FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

lunes, 28 de febrero de 2022

Educar para la paz.

 

He encontrado en la red esta frase de María Montessori. La comparto porque pienso que tiene toda la razón del mundo aunque sé que mucha gente no estará de acuerdo con ella.

Muchas veces he dicho que no soy competitivo y que la única competencia, competición que acepto es la que hago “contra” mí mismo. Ser mejor que otro, en el ámbito que sea, me importa un bledo. Y esto no significa que me parezca mal la competición en el deporte o en los juegos, siempre y cuando sea honesta y no el sentido de una vida, pero aún así no va conmigo.

Lo que sí me parece mal, muy mal, es dedicar la vida, y a cualquier precio, a ser el mejor, el más fuerte, el más listo, el más rico, el más famoso, el más poderoso, el más guapo, el que la tiene más… Esto corrompe las relaciones humanas porque cifra la felicidad en conseguir quedar por encima de mis semejantes sobre los que trepo. Además, si ese es todo el sentido de una existencia, será bien pobre y muy triste.

También pienso que, como dice la ilustre pedagoga, sembrar el espíritu competitivo en el alma de los niños no es educar para la paz. Es enseñarles que el otro es un competidor, un rival, y a la postre, si en el triunfo sobre los demás está el sentido de mi vida, un enemigo.

Es lo que pienso. Pensemos en los acontecimientos terribles que nos está tocando vivir. Quizá podamos aprender algo para hacer de este un mundo mejor. Ahora toca aguantar las consecuencias de nuestros errores.

domingo, 27 de febrero de 2022

Ventana entre lluvias.

Esta semana parece ser una ventana entre dos períodos de cielos grises y lluvias. El pasado, que se acabará del todo a lo largo del día de mañana, en cuanto a nubes que no a lluvia, que ya ha acabado, y el próximo que empezará el jueves con un día nuboso pero sin precipitaciones, y un fin de semana en el que, según algunos modelos, podría llover con ganas.

Así pues, el martes y el miércoles serían los días soleados, con temperaturas mínimas bajitas, por bajo de cinco, y máximas acercándose a los veinte o superándolos. El viento, flojo y entrando desde los cuatro puntos cardinales.

Esto es lo que se ve de momento, pero sobre todo en lo referente a las lluvias podría cambiar mucho la predicción. Esperemos que no sea así y por fin llueva de verdad.


Un puntito de luz.


A la falta de tiempo para dedicarle al blog que he tenido últimamente, se ha añadido la sucesión de acontecimientos que tanto a nivel nacional como internacional me están, al menos a mí, desbordando. Y como necesito tiempo para pensar, pues sólo escribo si antes pienso lo que escribo, he dejado de escribir.

Así que para volver a hacerlo no sé por dónde empezar, por lo que lo haré hablando de la buena noticia que suponen los quince litros caídos entre viernes y sábado y la perspectiva de un inicio de marzo también lluvioso.

Entre otras muchas cosas nos hace falta agua. La sequía es un mal añadido a otros males con los que estos tiempos nos están golpeando. Un mal contra el que poco o nada podemos hacer.

No así las turbulencias políticas en nuestro país y la absurda y terrible guerra en Ucrania; de momento en Ucrania. Esto sí es responsabilidad nuestra. Esto sí es fruto del mal que bajo mil caras trae dolor y sufrimiento.

Pero no quiero hoy seguir por este camino. Me quedo con la buena noticia de los quince litros. Poca cosa, insignificante, un puntito de luz entre tanta oscuridad.

Y hay más, hay más puntos de luz, por impenetrable que sea la oscuridad, los hay. Y los necesitamos.

viernes, 25 de febrero de 2022

Tristes guerras.



Tristes guerras

si no es amor la empresa.

 

Tristes. Tristes.

 

Tristes armas

si no son las palabras.

 

Tristes. Tristes.

 

Tristes hombres

si no mueren de amores.

 

Tristes. Tristes.

Miguel Hernández.

 

jueves, 24 de febrero de 2022

Es la esperanza.

