FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

viernes, 23 de diciembre de 2022

Una clase inolvidable.

El tiempo, muchas veces, purifica los recuerdos, borrando lo anecdótico, lo circunstancial y dejando el meollo, lo esencial, lo digno de ser recordado.

Y recordaba hoy que tal día como ayer, el último día lectivo antes de las vacaciones de Navidad, a última hora de la tarde, tuve una de las clases más memorables y conmovedoras de mi vida.

Es esa tarde siempre difícil. Con las vacaciones al alcance de la mano y el temario trimestral acabado, solo tienen, alumnos y profesores, ganas de salir del cole. Yo el primero.

No recuerdo tampoco si era aún EGB o la impresentable y demoledora ESO. El caso es que era un grupo de treinta y tantos alumnos de unos doce o trece años.

Sin nada concreto que hacer se me ocurrió pedirles que me fueran diciendo que es lo que desearían que les trajeran los Reyes Magos, fuera posible o no. Yo lo iba anotando en la pizarra. Veríamos en qué acababa aquello.

Poco a poco se fue llenando de muchos posibles regalos. Cuando alguno se repetía lo indicábamos con una marca para ver así cuales eran los más deseados.

Cuando ya todos habían hecho su aportación, y la pizarra estaba bien llena, les dije algo parecido a esto.

Si os traen los regalos que habéis pedido estaréis muy contentos ¿verdad? Pero ahora os pregunto, por muy contentos que estéis, ¿pensáis que os hará felices, felices de verdad?

Hubo un silencio, reconozco que inesperado. Me di cuenta enseguida que había tocado esa fibra que a veces se toca en lo hondo de las personas. Y entonces un chavalín rompió el silencio y dijo. A mí lo que me hace feliz es que me quieran y que se quiera la gente a la quiero.

Nuevo silencio.

Me sabía en uno de esos momentos inolvidables en la vida de un maestro. Me sentía pisando tierra sagrada, e indigno de estar en ella. En el corazón mismo de mis alumnos.

¿Pensáis todos lo mismo? Y la respuesta fue unánime. Algunos decían, sí, claro; otros asentían con la cabeza. Hubo quien se replegó en sí mismo, en un silencio personal.

Salir de estas situaciones no es fácil. Le di las gracias a quien con su sincera respuesta nos había llevado a todos hasta donde estábamos. Luego les dije que es verdad, que lo que nos hace felices, de verdad felices, es sabernos amados, amar y ver cómo se aman aquellos a quienes amamos.

Me faltaba rematar. Y acabé diciéndoles que esto es lo que celebramos en Navidad. Ese niño que nace en un pesebre, es Dios hecho hombre por amor, porque nos quiere. Y nos quiere porque quiere vernos felices y sabe, como vosotros sabéis, que ese es el único camino a la felicidad, el amor.

Y se hizo la hora de empezar las vacaciones. Y nos fuimos felicitándonos unos a otros, como es normal. Y yo salí de aquella clase como en una nube, dándole gracias a aquellos alumnos y a Dios por aquella última tarde antes de Navidad.

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