Necesito
alejarme un poco de los acontecimientos para entenderlos, verlos “desde lejos”
para captar su verdadera dimensión. Eso
es lo que estoy haciendo estos días.
Y he
visto nuestra historia como una especie de juego de la oca en el que hemos ido avanzando
de casilla en casilla, según la suerte de los dados, con la única diferencia de
que a menudo al azar se le añaden decisiones nada azarosas.
Así,
desde esta perspectiva, he comprendido que tal día como hoy hemos vuelto a la
casilla de salida de la última partida que empezó en los años 30. Y una honda
tristeza y un escalofrío de miedo me han recorrido el cuerpo, digan lo que
digan los demás, como canta Raphael.
Volvemos
a empezar, porque parece ser que en esta España nuestra, eso de avanzar no
sabemos lo que es. Y eso es responsabilidad de todos, y subrayo lo de todos. En
la anterior partida, de una España dividida y enfrentada hasta la guerra,
pasamos a una dictadura y, tras una transición modélica, entramos en un período
democrático que nos ha permitido una larga época de paz y bienestar pese a los
muchos problemas que ha habido que afrontar.
Pero
poco a poco, aquel espíritu de la transición, de consenso, de respeto y juego
limpio, lo han ido disolviendo entre todos, y creo que hoy, justamente hoy,
podemos darlo por finiquitado.
Volvemos
a la casilla de salida. Lo único que me da un poco de esperanza, un poco, muy
poco, es que en esta partida hay variables nuevas, por lo que es posible que no
volvamos a las mismas casillas por las que ya pasamos, aunque al ver actitudes
y escuchar palabras de los que tiran los dados, parece que sí quieren volver a
las mismas, de hecho llevan años regodeándose en ellas, como deseándolas…
Además
está el problema de que esas variables nuevas están en declive. Europa, sin
norte y en descomposición; una clase media fuerte, cada vez más débil; un mayor
nivel cultural y educativo, pero en descenso y altamente manipulado; internet y
las redes sociales, peligrosa arma de doble filo… Pero sí, hay diferencias
entre los años 30 y estos años 20 recién estrenados.
Hagan
juego señores, hagan juego. Muevan los dados que volvemos a empezar. Una vez
más volvemos a empezar en este país de oportunidades perdidas. Porque esta vez
sí teníamos la oportunidad de crear una España por fin reconciliada, en paz y
libertad. Teníamos un futuro nuevo al alcance de las manos…, pero volvemos a
empezar.
Quiera
Dios que me equivoque.
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