 


Forjarán de sus espadas azadones y de sus lanzas podaderas. No levantará espada pueblo contra pueblo ni si adiestrarán más para la guerra.

Isaías.

lunes, 14 de febrero de 2022

¡¡Feliz Día de San Valentín!!


 

Será quizá la palabra amor una de las más manoseadas de todas, hasta el punto de que a base de significar tantas cosas ya no significa nada. Y hoy, ese manoseo alcanza su máxima expresión en un delirio de frases hechas, dibujitos más o menos cursis, regalos varios y cenas románticas.

Y no es que estén mal las frases, por muy “hechas” que estén, ni los dibujitos, sean como sean, ni los regalos, ni mucho menos las cenas románticas a la luz de unas velas.

Solo estarán mal por ser pura tontería si no están movidos por el amor. Por eso, tal día como hoy, bueno es recordar qué es en verdad el amor, porque aunque es algo que nos trasciende totalmente, sí podemos seguir su huella y acercarnos a él.

¿Cómo? Con un sencillo “test”. Leyendo Corintios 13 y preguntándonos si hacer lo que ahí se nos dice que es amar no nos cuesta ningún esfuerzo. Si es así, lo nuestro es amor, y entonces sí tienen sentido frases, dibujos regalos y cenas.

El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no simpatiza con la maldad, sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

El amor no falla nunca.

¡¡Feliz Día de San Valentín!!

domingo, 13 de febrero de 2022

Semana primaveral fuera de sitio.

Tenemos por delante una semana primaveral más de un mes antes de la primavera, y seca como un diablo, si es que los diablos son secos, que no lo sé. O sea mal rollo meteorológico.

Las mínimas se acercarán a los diez grados y las máximas rebasarán los veinte buscando los veinticinco. El viento será flojo con predominio del oeste y noroeste, y el cielo de medio nuboso a despejado, según días.

La única excepción puede ser mañana, día probablemente antipático (por muy amoroso que sea) a causa del viento. Y es que ya lo dije, y me lo temía; cuando empiece a llover por el norte y la meseta, aquí nos llegarán las ventoleras. Menos mal que parece ser que esta vez durarán poco; mañana y algo el martes.

Y la tan necesaria lluvia sigue sin verse ni a medio ni a largo plazo. Probablemente acabará febrero sin un solo litrito de agua.


sábado, 12 de febrero de 2022

No lo entiendo.


 

Hay una sección del blog, Reflexiones políticas, en la que cada vez me resulta más difícil y desagradable publicar algo, hasta el punto de pensar en cerrarla. De momento no lo he decidido aún, así que ahí va una nueva entrada.

No entiendo nada. De verdad que cada vez entiendo menos lo que está pasando. Veo incoherencias evidentes, manipulaciones descaradas, mentiras que se caen por su propio peso, pero ahí están como verdades. ¡Y ojo que las discutas!

No entiendo cómo ha salido la Reforma Laboral adelante, y no es que me parezca mal, habida cuenta de que era un acuerdo entre patronal, sindicatos y Gobierno. Y todo lo que es fruto de acuerdos entre partes tan dispares debe ser, cuanto menos, aceptable. Pero ha sido todo tan… Es difícil no pensar que haya habido gato encerrado.

No entiendo cómo se está llevando adelante el triste asunto de los abusos sexuales en la Iglesia. Y no es que me parezca mal, lo veo justo y necesario. Pero, ¿por qué sólo en la Iglesia y no en otros organismos estatales, autonómicos y privados que también trabajan con niños y jóvenes? Las víctimas son víctimas sea quien sea el agresor.

No entiendo la entrada de España en la más que previsible guerra entre Ucrania y Rusia (de momento). Y no es que me parezca mal (no la guerra, que me parece muy mal, sino el cumplir con los compromisos internacionales), pero, ¿dónde está el no a la guerra? Y eso que en aquella ocasión la participación de España fue poco más que simbólica.

