lección, empezaremos a avanzar.
El problema de fondo es muy serio, presenta muchos frentes y por lo tanto, el abordarlo exigirá cambios profundos en muchos aspectos diferentes, aspectos que expondré en una próxima entrada.
De momento sólo digo que no es momento de barrer para casa y de tirarnos trastos a la cabeza. Valencia era un vergel rodeado de bosques salpicados de campos, huertos y masías. De aquello no queda ni la sombra, y lo poco que queda pende de un hilo, y de eso somos responsables todos, sin distinción de ideologías.
De verdad, el problema es muy hondo, muy complejo. No lo simplifiquemos y menos para decir que los malos son los otros, sean quien sean. Así nada resolvemos.
            Tenemos un enemigo común, y lo que está en juego es la casa de todos.

martes, 13 de mayo de 2014

4ª carta abierta a la Señora "Consellera" de Medio Ambiente.

Señora "Consellera" de Infraestructuras, Territorio y Medio ambiente:

Señora “Consellera” vuelvo a insistir. Supongo que sabrá que la situación del monte en la Comunidad y muy en particular en las tierras próximas al Golfo de Valencia, es extremadamente crítica.
La sequía continúa implacable. Si no llueve, y mucho, en mayo, nos metemos ya de lleno en el verano, que por cierto se está anticipando. Y aquí, en verano llueve poco o nada. Puede ser un verano muy largo, atroz, devastador, sin contar con el fuego. Pero es que tal como está el monte el fuego aparecerá.
Las plantas se están secando literalmente, los cultivos de secano arruinando, las fuentes dejan de manar y no hay charcos por ninguna parte; tampoco hay casi flores. Está siendo una triste primavera.
Nadie vivo ha visto sequía semejante por estas tierras aunque haya agua en los embalses y en los pozos. No sé si es consecuencia o no del cambio climático, lo que sí sé es que es una situación excepcional. ¿Están tomando medidas excepcionales? ¿O hablan mucho del citado cambio climático pero no hacen nada para controlar lo que podría ser una de sus consecuencias? Tendría narices la cosa.
Ya he pedido desde este mismo blog la creación en su "Consellería" de un gabinete de crisis para afrontar el desastre medioambiental que estamos viviendo, desastre tan grande como silencioso.
Tomen ya medidas. Que las brigadas antiincendios estén siempre alerta, las UME en permanente vigilancia, controlen por tierra y aire, intervengan enseguida al menor indicio de peligro, prohíban terminantemente el que se haga fuego en zonas forestales, pero ya, casetas incluidas, cierren si es menester el acceso a determinadas zonas vulnerables y cuando, estando como está el monte, venga el maldito poniente, señora mía, ni duerma como yo no duermo. Al menos, en su vigilia puede usted hacer algo. Yo sólo sufro.
Hace unos días recorrí la sierra Calderona con un amigo. Fuimos, en dos jornadas, de Puzol a Olocau pasando por Gátova. No había flores y aún así fue una gozada. Está en sus manos; esa sierra y otras muchas están en sus manos. Cuide lo poco que nos queda.
No lo tiene fácil. Es una situación excepcional. Tome medidas excepcionales. Esté a la altura de las circunstancias.

NOTA:
Bueno, ya sé que esto no lo leerá la Consellera, pero me desahogo y advierto, aliviando así, tan solo un poco, la impotencia que siento viendo la que se nos viene encima ante la indiferencia general. 

Estas plantas no recuerdo ahora como se llaman, pero están así.
Así es como tenían que estar ahora.
Así están ahora las jaras.
Así tenían que estar.
Así están los pinos, perdiendo hoja que amarillea y cae.
Así tenían que estar.
Esto es una mata de romero. Así están. Los tocas y cae la hoja.
Así tenía que estar el romero.

domingo, 11 de mayo de 2014

Receta. Pollo al gusto del emperador.

