FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

viernes, 30 de junio de 2023

Ni exaltación, ni persecución. Normalización.


Una vez más la política nos ofrece lastimosos espectáculos convirtiéndose en una especie de circo siniestro y patético; da miedo y pena. En estos momentos uno de los protagonistas de la función circense es el colectivo LGTBI.

Yo esto lo tengo claro: ni exaltación, ni persecución. El camino es otro, la normalización. La exaltación ofende a unos, la persecución ofende a otros. La normalización no ofende a nadie, y si por ella alguien se ofende es que está fuera de juego.

Pienso que nadie tiene derecho a imponer a nadie una forma determinada de vivir. Sólo hay una línea roja, el respeto a todas las personas, a su vida, a su libertad y a su dignidad. Lo demás es cuestión de cada uno.

Esto, que yo veo tan sencillo no debe serlo, porque el tomate pre-electoral que han montado entre unos y otros es desquiciado y desquiciante. Parece ser que todos debemos situarnos en uno o en otro lado de la partida, y además radicalizándonos lo más posible para contrarrestar al oponente.

Ese no es el camino del progreso.

Y lo más curioso del asunto es que casi con seguridad la inmensa mayoría de los votantes tanto del PP como del PSOE lo que buscan y desean es la normalización. Es decir, la integración plena en la sociedad de este colectivo, sin necesidad de exaltaciones y, por supuesto, sin miedo a persecución alguna.

El problema, como siempre, es que en vez de buscarse y ponerse de acuerdo los políticos que representan a la mayoría de los ciudadanos, se apoyan en minorías radicales, más o menos estables, que acaban haciendo imposible el dialogo, llevándonos inevitablemente al enfrentamiento. Y por pura física, cuanto más se radicaliza un extremo, más se radicaliza el otro. Todo tiende al equilibrio, en la sociedad también.

Quizá tocaría decir ahora, de aquellos polvos vienen estos lodos.

Lo triste es que esto está sucediendo no solo en este asunto sino en todo, y eso no es bueno. Se está así alimentando la violencia utilizando el miedo como argumento. Mal camino. Nunca lleva a buen puerto.

Lástima que no aprendamos de la historia.

Actualización fin de semana del 1-2 de julio de 2023.

Poco hay que decir de este próximo fin de semana. Dos días igualitos, con un puntito más de calor el domingo. Cielos despejados y vientos de levante flojos. Podíamos decir, monotonía estival. Y que siga así. Ya firmaba yo para que fuera así todo el verano con alguna tormenta con mucha agua de vez en cuando.

jueves, 29 de junio de 2023

Bar Subordán. Te echamos de menos, Arturo.

Este es Arturo.

"El tiempo, inexorable como un cuchillo de acero sueco, avanzaba sin preocuparse de lo que sajaba". Con estas palabras del conde Russell, con cuya forma de vivir la montaña me identifico plenamente, empiezo esta entrada dedicada a un bar del Pirineo.

Sí, a un bar que ya cerró del que guardaré siempre gratísimos recuerdos. Porque una buena experiencia de montaña acaba siempre en un bar o en un restaurante. Allí es donde se celebra lo vivido, donde cristaliza la experiencia en una suerte de joya que se queda para siempre en el recuerdo.

Soy muy feliz en las cumbres, pero no menos después en el valle, alrededor de la mesa, comiendo o cenando y comentado los avatares de la jornada o las jornadas.

Hablo del bar Subordán, de Hecho, en el Pirineo occidental. Ya le dediqué una entrada (teclead en el buscador Subordán). La primera vez que fui era una noche tormentosa, fuera  llovía a cántaros, hablaban los parroquianos de los estragos que un oso había causado al rebaño de uno de ellos. Cenamos tan bien que a partir de entonces se convirtió en la base de operaciones cada vez que andábamos por aquel valle.

Nunca nos defraudó. Atención amable y natural, comida exquisita, precio increíble. No era muy grande y tenía una pequeña terracita rodeada de plantas que era una delicia. Puedo decir que allí he pasado momentos de intensa satisfacción, de bienestar, de auténtica y sencilla felicidad. Y no exagero.

Hace algún tiempo cerró temporalmente, volvió a abrir, pero ahora ya ha cerrado permanentemente. ¡Cómo echamos ya de menos nuestro querido y entrañable bar Subordán y a Arturo, que detrás de la barra o sirviendo mesas, se afanaba día tras día por atender a sus clientes. ¡Y cómo lo hacía!