No entiendo la prisa por quitar restricciones cuando la pandemia sigue bien viva. Y no es que me parezca mal volver a la normalidad, pero siguen los contagios, las hospitalizaciones, las muertes. Sé que todos estamos cansados, yo también. Pero hay que seguir aguantando, creo. Y me pregunto, si estas decisiones son solo políticas o tienen respaldo de las autoridades sanitarias. No lo sé.

Y aún tengo muchas más asuntos que no entiendo. Por eso me cuesta escribir sobre estas cuestiones. Además no me siento libre para hacerlo, y ese sentimiento me devuelve a los años en que descubrí que había libros que no podías comprar en España, y que vi por primera vez en las librerías de Andorra.

Y la gente traga. No lo entiendo.


viernes, 11 de febrero de 2022

Actualización fin de semana del 12-13 de febrero de 2022.

Mínimas bajitas, máximas suaves, vientos flojos y cielos con nubes y claros. Este es el resumen del fin de semana. Y de llover, nada de nada. Además, cuando empiece a llover en gran parte del resto de España, aquí vendrán las ventoleras. La esperanza que teníamos a principios de semana era solo eso, esperanza.

Un panorama meteorológico encantador. Me sale un taco que me aguanto.


miércoles, 9 de febrero de 2022

Un perro elegante.


 

Andaba hoy por un camino cuando de un chalet han salido a la valla dos perros pequeños ladrando como locos y dando saltos con la intención de saltarla.

En la terraza había sentado un perro grande, bonito, elegante. Miraba a los escandalosos hasta que, sin prisa, se ha levantado y venido también hasta la valla. Se ha subido a un pequeño altillo desde donde se me veía mejor y allí se ha quedado, en silencio, sin perderme de vista.

Y me he dicho, ¡ole por el chucho! Elegancia, discreción y saber estar. Los otros dos seguían ladrando sin parar. Él sólo miraba, como diciendo, tú allí y yo aquí, y no pasará nada.

Eso es un perro como Dios manda. Detesto a los chuchos escandalosos que ladran cuando pasas cerca, corren desesperados, gruñen… molestan ¡vamos!

También en el mundo perruno existe eso del saber estar, y cuando lo veo, sea en humanos o en perros, lo admiro y lo valoro. Me siento cómodo.

martes, 8 de febrero de 2022

Siluetas al amanecer.

Remirando fotos me he encontrado con estas que comparto, hechas un amanecer desde la montaña, aquí cerquita. Son un poco apocalípticas, pero me gustan.










lunes, 7 de febrero de 2022

¿Hacemos mañana gökotta?


Leyendo un libro, que un día comentaré, sobre la relación entre la naturaleza y las personas, apareció un término sueco que no conocía (entre otras porque no sé sueco) pero que por el contexto me pareció entender.

Acudí a google, y había acertado. La palabra es gökotta, y designa al hecho de levantarse muy temprano e ir al campo a escuchar los cantos de los pájaros al amanecer, quietos y en silencio. Un bosque, un páramo, la playa, un arrecife en la costa, una cima… El objetivo es fundirnos con la naturaleza en ese momento mágico del día en que regresa la luz, acompañados por el canto de los pájaros.

No hay en castellano una palabra que designe esto pero, tomando la palabra nórdica, puedo decir que siempre me ha gustado hacer gökotta, que muchas veces lo he hecho, y que me ha sorprendido la sensibilidad de las gentes del norte ante la naturaleza, corroborada por la existencia de esta palabra.

Así pues hoy he hecho gökotta, una vez más. Estaba en un pinar, con un amplio panorama hacia el este, cuando salía el sol por el mar, y cantaban los pájaros. Estaríamos a dos o tres grados, pero sin viento y abrigado se estaba muy bien.

Ya sé que no todo el mundo puede hacer gökotta, y que aun pudiendo, no es cuestión de hacerlo todos los días, pero al menos de vez en cuando es una muy bonita experiencia.

 

domingo, 6 de febrero de 2022

El almendro en flor.


El almendro en flor.


Está la tierra seca y polvorienta,

el campo pardo y mustio.

Hace frío.

El largo y ancho abrazo de la lluvia,

quedó ya lejos,

la caricia tierna de la nieve

ni ha llegado este año.