Este "careto" tenía el mozo en cuestión.
Marco Aurelio Antonio Augusto, más conocido como Heliogábalo, fue emperador romano el año 218 a los 14 años, y dejó de serlo cuando la propia Guardia Pretoriano lo asesinó a los 18. Ha pasado a la historia como uno de los más absurdos, crueles y depravados, a su tierna edad. Entre otros muchos excesos, su gusto por el buen comer era bien conocido, de hecho el nombre por el que se le recuerda significa persona dominada por la gula.
Pues bien, aquí os explico la forma de hacer un pollo delicioso, según una receta de Apicio, inspirada en tan singular personaje.

6 muslitos y 6 alitas (ver cómo hacer esta típica salsa romana en este mismo blog)
Aceite de oliva.
Un vaso y medio de vino blanco.
Un puerro bien picadito.
Un vaso y medio de leche.
Un puñado de piñones.
Dos huevos duros.
Una cucharadita de cilantro.
Un poquito de pimienta.
Unas ramitas de hierbabuena.
Dos pastillas de caldo de pollo.

            Échense tres o cuatro cucharadas soperas de garum sobre el pollo y mézclese bien; que queden pringaditas. Luego en una cazuela con el aceite caliente, deposítese con cuidado el pollo y dórese removiendo continuamente. Cuando ya esté dorado, añádanse el puerro picadito, el cilantro y la hierbabuena y sígase removiendo un par de minutos. Entonces es el momento de verter un vaso y medio de vino blanco, la pimienta, los piñones y las dos pastillas de caldo. Que cueza unos cinco minutos más y entonces añádase el vaso y medio de leche y déjese cocer a fuego medio hasta que reduzca, momento éste en el que añadiremos los huevos duros finamente picados y los mezclaremos bien con el guiso.
Otros cinco minutos más y listo.

Es fácil, el sabor diferente, exquisito para mi gusto y no es en absoluto necesario que montemos una orgía desenfrenada el día que decidamos agasajar a nuestros invitados con esta receta.

NOTA:
Esta receta es una adaptación de la original, publicada en el interesante y recomendable libro, para quien le guste la cocina, titulado Recetas con historia, de Ángeles Díaz Simón, que podéis encontrar en el Círculo de Lectores.

sábado, 10 de mayo de 2014

Un bonito encuentro de casi todos.


Este pasado viernes, en el Parque Maldonado, se reunieron casi todos los alumnos de 6º de primaria y 1º de secundaria de los colegios e institutos del pueblo, que cursan la asignatura de religión, convocados por la parroquia. Fue bonito, sencillo, creo que lo pasaron bien.
Entiendo que todo lo que sea romper barreras y juntar a la gente es bueno. Que niños de diferentes centros educativos jueguen juntos es bueno también y por otra parte, veo lógico que la parroquia convoque un día al año a todos los alumnos que han elegido libremente la asignatura de “reli”. No veo problema alguno en todo esto.
Lo que me ha sabido mal es ese casi. Los niños de dos “coles” no han podido ir porque los respectivos consejos escolares no lo han permitido. ¡Una lástima!
Y yo pienso que, si los motivos de tal decisión son de carácter pedagógico, los propios y únicos legítimos en un colegio, aunque sigue siendo una lástima, la decisión merece todos los respetos, pero si el no dejarles acudir al encuentro responde a los tristes prejuicios ideológicos de siempre, ¡qué pena más grande!¡qué vergüenza!¡qué miedo!
Pero no quiero juzgar. Sólo digo lo que ha pasado este viernes en Ribarroja. Y digo que estas cosas no son tonterías. Deben, al menos, hacernos pensar.

jueves, 8 de mayo de 2014

¡Que empieza el circo! ¡¡¡Yuju, barrabadudú!!!


