No
quiero ser aguafiestas pero creo que he de decir lo que va a pasar este fin de
semana en nuestros montes. Y no es bueno.
El
personal saldrá a ver la nieve, que no está lejos y hay mucha. Hasta ahí bien.
El problema está por una parte en la basura que demasiada gente dejará a su
paso, y por otra en el daño que van a hacer con los vehículos a pistas, caminos
y senderos, blandos por la abundante precipitación.
Los 4X4 y las motos de trial, cuando quienes los conducen
no tienen la más mínima conciencia medioambiental ni nada que se le parezca,
dejan el terreno por donde han pasado hecho una pena. Y las bicis de montaña, que
también son vehículos, y muy agresivos, destrozarán los senderos con más eficacia al estar reblandecidos. Pero ellos
tan contentos, con el barro hasta las cejas. ¡Cómo mola, tío!
Ahora
bien, no pasa nada. Decretada la emergencia climática ya estamos tranquilos,
¿no? No, no nos equivoquemos, la
emergencia es más que climática, es medioambiental en el sentido más amplio, y
aquí, en la Comunidad Valenciana, por muchos motivos, la situación es más grave
que en otros muchos lugares.
Pero
como aquí los medios de comunicación no han decidido elevar a los altares del
compromiso social a ninguna Greta, ni a un ningún Greto, pues lo dicho, no pasa
nada. Nada de nada.
¡Ale!
A pasarlo bien.
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