Lluvia y nieve caen en el olvido.

 

Más en esa tierra seca y polvorienta,

en ese campo pardo y mustio,

en ese frío de invierno,

como una protesta,

una rebelión,

un desafío,

un desquite,

rotundo, bellísimo,

se eleva el almendro en flor.

 

El almendro en flor,

una promesa de vida,

un desplante a la muerte.


J.Q.S.

Sin cambios pero con una leve esperanza.

Iniciamos una semana muy parecida a la pasada pero con un puntito de esperanza. Siguen las temperaturas fresquitas de noche y suaves a medio día. El viento flojo o en calma, alternando el noroeste con el sureste, y el cielo despejado o con nubes más o menos densas según días, pero sin lluvia hasta el sábado que igual, ¡oh, sorpresa!, llueve algo.

Esta es la esperanza. Hace mucha falta que llueva, y no solo aquí. En toda España la ausencia de lluvia y nieve está empezando a hacer daño. De todos modos, si llueve algo será poco y poco tiempo, pero algo es algo.

No está siendo un invierno como toca, al menos meteorológicamente hablando.


sábado, 5 de febrero de 2022

Sin querer, me colé.


Estábamos Isabel y yo en una tienda de comestibles de las de siempre, en un pueblo próximo, y cuando fuimos a pagar me colé sin darme cuenta. Isabel me lo hizo saber, este señor estaba delante, me dijo. Disculpe, no me había dado cuenta, le dije yo, haciéndome a un lado para dejarle pasar. A lo que él respondió, no pasa nada, pase usted, el día es largo.

Y así lo hicimos.

Y pensé, ¡qué bonita forma de resolver una situación que tenía formas más desagradables de resolverse! Oiga, que estaba yo delante, podía haber dicho, sin darle tiempo a intervenir a Isabel. Hubiera sido diferente. La paciencia (el día es largo), y la educación (disculpe…) se combinan para hacernos la vida más grata a todos.

El problema es que me parece que cada vez hay menos gente de esa que con paciencia y buen talante te permite corregir un error y más de la que, en cuanto metes la pata, se te echan encima como fieras dispuestas a despedazarte. O eso me parece a mi.

viernes, 4 de febrero de 2022

Actualización fin de semana del 5 y 6 de febrero de 2022.

Sábado gris, con posibilidad de alguna llovizna, y domingo más soleado. Los vientos muy flojos o encalmados, y las temperaturas frías pero sin excesos de noche y suaves a medio día.

Así se presenta este fin de semana que tendrá poco de invernal aunque el sábado, al no haber sol, parecerá más frío de lo que en realidad será.

¿Cuándo vendrán esos días fríos de verdad, lluviosos, con nieve en las montañas?  ¡Ay! Esos días en los que se está tan bien al llegar a casita y mejor aún si no hay que ir a trabajar... ¿Dónde están esos días?


¡Menos mal!

Justo a la izquierda del castillo se observa una zona quemada. Imaginad el desastre que podía haber sido.

He ido esta mañana a ver cómo estaba el Oronet y alrededores después del incendio de ayer. De entrada me ha tranquilizado que el asunto no era noticia, pero aun así quería verlo con mis propios ojos.

Para eso he subido a una montaña de Náquera que queda justo enfrente. Como ascendía por la cara sur no se vería nada hasta alcanzar la cima. Y la he alcanzado con miedo a lo que me pudiere encontrar.

¡Menos mal! El fuego se quedó muy bajo, relativamente cerca de la carretera; no subió demasiado montaña arriba. Por lo que el panorama que he visto no era el de una catástrofe forestal.

El buen hacer de los equipos de extinción, junto a la humedad, el frío y la ausencia de viento han evitado el desastre en una de las zonas más bonitas y emblemáticas de toda la sierra Calderona.

            Iré a verlo más de cerca un día de estos. Hoy aún estarían trabajando para apagarlo del todo y evitar rebrotes.