Dentro de nada empieza el circo, un circo con payasos y payasas, equilibristas y equilibristos, bailarinas y bailarinos, domadores y domadoras, elefantes y elefantas, tigres y tigras, osos y osas, leones y leonas, focas y focos; oficialmente, a la una del viernes 9. Y sinceramente, me agobio solo de pensarlo. La de tonterías, incoherencias, bobadas y mentecateces que tendremos que oír y ver. Y es que no me gusta el circo.
Pero una cosa tengo clara. El 25 hay que ir a votar. Lo que no sé es a quién; a quién no, sí lo sé, desde luego. Y creo que sí hay que votar, porque eso significa que acepto la urna. Sí, la urna totalmente, aunque el sistema sólo parcialmente.
Del sistema, hay dos cosas que me revientan. A saber, el deplorable y cargante juego de los políticos consistente en tirarse trastos a la cabeza unos a otros continuamente, juego éste que en la campaña electoral alcanza cotas auténticamente ridículas y las alianzas postelectorales que me parecen una estafa al electorado y una gravísima adulteración de la democracia.
Y claro, como la urna sí, pero lo que hacen antes y después no me gusta un pelo y además, como he dicho, no sé a quién votar, hubo un tiempo en que lo supe, pues puedo meter una papeleta que diga:
-Ojos que no ven gabardina que te quitan.
-Quien a buen árbol se arrima buen tronco le cae encima.
-Mala pécora te muerda un ojo.
-Tarzán busca setas en Madagascar.
-Larga vida a Mortadelo.
O incluso algo más directo:
-Vete a gambar loros.
Pero ir a votar sí. Creo que es una irresponsabilidad no hacerlo. Tan irresponsabilidad como votar a un partido u otro por las tonterías que se harán y dirán en el circo, quiero decir, en la campaña electoral. Aunque al final, en el último momento, no sé; quizá por eso del mal menor…no sé.

miércoles, 7 de mayo de 2014

Caminante no hay camino...


Tanto hablar estos días del Camino, no me resisto a enlazar vuestro Camino a Santiago con este precioso y muy conocido poema de Antonio Machado.
Pensadlo; aunque está en mapas, en libros, en guías, en realidad no existe hasta que uno lo ha hecho, hasta que paso a paso ha ido dejando sus huellas. Por eso, el llegar a Santiago no es el final, es el principio de otro trecho del Camino que lo haréis si seguís caminando.

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.

  Si queréis oír la canción compuesta por Juan Manuel Serrat sobre este poema pulsad el siguiente enlace: Caminante no hay camino...La canción es muy conocida. El vídeo, de youtube, es bonito.

martes, 6 de mayo de 2014

Carta abierta a los peregrinos de Santiago.

El "Monte do Gozo" a las puertas de Santiago.
Si buscáis en el diccionario de la RAE, cosa ésta muy sana, el significado de la palabra iniciático, encontraréis lo siguiente: 1. adj. Perteneciente o relativo a una experiencia decisiva o a la iniciación en un rito, un culto, una sociedad secreta, etc. Es la única acepción que tiene, y qué bonita acepción.
Pues bien, ahora entenderéis que desee que vuestro andar por Galicia, de camino a Santiago, haya sido para cada uno de vosotros un camino iniciático, es decir una experiencia decisiva, vuestra iniciación en el rito de llegar “al alma del libro”, de ingresar en la sociedad de los que a esa alma le rinden culto.
He dicho del libro, sí; pero, ¿a qué libro me refiero? Mirad, las personas somos como un libro, con su funda, sus tapas, sus páginas, las palabras escritas y el significado profundo que ellas tengan. La funda es lo que se ve, casa, coche, ropa, perfume, peinado…Las tapas es nuestro cuerpo, tal cual. Las páginas, nuestra conducta, nuestra forma de ser, de hablar, de actuar. Las palabras escritas, nuestros sentimientos, hasta los más hondos, los más íntimos, los que sólo compartimos con unos pocos. Y el significado profundo de las palabras, la razón de ser del libro, su alma, que hay quien os dirá que no existe, es vuestro espíritu, donde radica vuestra capacidad de amar, más allá de los sentimientos ¡ojo!, de gozar de la belleza, de perdonar; donde tiene su raíz la libertad irrenunciable, la esperanza, la alegría que nadie os puede quitar… Y es allí, más hondo todavía, discreto, esperándoos siempre, donde está Jesús.
¿A que vivimos al revés? Le damos mucha más importancia a la portada, las tapas, el papel y la letra que a lo que de verdad el libro nos dice, por eso nos cuesta tanto llegar a Él. Y aunque el libro es todo, cómo sea nuestra vida dependerá de que vivamos desde lo hondo o nos quedemos en lo que se ve en el escaparate de la librería, por bonito que sea.
Un camino como el que habéis hecho facilita el que caigáis en la cuenta de que no debéis ser libros bonitos que nada significan, ostentosos, triviales, pasajeros, de que lo mejor de vosotros está dentro, de que hay que abrir el libro y leerlo, descubrirlo, conocerlo y cuidarlo. De que os deis cuenta de que hay gentes de otros pueblos y otras lenguas  que abren el libro y buscan, como es bueno que busquéis vosotros. De que descubráis que es en el significado profundo de las palabras del libro donde podemos encontrarnos de verdad a nosotros mismos y a los demás.
El verde paisaje, la lluvia, los albergues, las ampollas, el pulpo, la llegada a Santiago, el botafumeiro, la misa en la catedral, son momentos del camino que habréis disfrutado, pero que tendrán pleno sentido si acaban siendo para vosotros ese camino iniciático que os lleve a vivir de un modo hondo y pleno.

