Hay
noticias que me dejan perplejo, como la que acabo de leer en el Levante digital
que nos cuenta que la Guardia Civil está investigando de dónde sacaron el
alcohol, vodka, dos alumnas de un instituto de Calp que acabaron con
intoxicación etílica, es decir que “cogieron un pedo monumental” en los aseos
del centro.
No
entiendo que esto sea noticia, ni mucho menos que la Guardia Civil tenga que
investigarla, porque se tiene que ser gilipollas para pensar que nuestra
juventud temprana, y la no tan temprana, no tiene acceso libre al alcohol y a
las drogas donde y cuando quiera.
¡Pues
claro! Nuestros jóvenes, e incluso niños, saben cómo conseguir cerveza, whisky,
vodka, ginebra, porros y pastillitas. Lo saben. En los institutos suelen
controlarse, pero fuera de ellos ancha es Castilla, y mucho más en fin de semana.
En rincones cada vez menos ocultos, en fiestas populares tradicionales (no
quiero citar ninguna), en salas de fiesta y discotecas…
Sin ir
más lejos, el otro día, en el balcón del primer piso de una calle del pueblo, un
mozo, fumando un porro, saludaba a gritos a todo el que pasaba, lo conociera o
no. Y en la antigua vía, cuando hay fiesta, no digo de qué, a las seis de la
mañana bandadas de chiquillos pasean insomnes sus litronas y demás sin recato
alguno. ¡Me dan una pena!
Es de
idiotas pensar que la Guardia Civil tenga que investigar eso, porque la
Guardia Civil lo sabe casi todo, igual que la policía, igual que medio pueblo,
sea el que sea. Saben dónde y cuándo se consume, dónde y cómo se vende y quién trafica, al menos a
pequeña escala. Pero no pueden hacer más de lo que hacen, y ya hacen mucho,
muchísimo, por dos motivos.
Por la
legislación, extraordinariamente tibia, que hace casi inútil su intervención
quitándole toda eficacia, y por la asombrosa permisividad social que hay
respecto a estas cuestiones. Más aún, la mayoría de nuestros jóvenes tienen,
entre otras, tres cosas claras, que fumar porros es bueno y necesario, que
follar es urgente y también necesario para estar al día y ser guay, y que la
policía y la Guardia civil no merecen ningún respeto porque les acosan y
persiguen injustamente, dicen ellos.
Estoy
siendo muy clarito porque la noticia con la que he empezado me ha parecido
ridícula, como si viviéramos en el país de las maravillas de Alicia, como si un
número muy importante de nuestros jóvenes no entraran en el mundo de los
adultos a través del alcohol, la droga y el sexo prematuro.
Quizá
lo único noticiable del asunto sea que las niñas "cogieron el pedo" en el cole, y
ni eso, porque tal cosa, entiendo yo, no es cuestión de la Guardia Civil sino
del jefe de estudios y de los padres de las chiquillas. Entre otras, porque
cuando pillen a quien les facilitó el vodka, igual lo tenían en el mueble bar
de casa, no podrán hacer más que decirle, vigila a tus hijos, o sé “güeno” y no
lo hagas más, y esperar que encima no los manden a tomar viento por meterse en
sus vidas.
En
fin, en estas cosas casi lo mejor es mirar a otra parte, hacer la vista gorda,
hacerse el sueco (que nada tiene que ver con Suecia), decir mi hijo no hace
eso… Así dormiremos más tranquilos. ¿No?
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