No sé si se imaginará él como lo tenemos en nuestro recuerdo. Averiguaré por qué ha cerrado, pues era joven, y solo espero que sea por algo bueno. Esa gente que tanto bien hace a los demás con su duro trabajo, a veces no reconocido, merece que la vida les sonría, aunque a veces, tristemente no es así.

Y es que, como ya he dicho, hay una estrecha relación, al menos para mí, entre el esfuerzo, el riesgo, la incertidumbre, la contemplación, el hacer o no cima, y la celebración que cierra el día, o los días. Quien lo ha vivido lo sabe. Y a esas personas, como Arturo y su familia, que hacen posible esa celebración, les debemos mucho; estaremos siempre en deuda con ellos.

Hace algún tiempo fuimos al Pirineo con un amigo y su hijo adolescente un fin de semana. Ascendimos cuatro tresmiles en un bonito y duro día de montaña, y por la noche fuimos a celebrarlo a un restaurante (no era el Subordán, era otro valle). Recuerdo que cuando a este chaval, parco en palabras, le pusieron un chuletón delante, creo que sin darse cuenta respiró hondo y dijo para sí, aunque lo oímos todos, ¡jo, qué día!

Eso, ¡jo que día!

Quiero manifestar mi agradecimiento en este principio de verano a Arturo y a todos los que con su trabajo y su esfuerzo, en bares o restaurantes del Pirineo o fuera de él nos permiten decir, tras una excursión o una ascensión, ¡jo, qué día!

miércoles, 28 de junio de 2023

¿La respeto o no la respeto?


 

Resulta curioso cómo el hecho de respetar las normas puede traerte problemas y a veces graves. No me gusta saltármelas, no le veo la gracia; sólo si van contra mi conciencia soy capaz de hacerlo, pero solo si van contra mi conciencia. Y una señal de máximo 50 en un tramo donde es muy lógico que esté no va en contra de mi conciencia, desde luego.

Hablo de la carretera que va de aquí a La Pobla, poco después de la curva cerrada tras el puente. Yo voy por allí, y voy muchas veces, respetando siempre esa señal. En demasiadas ocasiones eso me ha generado problemas porque hay mucha gente que al ir yo a 50 se pone nerviosa, adelanta insensatamente, me hace ráfagas, me pita, hace aspavientos. Yo sigo pasando por allí a 50 o poco más.

Ayer mismo tuve otra aventurita por esta causa. Venía hacia el pueblo y cuando así lo indicaba la señal puse el coche a 50. Detrás, pegada a mí, iba una furgoneta con dos chavales; me parecieron jóvenes. En cuanto pudieron se me pusieron al lado, en el carril contrario, mirándome y haciendo gestos soeces. Luego me pasaron.

Entonces cometí un fallo. Les hice unas ráfagas porque me dio rabia su comportamiento. No es la primera vez que allí me pasan cosas como estas. Como respuesta redujeron la velocidad obligándome a frenar detrás de ellos, mientras el copiloto continuaba con los gestos soeces por la ventanilla.

Las palabras de Isabel diciéndome no te pongas a su altura, pasa, me ayudaron a no hacer alguna tontería, no sé cuál, que es lo que me pedía el cuerpo en ese momento. No merecía la pena seguirles tan estúpido juego porque aparte de peligroso nada bueno nos aportaba. Casi siempre la ignorancia es el mejor desprecio.

Satisfechos de su hazaña siguieron su camino.

Yo me quedé pensando. ¿Qué hacer pues? Si cumplo creo situaciones de peligro como ya he dicho, y encima tengo que aguantar a multitud de gilipollas que me montan numeritos. Mal pues. Si no cumplo voy contra mi forma de ser y de actuar, y encima me pueden multar. Mal también. ¿Qué hacer?

No es fácil, porque haga lo que haga mal hecho está.

Quizá la solución no está en mis manos sino en las de las autoridades competentes. Podría ser, por ejemplo, poner un radar de vez en cuando en ese tramito e hincharse a multas y el boca a boca haría el resto, o que quiten o cambien la limitación de velocidad.  Porque lo de menos son los numeritos que montan imbéciles como los de ayer, el verdadero problema es que algún día habrá alguna desgracia, y será paradójicamente “por culpa” de los que respetamos las señales.

martes, 27 de junio de 2023

Impacto insostenible en el Pirineo.