            Después del susto, y de la herida en el monte que quedará para años, me hago dos reflexiones. Una, lo vulnerable que es nuestro medio natural. Y la otra, la necesidad de un plan integral de protección de nuestros montes, a largo plazo, y muy por encima de los vaivenes políticos.

            Lo de la vulnerabilidad no tiene más misterio, es un hecho demasiadas veces corroborado. Lo del plan integral más allá de… Es una utopía.

jueves, 3 de febrero de 2022

Fuego en Serra, ¡en febrero!

 

Una breve y triste nota para informar, a quien no lo sepa, de que el incendio de una furgoneta muy cerca del puerto del Oronet, en Serra, ha provocado un incendio forestal del que sé de momento muy poco.

Lo he visto empezar desde las Rodanas; una columna de humo que ha ido a más. Ya de noche veía una gran llamarada a lo lejos.

El monte está muy seco, aunque es febrero; espero que la ausencia de viento, la humedad y el frío nocturno faciliten su extinción.

La semana pasada estuve dos veces allí. Ya veremos qué me encuentro mañana.

martes, 1 de febrero de 2022

Hay que ser mala persona.


 

A todos, la puñetera pandemia nos ha afectado y nos sigue afectando de muy diferentes formas. Una de ellas ha sido el acceso a bares y restaurantes. El ir a tomarte con los amigos una cervecita con unas bravas al bar, o quedar a comer o a cenar en un restaurante por el motivo que sea, son placeres que le dan un agradable saborcillo a la vida, y mucho más.

Porque bien para celebrar cuando el viento sopla a favor, o para despejarnos cuando arrecia la tormenta, la hostelería tiene, además de ser algo agradable, una importante función terapéutica tanto a nivel personal como social.

Siempre he estado agradecido a toda esta gente que, aparte de “alimentarme” me dan mucho más que eso con su trabajo, no siempre fácil; y en estos tiempos, particularmente difícil. Por eso intento siempre tratarles con respeto e intentar ponerme en su lugar cuando algo no sale como esperabas que saliera.

Pero como hay gente para todo, también hay mala gente. El otro día preguntábamos al dueño de un restaurante, al que vamos con relativa frecuencia, que cómo le iban las cosas. Está siendo duro, difícil, largo, pero aguantamos. Seguimos aguantando, decía, con el cansancio grabado en los ojos.

Pero lo que más molesta es que hay gente que no ayuda. Reservan y luego no vienen y no avisan. Y cuando les llamas para ver qué pasa, a veces, oyes por el teléfono que están en otro sitio. ¡Ay, se me ha olvidado avisar! Es la máxima disculpa, si te la dan. A menudo ni cogen el teléfono.

¿Pero esto pasa mucho? Más de lo que os imagináis, nos dijo. Más de lo que os imagináis. Hay que ser mala persona, hay que ser cabrón, dije.

Sí, cabrón; permitidme el insulto. Porque una cosa es que surja un imprevisto, o que la situación epidemiológica nos asuste y cambiemos de planes, cosa que se entiende, y cancelemos una reserva con la mayor antelación posible, y otra que, sea cual sea la causa, ni siquiera avisemos.

Hay que ser mala persona. Es no ser capaces de ponerse, ni de lejos, en lugar del otro. Es despreciar todo el trabajo que está detrás de ese plato que te sirven en el bar o en el restaurante. Despreciar el trabajo y despreciar a quien lo hace.

Yo no lo entiendo. No entiendo cómo se puede actuar así, y más, sabiendo como sabemos, lo mal que lo han pasado en la hostelería y la importante función que cumple, como ya he dicho, tanto en lo personal como en lo social. Aunque igual esta gente no lo sabe porque no son capaces de ver más allá de sus propias narices.

Esperemos que vengan tiempos mejores. Que algún día podamos mirar el futuro con menos incertidumbre, y que ir de bares y restaurantes, aunque no estemos al aire libre, vuelva a ser como era antes. Y que toda esta gente que nos hace la vida más plácida y llevadera, disfrute de un largo, largo período de tranquilidad y seguridad. Y que el daño que haga la mala gente duela menos porque todo vaya mejor.