Una de
las formas de conocer una sociedad es observar la publicidad a ella destinada;
o un sector de esa sociedad. Y si dicha
publicidad es… tontita, por no decir palabras más fuertes, la sociedad, o el
sector de la sociedad a la que va destinada debe serlo también.
Estoy
pensando ahora en un anuncio que veo en la tele, las pocas veces que la veo.
Aparece una señora de juventud madura que decide irse sola, en moto, sin su
marido que la espera en casa, amoroso. Se le ve disfrutando de un soberbio
paisaje de montañas y de la sensación de libertad de ir sobre dos ruedas por la
carretera. Ambas placenteras experiencias los conozco bien, la montaña y la
moto.
Hasta
ahí todo correcto. Pero luego viene la sorpresa. Resulta que el secreto de lo
que llaman su primer viaje sola
es…¡¡¡llevar una mochila de segunda mano!!!
Me
quedé estupefacto, “ascuallat” como decimos por aquí. He intentado entenderlo,
pero no lo entiendo por muchas vueltas que le dé.
La
decisión de irse sola, la experiencia del viaje en moto, los paisajes
espectaculares, dejan el hecho de llevar una mochila de segunda mano o nueva de
trinqui en la más absoluta insignificancia. Al menos para una persona en su
sano juicio.
Pues
no, esa mochila de segunda mano es el secreto de la experiencia. Y digo yo,
secreto por qué. ¿Quizá porque le da vergüenza llevarla por no habérsela
comprado nueva? Es que no se me ocurre otro motivo por el cual pueda ser el
secreto, la verdad. Porque si el secreto es que lo más bonito de la experiencia
es la mochilita de marras, apaga y vámonos.
Y
ahora sí, y perdonadme. ¡Se tiene que ser imbécil! Pero mucho, muy imbécil. Y
no lo digo como insulto, sino en su acepción primera del diccionario de la RAE:
tonto o falto de inteligencia.
Y
ahora concluyamos el razonamiento. Es evidente que quienes más utilizan esas plataformas
de intercambio y compra venta (útiles y buenas en sí mismas) son los jóvenes.
Si esa propaganda se emite por la tele es porque han comprobado que es útil.
Luego hay un amplio e importante sector de la sociedad que…
Llegad
vosotros a la conclusión.