Jesús.

P.D. Enhorabuena por vuestro comportamiento, vuestro esfuerzo, vuestro compañerismo, vuestra alegría, vuestra entrega. ¡Gracias! Pero no olvidéis que esto no ha acabado.  ¡BUEN CAMINO!

Isabel.

domingo, 4 de mayo de 2014

Y con la vida puede habernos dado el amor y la libertad. O no.

Mi primer casco de escalada, aún lo conservo, en la cima del Monte Perdido.
Más allá del aspecto comercial y a veces ñoño y “pastelón” del Día de la Madre, puede haber, para quien quiera acercarse, otra dimensión más honda que dé verdadero sentido a un día como éste.
Nuestra madre, es un hecho biológico, nos ha parido. Bien, muy bien. Podemos decir que nos ha dado la vida. Y con la vida puede habernos dado el amor y la libertad. O no, porque eso es mucho más difícil que parir.
Sí, darle al niño amor y libertad es extraordinariamente difícil. Es difícil porque el amor, frecuentemente, se ve infectado por la dependencia emocional, el miedo, que conducen a la posesión del ser amado, ahogando así la libertad y descomponiendo el amor que acaba convirtiéndose en triste y burda caricatura de lo que debería haber sido.
El verdadero amor se reconoce porque da libertad al ser amado, le deja ser él mismo, lo impulsa al mundo, aunque luego la mamá no se duerma hasta que el hijo llegue... Y además nunca se lo dirá.
Pues bien, en este primer domingo de mayo, quiero acordarme de aquel mes de septiembre de hace ya muchos años, en el que mis padres vinieron, sonrientes, a despedirme a la Estación del Norte. Recién cumplida mi mayoría de edad, me fui solo, en tienda, sin móvil (no había móviles entonces) nueve días a los Pirineos. Sólo sabían que estaba por la zona del Monte Perdido, y el día en el que, al regreso, les llamaría desde Torla.
En aquel viaje que fue para mí un viaje iniciático al mundo de las montañas, tuve tiempo de darme cuenta de la grandeza de aquel gesto, lo que despertó en mí una gratitud que con el paso de los años ha ido aumentando. Respetaron mi libertad, y por ese amor que te hace libre, que te da alas, que te abre al mundo, vinieron a despedirme sonrientes. Sólo me dijeron ¡cuídate, por favor!
Ahora pienso lo mal que lo pasarían. Ellos conocían los riesgos; imagino cómo esperarían el día de la llamada, con cuántos pensamientos negros tendrían que lidiar cada noche, a la espera del sueño.
Eso es dar junto a la vida, el amor y la libertad. Y eso es lo que siempre he agradecido a mis padres y hoy, de un modo particular, a mi madre.
 Gracias mamá por la vida, el amor y la libertad.