Cuando usamos la expresión “matar la gallina de los huevos de oro” nos referimos a que una fuente de riqueza se ha agotado debido a que ha sido explotada de una forma excesiva con el fin de obtener el máximo beneficio en el menor tiempo posible, como consecuencia de nuestra naturaleza avariciosa.

Esto es lo que dice el "señor Google" de la conocida expresión. Y eso es lo que están haciendo desde hace ya demasiado tiempo con los Pirineos. Están matando, y de mala manera, tan hermosa gallina.

Los que ya hemos entrado en lo que llamo el período “genario”, sexagenario, septuagenario, octogenario o nonagenario, y no sigo porque más allá llegan pocos, conocimos un Pirineo bien distinto.

Y fuimos precisamente los “genarios” los que dimos a conocer al mundo la existencia de esta gallina. Es humano compartir lo que nos hace felices; sería egoísta no hacerlo.

El problema surgió cuando gente de allí y de aquí descubrieron que esa gallina no solo daba carne, leche, madera…, sino unos huevos enormes de oro puro, llamados turismo. Y se lanzaron en masa a sacar cuantos más huevos de esos y en menos tiempo, mejor.

De esto ya hará algo más de un par de décadas, pero es que viendo que la situación se descontrolaba y la cordillera empezaba a saturarse, no solo no pararon, sino que siguieron haciendo publicidad como locos e inventando eventos de todo tipo, sobre todo deportivos, y multitud de variopintas actividades para atraer masas y masas; y esa es la palabra que hay que utilizar, masas, porque es lo que es.

Nadie ha medido el impacto sobre el medio ambiente, ni la calidad de la atención que se le da a la gente que acude a la llamada. Y parece ser que a nadie le interesa medirlo ni controlarlo. Lo único que están haciendo es aumentar el número de restricciones que afectan sobre todo a los que solo vamos a hacer montaña como toda la vida, silenciosa y discretamente. 

Estamos en peligro de extinción.

El Pirineo es una cordillera pequeña. No puede soportar, no es sostenible el impacto, sobre todo en verano, del turismo masivo. Me decía una camarero profesional, de los que saben bien su oficio, que lo pasaba mal porque le gusta atender bien a los clientes y muchas veces no puede hacerlo; dos y tres turnos para comer o cenar. No es servir una comida o una cena, es como echarle pienso al ganado, decía. El recepcionista de un hotel comentaba que una familia le había montado el pollo porque para bajar con el trenecito turístico que los había subido a un paraje no hace mucho tranquilo e idílico, habían hecho una cola de más de dos horas. Evidentemente no tiene la culpa el hotel. No hablo ya de los atascos en el Aneto, de las muchedumbres en Ordesa, o del número desorbitado de rescates diarios de la Guardia Civil.

Esto es matar la gallina de los huevos de oro. Y solo hay una manera de salvarla. Pararse a pensar, analizar y planificar anteponiendo el cuidado y la preservación de las montañas a otros intereses ajenos a ella y hasta contrarios. Contrarios no solo a la montaña, sino a los montañeses que acaban agobiados, los propios turistas, que son mal atendidos y los montañeros que están de hecho excluidos y olvidados.

Dice también el refrán, la avaricia rompe el saco. El saco se está rompiendo. ¿Pero quién va a decir basta? Me temo que nadie.

lunes, 26 de junio de 2023

Tiempo de adelfas.

Caminar por las ramblas, fuera de sendero, en esta época del año es todo un espectáculo, pues a las curiosas formaciones rocosas creadas a lo largo de milenios por el agua, a las playas de grava, a los pinares que suelen envolverlas se une la floración de las adelfas también conocidas en castellano y valenciano como baladre.

Es una planta tóxica, resistente a violentas inundaciones y a la sequía a la que controla creciendo en cursos intermitentes de agua. Llama la atención por el contraste entre el suelo rocoso o arenoso y seco, y sus verdes hojas y espléndida floración .También la vemos en autopistas y jardines dando una rotunda y llamativa nota de color.

Pero a mí, donde más me gusta verlas es en esas ramblas perdidas por el monte, sin caminos, por las que no pasa nadie, pues el avance es incómodo y a menudo con breves trepadas o destrepadas. Son auténticos jardines de roca y flores entre los pinares.

