FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

miércoles, 29 de enero de 2020

Olocau lo fundaron los vikingos.



Me ha llamado la atención la curiosa noticia de que han encontrado restos de un antiguo asentamiento vikingo en Olocau. Parece ser que fue una incursión pacífica que en el siglo III a.C. remontó, con veinte naves, el Turia, entonces navegable, y tras pactar con las autoridades de la ciudad íbera de Edeta, estas les ofrecieron el bonito enclave donde está hoy en día situado el pueblo, y allí fundaron un pequeño asentamiento.
Pero en el año 76 a.C. la Edeta íbera fue destruida por el general romano Sertorio y el poblado vikingo corrió la misma suerte, quedando abandonado hasta que lo ocuparon los árabes en el siglo VIII. 
Posteriormente Edeta, la actual Liria, se convirtió en una prospera e importante ciudad romana y los nórdicos terminaron fundiéndose con sus habitantes.
Es muy interesante esta presencia de vikingos en el levante ya en el siglo III a.C., ya que la siguiente incursión vikinga se produce, en plan saqueo, el año 858, es decir, en el siglo IX, doce siglos después.
El nombre de Olocau parece ser que se remonta también a este pueblo nórdico. Bautizaron su poblado en recuerdo de la ciudad de la que provenían Uflu, o sea Oslo, añadiéndole kad´us, pequeño, y le llamaron Uflu-kad´us, Oslo pequeño, lo que derivó a través del latín y el árabe en Oslocado y finalmente en Olocau.
¡En fin!, cosas de la historia, tan curiosas como falsas, porque todo lo que he dicho es mentira, es una pura invención, una tontería como la copa de un pino. Pero, a que parecía verdad. No he tenido más que ensamblar coherentemente una serie de datos, algunos ciertos y otros rotundamente falsos.
Estoy convencido, si no haced la prueba, de que mucha gente puede creer que Olocau lo fundaron los vikingos y le llamaron Oslocado si lee lo que he escrito arriba. Si además, en vez de yo, lo firma un técnico y pone sello oficial, tiene connotaciones emocionales para esa persona el hecho de que Olocau sea vikingo, y lo dicen por la tele, no sólo se lo creerá, sino que además lo defenderá ante quien haga falta. Y si el lector, además es joven, con no excesiva cultura y manipuladito desde niño, pues no digo ya hasta dónde puede llegar para defender semejante gilipollez.
Pensad ahora, no en el origen vikingo de Olocau, sino en cualquiera de las historias que nos cuentan los políticos y sus secuaces y que, tarde o pronto, acaban influyendo y determinando nuestras vidas. Cuentos, cuentos y mentiras que parecen verdades. Elaboran “productos” falsos, bien expuestos y decorados con datos verdaderos. Y luego nos los sirven, adecuadamente emplatados, a través de los medios de comunicación afines a ellos. Y tragamos. ¡Claro!
Esto es lo que está pasando, lo que en realidad pasa siempre, pero a veces de un modo más intenso, incluso más grotesco, y por lo tanto mucho más peligroso. Como ahora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario