Curiosamente
se ha hecho viral este día de Reyes este fragmento de un bonito poema de
Unamuno.
"Agranda
la puerta, Padre, porque no puedo pasar.
La hiciste para los niños, yo he
crecido, a mi pesar.
Si no
me agrandas la puerta, achícame, por piedad;
vuélveme a la edad aquella en que
vivir es soñar."
Me
parece bien, pero prefiero compartir, otra vez,* este otro texto, pronunciado
por don Miguel, en Salamanca, en nombre del Presidente de la II República,
Alcalá Zamora, tal día como hoy del año 1935. Estas palabras deberían resonar
bien alto y llegar a cuanta más gente mejor de un modo muy especial estos días.
Entenderéis por qué.
“Hoy,
el día en que se celebra en el mundo cristiano la Adoración del Niño Dios por
los santos Magos —llamados después Reyes— Melchor, Gaspar y Baltasar—fiesta que
viene de abuelos a abuelos y de nietos a nietos hace siglos—, venimos vuestros
mayores —padres, tíos y abuelos— a regalaros juguetes de toda clase —menos
pistolas— para que aprendáis a jugar en paz en la vida, a jugar en paz la vida.
Y, sobre todo, venimos a que nos perdonéis. A que nos perdonéis muchos pecados
contra vosotros y, sobre todo, el de que no siempre os dejemos jugar en paz…con
este agasajo, con esta fiesta queremos ganar, más que vuestro agradecimiento, vuestro
perdón. Perdón, niños de España para vuestros mayores.”
“Son muchos los padres que os mandan a la
escuela para que no deis —dicen— guerra en casa, para que los dejéis en paz.
¿En paz? La guerra que dais jugando en casa ¡sí que es paz! La guerra condenada,
la del demonio, es la que solemos daros nosotros, los mayores. Hay quien se
queja de que vosotros, los niños de verdad —no esos chiquillos mal educados que
juegan a la guerra civil—, ocupáis y tapáis la calle con vuestros juegos…Mejor
es que nos echéis de la calle…Y sois vosotros los que tenéis que enseñarnos a
jugar. A jugar sin preocuparnos de ganar o perder el juego, sino a jugar bien.
Bien y en paz.”
“Os
hemos dado mal ejemplo, muy mal ejemplo, y estamos avergonzados de ello. No sé
si también arrepentidos. Nos figuramos que nuestros juegos son más serios que
los vuestros porque en los nuestros se matan los jugadores. Hay muchos de
nosotros que quieren enseñaros nuestros juegos. ¡Decidles que no !…Decidles que
las escuelas de España deben ser las verdaderas Casas del Pueblo, y que no
queréis que entren en ellas nuestros malditos juegos de guerra civil.”
Y
poniéndose después en lugar de un niño dice:
“Si
queréis que juguemos, que soseguemos vuestro remordimiento, renunciad a
vuestros juegos de muerte. Y a vuestros juguetes de destrucción. Y no nos
enseñéis a amenazarnos unos a otros. Enseñadnos a vivir en paz de trabajo en
casa y en la plaza pública. Que España sea una casa de familia. Y entonces os
perdonaremos.”
*Este
texto ya lo publiqué el 6 de enero de 2016. Lo veía entonces urgente. ¡Cómo lo
veré ahora!
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