Un problema de estos ecosistemas es la basura, ya que mucha gente, desde siempre, las “ha confundido” con vertederos. Y siguen haciéndolo. Escombros, neveras, televisores, sofás, sillas, ruedas…, pueden aparecer de repente, tras una roca o un recodo, recordándonos la gran cantidad de cerdos que habitan entre nosotros.

El otro problema son los vehículos todo terreno, con o sin motor, que las utilizan como circuito haciendo un daño considerable tanto a la fauna y la flora, como al suelo.

En fin, es lo que tenemos.

A continuación comparto unas cuantas fotos de adelfas hechas hoy mismo, cuando el calor aún no apretaba y el aroma  del monte tras la tormenta de esta noche era una delicia. Las cuatro primeras, con la rambla en sombra, aún retenían agua; luego, al avanzar la mañana parecía que lo que retenían era la luz.














domingo, 25 de junio de 2023

Calor aflojando.

Tenemos por delante una semana de verano con tendencia a suavizarse. Afortunadamente esta primera ola de calor perderá fuerza, poco a poco, desde mañana mismo, situándonos hacia el fin de semana con máximas de 29 o 30 y mínimas algo por bajo de los 20. Muy bien si eso es así.

Por lo demás, vientos flojos del este y cielos despejados o con nubes más o menos compactas según días, existiendo la posibilidad de alguna tormenta entre miércoles y jueves, pero eso está por confirmar. La de esta tarde, el viernes aún no se veía en ningún parte, y mira por dónde nos ha remojado un poquito, muy poquito, de tal manera que lo que ha caído, unido a la alta temperatura nos regalará una auténtica sauna para quiera “disfrutarla” esta noche.

En resumen, una semana normalita para la época en que estamos, tanto más normalita cuanto más nos alejemos de hoy.


sábado, 24 de junio de 2023

Palo, euforia y 23 J.


 

Es evidente que la campaña electoral ha empezado ya, y ha empezado como el verano, a lo bestia, lejos de la serenidad y la ponderación que fortalecen la democracia y hacen de ella el mejor sistema político conocido, pese a sus limitaciones e imperfecciones.

El palo recibido por unos y la euforia de los otros, unido a la premura que ha impuesto la inesperada y absurda fecha de las elecciones generales, han tensado el panorama social y político y seguirán tensándolo ya veremos hasta qué límites.

Ahora ya vale todo. Manipulaciones, mentiras, frases lapidarias e incendiarias, decisiones apresuradas, posturas radicales, amenazas más o menos veladas, traiciones, desplantes… La cara más fea y miserable de la política.

La templanza, la mesura, el sosiego, el análisis reposado, la propuesta razonada, son arrasadas como arrasan las granizadas de estas últimas semanas campos y cultivos. Luego siempre queda un paisaje desolado.

En democracia, cuando un partido o varios, recibe el varapalo que han recibido el Gobierno y los que lo sustentan, no significa que vienen los malos y que hay que echarse a la calle a defendernos de ellos. Significa que ese Gobierno no ha gobernado para la inmensa mayoría, sino solo para los suyos, y eso siempre pasa factura. Y los ganadores parece que ya están haciendo lo mismo, al menos en algunos sitios.

Y yo me pregunto, ¿es tan difícil darse cuenta de esto? Un político gana elecciones y se perpetúa en el poder cuando una mayoría de ciudadanos se siente representada por él. Llegamos entonces a las mayorías absolutas que solo gustan a los que las tienen o las pueden tener. Nunca a los que saben que jamás las tendrán.

Hay ejemplos muy concretos y claritos. En Galicia, el señor Núñez Feijoo, del PP, obtuvo cuatro mayorías absolutas porque no solo gobernaba para sus incondicionales, sino para un considerable número de gallegos que se sentían representados por él. En mi pueblo adoptivo, el señor Robert Raga, del PSOE, ha revalidado su mayoría absoluta como alcalde porque no ha sido alcalde solo de los suyos, sino porque un importante número de ciudadanos se han sentido también representados por él. Y esto es lo que dicen las urnas, la voz y el sentir del pueblo.

Una autonomía, una alcaldía, dos partidos distintos y un  mismo ejemplo que debería servir como modelo a nivel nacional. España necesita un Gobierno que gobierne para todos. El actual no lo ha hecho, en la Comunidad valenciana tampoco, y así les ha ido.

