FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

martes, 28 de enero de 2020

El pin parental.



Me estaba aguantando el deseo de escribir sobre el asunto del pin parental, pero ya no me aguanto más. Voy a hacerlo porque creo que no es de recibo lo que está sucediendo con esto, como con otras cosas, y hay que decirlo, con respeto, pero hay que decirlo.
Pienso que no es, como dicen muchos, un debate artificial inventado por la extrema derecha, sino la punta del iceberg de un problema muy grave y muy serio que, y vaya esto por delante, no tiene solución, al menos mientras tengamos en el Gobierno extremos, de un signo o del otro.
Creo que el tema está mal enfocado desde el principio por parte de todos. Por un lado, por centrar el problema en la educación sexual, y por el otro por considerar el tema como un ataque a la escuela pública. Estas dos cosas entre otras muchas, pero estas dos me parecen particularmente graves.
No estoy atacando a la escuela pública al decir que en ciertos centros y ciertas aulas sí hay manipulación ideológica. Asumir esto no es un ataque a la escuela pública, sino a la manipulación en la escuela, en cualquier escuela o instituto, sean públicos o no. Tengo desgraciadamente demasiados ejemplos de esto, algunos de los cuales ya he denunciado en el blog.
Manipulación como la ha habido y la sigue habiendo en las escuelas e institutos catalanes durante toda la democracia. Y de aquellos polvos vienen estos lodos.
Negar esto es de ser imbécil en el sentido no ofensivo de la palabra, es decir tonto, falto de inteligencia. O estar tan convencido de que mi forma de pensar es la única válida, y de que para que los niños y jóvenes sean adultos como se debe ser, la escuela ha de lograr, como sea, que todos piensen como yo y los míos, ¡claro!; no como “los otros” que son la perfecta imagen de Satanás.
Este es el problema. Por eso, circunscribirlo a lo sexual es un error que tiene como consecuencia centrar la atención en un solo aspecto, habiendo otros igual o más importantes, y eludir así el gran tema de fondo, educar en libertad.
Llegado a este punto, más de uno que pueda estar leyendo se defenderá de lo que estoy escribiendo con el mantra de moda, ¡Huy, este es de Vox! ¡Huyamos despavoridos! Me etiquetará y me echará a la basura. Y ¡claro! así no pensará.
No, yo no soy de ningún partido. Lo único que hago es ver, escuchar y pensar, y reconocer lo que creo cierto y válido independientemente de quien lo diga. Siempre he sido muy celoso de mi libertad de pensamiento.
Pero volvamos al tema. Al principio he dicho que este es un problema grave, serio y sin solución. ¿Por qué? Porque haría falta una honestidad, un respeto, una humildad por parte de todos los docentes, y un sentido democrático por parte de la administración educativa que no creo que se den nunca.
Estoy pensando en ese centro que, en octubre, puso a la entrada una enorme pancarta hablando del “9 d´octubre”, muy bonita, y junto a ella otra en la que ponía 12 de octubre, fiesta; y nada más. O esa profe de instituto que tachó la palabra España en el examen de un alumno escribiendo al lado, eso no existe. O esa maestra que tuvo que pedir el traslado porque fuera del aula hablaba castellano, en el aula hablaba el valenciano como podía, y no la entendían sus democráticos compañeros… Si esto no es manipulación…
No, no me parece bien el pin parental, porque no es una solución, es un remiendo parcial e inútil, como no me parece bien que se manipule a niños y jóvenes en las aulas. Por eso esto es un problema, sí que lo es, pero sin solución.
 Y me irrita sobremanera cuando dicen que es un invento de la extrema derecha, que es un debate artificial. Y tal y como está planteado así es, pero sí insinúa el problema de fondo. Y que la gente caiga en la cuenta de ese problema no interesa. De ahí la vehemencia con la que lo tildan de artificial y de invento de los ultras. Esto es la prueba más clara de que están echando balones fuera para no afrontar el reto que supone una escuela que eduque de verdad en el pluralismo y la democracia, sea pública, concertada o privada.
No quiero acabar estas líneas sin un reconocimiento a todos aquellos docentes que, en escuelas, institutos e incluso universidades, pelean día a día por educar con exquisito respeto a la identidad, la dignidad y la libertad de los alumnos y sus familias. También los hay, y muchos. Gracias a ellos seguirán incorporándose a la sociedad adulta jóvenes con espíritu crítico y libertad de pensamiento, aunque no sean ni mucho menos la mayoría.

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