FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

sábado, 18 de enero de 2020

¿Y por qué no lo hay? ¿Qué tenía de malo?



Organizando libros en casa me he encontrado con uno escrito por el jesuita Jaime Pons, publicado en 1929 por la editorial FTD. Se titula Cartilla moderna de urbanidad para niños. En el capítulo 4 habla del colegio. Con nueve preguntas y una breve historieta, esboza un alumno de los que ya no hay, pero si lo leéis serena y objetivamente igual os preguntáis, ¿y por qué no lo hay?,¿qué tenía de malo?

1. ¿Qué hace el niño bien educado al llegar al colegio?
Saluda respetuosa y brevemente al señor maestro y después se junta con los demás niños para estudiar, jugar o conversar con ellos.
2. ¿Cómo se porta en cuanto se da la señal de ir a clase?
Suspende el juego y la conversación, y se encamina al aula en la forma que está mandado.
3. ¿Cuál es la mayor obligación del discípulo?
Respetar y obedecer a su maestro.
4. ¿Qué postura guarda en clase el niño bien educado?
Ordinariamente está sentado, evitando cruzar las piernas o alargarlas desmesuradamente.
5. ¿Cuándo se pondrá en pie?
Siempre que el señor maestro lo mande, cuando hable con él y cuando entre en el aula algún superior o algún forastero.
6. ¿Cuál es la falta que más suele molestar en el colegio?
La falta de silencio, porque estorba a muchos y hace perder tiempo.
7. ¿Qué se tendrá presente al dar las lecciones?
Que se ha de hablar pausadamente, pronunciando con claridad y sin repetir palabras ni frases.
8. ¿Cómo nos hemos de portar con los compañeros?
Con paciencia y cariño, ayudándoles en todo lo que se pueda y esté permitido.
9. ¿Qué evita en clase el niño bien educado?
En clase el niño bien educado evita molestar a sus compañeros y reírse o burlarse maliciosamente de ellos cuando se equivocan al dar las lecciones.

El emperador Teodosio el Grande tenía dos hijos llamados Arcadio y Honorio; dioles por maestro a San Arsenio. Entró un día el Emperador mientras sus hijos daban las lecciones, y como viera que estaban sentados y el maestro en pie se enojó y les dijo afeándoles su comportamiento: "Habéis de saber que si a mí que soy vuestro padre me debéis el nacimiento y la esperanza de un corona, debéis a Arsenio un bien infinitamente mayor: la buena educación por la cual seréis príncipes virtuosos y dignos del trono". Impúsoles luego como castigo, que durante ocho días no llevaran las insignias de su dignidad en la corte.

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