El problema es que los unos por miedo a consumar su derrota se están radicalizando más y más, y los otros, arrastrados por la euforia, están haciendo lo mismo. Es este el camino que nunca lleva a buen puerto. Y es el camino, desgraciadamente, que parece haber tomado la política española este verano.

Calma, sosiego, reflexión, diálogo, respeto. No es cuestión de buenos y malos. Nadie es dueño de la verdad. Nadie está legitimado para dar lecciones de ética creyéndose superior moralmente al otro. Nadie tiene derecho a elevarse sobre los demás como guardián de la democracia y la libertad. España no necesita salvadores, ya hemos tenido demasiados, necesita que la salvemos entre todos, que nos salvemos entre todos.

viernes, 23 de junio de 2023

Actualización fin de semana del 24-25 de junio de 2023.

Empezó bonito, de un modo algo inesperado, pero pronto se ha dejado de monerías y muestra ya su verdadera cara. Hablo del verano que en su primer fin de semana va a ser excesivo, como últimamente nos tiene ya acostumbrados.

Tanto sábado como domingo serán días muy calurosos, con mínimas por arriba de los 20 y máximas entre 30 y 35 o algo más. Cielos despejados y vientos de levante que unidos a las altas temperaturas harán que el ambiente sea sofocante y que solo de pensar, ya sudemos.

Desde luego podría ser peor, que entrara poniente, pero esa desgracia, de momento no se ve ni a corto ni a medio plazo. Pero algún día vendrá, no lo dudéis.

¡Qué bonito es el verano! (Ironía altamente irónica).


jueves, 22 de junio de 2023

Después de la tormenta.

Andar por nuestros montes la mañana del primer día de verano ha sido una gozada. Las escasas lluvias de este año, más las tormentas de ayer que nos dejaron 14 litros, han obrado el milagro, un milagro que no se puede fotografiar, ni contar; hay que vivirlo.

Bajo el cielo limpio de un suave y tibio viento de norte, el monte ha revivido. La tierra parecía esponjada y blanda, los charcos, ya casi olvidados, recordaban, reflejando el azul y el verde, que ha llovido. Y respirar el aroma a vegetación y a suelo húmedo era todo un placer que parecía disfrutar también la enorme culebra de escalera que he sorprendido en el sendero y que, elegantemente, se escondió entre los matorrales.

Sí, todo estaba más vivo. Los pinos, el romero, el tomillo, el brezo, la murta, los enebros parecían otros, y el trino de los pájaros desafiaba al ruido que genera nuestra forma de vivir tan próxima.

Empezó bien el verano, pero es tan largo, tan largo…

Como he dicho, ni con fotos ni con palabras se puede trasmitir plenamente la experiencia de entrar en la naturaleza tras un día de tormentas después de una larga sequía apenas interrumpida por breves chubascos y alguna llovizna; pero aquí quedan unas palabras y algunas fotos como humilde intento de trasmitirla.



















miércoles, 21 de junio de 2023

Sea bondadoso el verano, por favor.

Cuando falten dos minutos para las cinco de la tarde, nuestro planeta pasará por un punto exacto en su órbita alrededor del sol y entrará el verano, el astronómico, porque el meteorológico entró el uno de junio.

Habrá que darle la bienvenida a la estación que menos me gusta del año. Sólo por las vacaciones me gustaba, porque por lo demás no le encuentro la más mínima gracia. Y últimamente, menos todavía.

Recuerdo antaño, cuando en los Pirineos hacía fresco en verano, llovía casi todas las tardes y había poca gente. Era un paraíso que disfruté durante muchos años siendo consciente de que aquello era  un lujo.

En estos últimos tiempos el calor allí también ha sido insoportable, ha llovido poco y la cantidad de gente ha resultado abrumadora e insufrible. Menos mal que el conocimiento del terreno nos permite lidiar con estos inconvenientes saliendo bastante bien librados. Porque lo pasado, pasado está, y para siempre, pero “que nos quiten lo bailao”.

Pues bien, voy a recibir al verano, para contrarrestar, con una docena de fotos hechas en el Pirineo el otoño pasado. El otoño, sí, la estación que más me gusta por muchos motivos, siendo uno de ellos que el próximo verano queda aún muy lejos.

¡Feliz verano! A quien le guste que lo disfrute, y a quien no, ánimo y al toro, que ya está aquí.















martes, 20 de junio de 2023

Carta abierta al sr. Sánchez.


