FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

miércoles, 28 de mayo de 2014

El mal de bajura existe. Yo lo padezco.

Contemplando desde el Pico de La Arista las Agujas de Ansabere podría estar 1000 años.
Hace ya mucho tiempo acuñé el término “mal de bajura” en contraposición con el mal de altura, término éste muy común en el ambiente montañero.
Yo, el mal de altura no lo he sentido nunca, aunque no he pasado de los 4810 metros del Mont Blanc; no sé si más arriba…
Pero sí he sentido y siento con mucha frecuencia lo que llamo el “mal de bajura”. Es una desagradable sensación mezcla de ansiedad, agobio, debilidad muscular, disminución del apetito, falta de tono vital, incluso dolores de cabeza y de cuello frecuentes…¡Vamos! Sensación de estar hecho una piltrafilla.
Me voy a las montañas y vuelvo nuevo; en un  tiempo récord me recompongo, todas las sensaciones desagradables se volatilizan, y se me nota hasta en la cara, según me dicen. Y ahora resulta que eso que me pasa está siendo estudiado por la medicina y le han puesto de nombre Trastorno por déficit de naturaleza. Resulta que va a ser verdad que el alejamiento del medio natural nos pone enfermos.
Yo, desde pequeño, recuerdo que siempre que podía me iba al monte; mis padres me lo facilitaron y además, como ya me gustaba leer, leía aventuras de Emilio Salgari o Julio Verne que casi siempre se desarrollaban en la naturaleza. Pronto los Pirineos me engancharon y me llenaron, y ya no me separé de ellos.
Por esto creo que al recibir toda la vida "altas dosis de naturaleza", estoy como “enganchado a ella” de tal manera que su ausencia me provoca una especie de síndrome de abstinencia que debe ser lo que han venido a llamar Trastorno por déficit de naturaleza.
Claro que quien más intensamente la vive, más sufre estos síntomas. Quien menos, los tiene más atenuados o difusos.
¡Es curioso! Ahora, mientras escribo estas líneas, truena, han caído unas gotas (pocas) y huele algo a tierra mojada; y así, los sinsabores de un día extraordinariamente desagradable casi hasta el final, se disuelven en esa otra forma de ver la vida que redescubro cada vez que me acerco a la naturaleza o que ella, como esta tarde, se acerca a mí.

 Nota: Si este nuevo concepto te interesa, tecléalo en google. Hay información interesante.

5 comentarios:

  1. A mi me pasa que me voy de tierra fría a la costa y me siento mal , me da desespero dolor de cabeza , mi estómago no funciona bien
    Esto sigue durante 2 años y me acostumbre pero recientemente volví a vivir en la costa y es horrible para mi el dolor de cabeza y el malestar general

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  2. Me pasa que cuando dejo mi tierra fría me siento mal
    Hace unos años viví en la costa y para acostumbrarme me tocó como 8 meses
    Deje la costa y reciente mente regrese a vivir acá, el dolor de cabeza la fatiga , la falta de apetito y el estar desganado es algo molesto , busque esta afección y lo más cercano es tu publicación, puede ser que lo que te afecte sea el cambio de clima como a mi , me pasa la afección en tierra fría , sea cual sea y en tierras calientes me da y es peor de acuerdo al calor

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  3. Aunque las personas tenemos mayor capacidad de adaptación que las plantas, nos pasa un poco como a ellas. Si no están en "su tierra" por mucho que las cuides y las mimes no prosperan. Sin embargo, si encuentran "su tierra" en una grieta del asfalto de una carretera, allí crecerán.

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  4. Me acaba de pasar algo súper extraño yo vivo al nivel del mar y fui de vacaciones a una ciudad 2600 MT no tuve mal de altura, pasé un mes y anoche cuando regresé que me bajé del carro sentía una especie de vértigo como si estuviera levitando, mi casa a mi parecer se veía muy amplia y el piso profundo, lo relaciono a un asunto de presión y regulación del oído y que posiblemente me haya causado está sensación, sin embargo, los malestares que han sentido es propio de la costa hay épocas en las que la humedad es muy alta y con el calor sentimos como si respiráramos vapor de agua, es sofocante e incapacitante, sientes que rindes menos porque te deshidratas, obviamente si es muy cálido como aquí en cartagena (col)

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  5. Las personas somos naturaleza también, y nos afecta mucho más de lo que imaginamos. La temperatura, la presión, la humedad, la luz, el viento... Todo nos afecta. a mí me gusta que sea así.

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