             Sr. Sánchez:

No me tengo por muy inteligente, soy del montón, pero me molesta cuando me tratan como si fuera mucho menos inteligente de lo que soy, como si fuera imbécil. Y usted, y algunos de los suyos, lo están haciendo, por eso le dirijo esta carta abierta que no leerá.

Y voy al grano.

Ustedes no pueden tachar de pactos de vergüenza los que se están haciendo entre PP y Vox. Y no vale, para justificar los suyos con algún que otro partido, decir que no han formado parte del Gobierno. Eso quizá es peor, porque si le han permitido los votos de ese partido su investidura, su precio habrá pagado, precio que desconocemos. Puede influir más un partido sin entrar en el Gobierno que formando parte de él; actúa así en la sombra; tiene las manos más libres.

Pero no es de esto de lo quiero hablar. Quiero hablarle de sus pactos que por algún extraño motivo sí son legítimos, parece ser. Pero los del PP y Vox no, ¡claro!

Pactar con un partido radical de lo que ustedes llaman izquierdas, y permitirle formar parte de su Gobierno cuando había dicho bien claro y en repetidas ocasiones que no lo haría nunca porque “no podría dormir tranquilo”, no es un pacto de vergüenza.

Pactar con un partido cuyos actuales ídolos y héroes no solo han manifestado su desprecio por la democracia y la libertad, sino por la vida humana durante largos y dolorosos años, no es un pacto de vergüenza.

Pactar con partidos que han ignorado la Constitución tensando el clima social hasta el límite, y que dicen abiertamente que volverán a hacerlo en cuanto puedan con el objeto de lograr sus objetivos caiga quien caiga, y en contra de la mitad de sus propios ciudadanos, no es un pacto de vergüenza.

Mire sr. Sánchez, no lo entiendo. Por qué unos pactos sí y otros no. Detrás de todos los partidos hay personas que tienen derecho a pensar y a hablar como quieran y a votar al partido que creen que mejor les representa. Y todos merecen respeto, ¿sabe usted? Incluso los que no respetan. Y es una falta de respeto profundamente antidemocrática y sectaria tachar de vergonzoso un pacto entre partidos legales y con apoyo ciudadano suficiente como para tener representación parlamentaria, mientras otros se consideran legítimos sin más consideraciones.

Que pacte el PP con Vox no es una vergüenza, como no lo son sus pactos sr. Sánchez. O sí lo es, pero entonces los suyos también. Vergonzosos a no, forman parte del juego de la política, algo normal en un estado de derecho. El que sea más o menos ético, es otro cantar. Y si entramos en ese terreno, tan discutibles pueden ser desde ese punto de vista tanto unos como otros.

Porque ¿quién ha dicho que la política sea ética? Usted de eso sabrá mucho. Todos asumimos que entre bambalinas hay muchas vergüenzas que casi nadie sabemos. Es lo que hay ¿no?

Sr. Sánchez, me duele tanto cinismo, tanta incoherencia, tanta manipulación. Me duele que nos traten como a idiotas en el sentido literal de la palabra. Me duele ver cómo ha adulterado y arrastrado por el fango el socialismo.


lunes, 19 de junio de 2023

Aquí cerquita.

Podría ser cualquier lugar lejano, un lugar de esos a los que vamos una vez en la vida y recordamos siempre como algo inolvidable. Pero no, la foto está tomada aquí cerquita, un día de estos al amanecer. Concretamente en Casinos; no muy lejos, ¿verdad?

Y es que demasiadas veces nos pasa que vemos y valoramos lo lejano, e ignoramos lo más próximo. Y esto, no solo con la naturaleza, sino también con las personas. Pero esto ya sería tema de otra entrada. En esta con la foto y el comentario es suficiente.

No hace falta irse muy lejos para disfrutar de una naturaleza espectacular. Solo hay que estar ahí y abrir los ojos.




domingo, 18 de junio de 2023

Verano puro y duro.

Una vez más se cumple aquí eso de mucho ruido y pocas nueces. Malo es mucho aparato eléctrico y poca lluvia, y es lo que hemos tenido hoy a primera hora y lo que, según algunos partes, podremos tener esta noche o mañana. No lo veo claro.

El resto de la semana, verano puro y duro. Contentos pueden estar los que les gusta el calor, porque todos los días el termómetro marcará valores entre 30 y 35, con mínimas de 20 o 21. Afortunadamente el viento soplará sobre todo de origen marítimo, lo que aunque nos hace sudar más, es mejor para el monte, al menos, menos peligroso.

Y en cuanto al cielo, bastante nubes, sobre todo al principio de la semana, pero sin consecuencias como no sea una ligera llovizna. Y esto, como ya he dicho, es lo malo, tormentas por el interior pero con poca agua que aquí llegan, si llegan, con menos todavía.

Ya veremos.



El llanto del pino.

Me detuve en el sendero junto a este pino que parecía llorar. Sí, bien se podría titular esta foto, el llano del pino. Porque motivos tienen, si los árboles lloraran, para hacerlo. Y en esta hermosa tierra nuestra, más que en otras más amables y confortables para ellos.

El fuego, su mayor y más mortal enemigo, los millones de "amigos" perdidos, las plagas, la sequía, la tala innecesaria, el abandono, el desprecio de quienes respiramos el oxígeno que nos regalan, el olvido de la inmensa mayoría.

Estuve un rato contemplando cada una de esas gotas de resina colgadas en el aire, con esa textura que recuerda a la de algunas piedras preciosas, y al pino al que habían talado una gruesa rama caída sobre el sendero. Mutilado, allí sigue, dando sombra, dándonos qué respirar…







sábado, 17 de junio de 2023

Un cuento de ratas.


 

Érase una vez una tabla de madera muy grande, flotando en la procelosa mar “salá”. Sobre ella pululaban muchas ratas de diversos tamaños. Unas, pequeñas y escuálidas, otras digamos que normalitas, otras algo más grandecitas, y algunas, las menos, muy, muy grandes, más bien enormes.

Desde que el naufragio las dejó allí, abandonas a su suerte, se situaron la inmensa mayoría en la zona central del inmenso tablero, alejándose de los bordes que eran, obviamente, más peligrosos.

Pero ocurrió que, vete tú a saber por qué, la rata más grande de las grandes se situó en el lado izquierdo del tablero, según se mire la estrella polar, atrayendo hacia sí a un buen número de ratas con la promesa de que allí se estaba más seguro y que eso les conduciría a tierra firme.

Pronto, el tablero empezó a escorar hacia ese lado amenazando con arrojar al mar a toda la ratedad que allí se congregaba, y esto provocó que otras ratas se situaran al lado derecho de la tabla, según se mire la estrella polar, para contrarrestar tan peligrosa inclinación.

La gran rata gritaba, amenazando con toda suerte de males a las que se situaban en el lado derecho, asegurando que así no irían a ninguna parte, que se hundiría irremisiblemente el tablero ahogándose todas, que eso ya había ocurrido otras veces y bla, bla, bla.

Este cuento está inacabado. Puede tener tres finales. Elije tú el que más te guste.

Final 1. La gran rata convence a tal cantidad de congéneres que la tabla acaba escorando a la izquierda y toda la ratedad resbala, cae al mar y se ahoga o es devorada por los bichos marinos que esperan pacientemente, alrededor, este desenlace.

Final 2. Por reacción contra la gran rata y sus secuaces, se llena de ratedad el lado derecho, con lo que la tabla se inclina hacia ese lado, y toda la ratedad resbala, cae al mar y se ahoga o es devorada por los bichos marinos que esperan pacientemente, alrededor, este otro desenlace.

Final 3. La gran rata no logra convencer de que su lado es el mejor, pese a sus gritos y negros augurios si no le obedecen, y al armar tanto barullo en pleno verano, llama la atención de una gaviota hambrienta que se la come. Y entonces, libre de su tiranía, la ratedad vuelve a situarse en la zona central de la tabla, unos a un lado, otros al otro, pero más o menos por el centro, quedando en los extremos algunas ratas recalcitrantes que siguen convencidas de que ellas y solo ellas, tienen la llave de la salvación del tablero, pero ya no pintan nada. Y así, el tablero, llegó al fin a buen puerto.



miércoles, 14 de junio de 2023

Por fin llovió.

Por fin llovió algo ayer. En la tormenta de las primeras horas de la tarde, 7 litros; en la de última hora, 10 litros. Total, 17 litros. Menos da una piedra, ¿no? En esta zona sigue haciendo falta mucha más, pero algo es algo.

Aquí tenéis un par de fotos de la tormenta de la tarde acercándose por el norte, cosa poco habitual. Y aunque parecía que no iba a llegar, una vez más, llegó, dejándonos agua y un bajón de las temperaturas que nos regaló una noche agradable.