FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

viernes, 6 de octubre de 2023

Ejercer o detentar.


 

Como un bichito de esos que se asoman a la entrada de su madriguera, husmean lo que hay fuera y vuelven a meterse en ella, estoy yo con la situación política que nos está tocando en suerte soportar.

Las poquísimas veces que desde el verano he osado poner la radio, la tele, internet o comprar un periódico, me he encontrado con el mismo panorama absurdo y repulsivo. Imposible leer o escuchar sin alterarme e indignarme. Y eso no es bueno para la salud. Además me he dado cuenta de que por mucho que me informe nunca hay nada realmente nuevo. Hojarasca hueca, demagogia. Es siempre más de lo mismo. Hacerlo pues, me parece masoquismo. Por eso no lo hago, y porque creo que lo tengo claro.

La esencia del problema que tenemos está en la adulteración absoluta de la democracia. La democracia es la voluntad de la mayoría y esa voluntad no se está respetando.

Me explico.

Habría que definir mayoría; porque hay dos mayorías que a veces coinciden y a veces no. Y ahora no coinciden, desde luego. La mayoría política y la mayoría social.

La mayoría política es la que nos da la aritmética parlamentaria que en este caso, por un ajustadísimo margen, conseguido con pactos desconcertantes incoherentes y peligrosos, ha acabado dando las llaves del poder a un delincuente.

La mayoría social es en este momento mucho más amplia. Está formada por todos los votantes del PP y de Vox, por muchos del PSOE que, aunque votan a su partido no comparten la deriva del sr. Sánchez y les preocupa, y por mucha gente que, diciendo pasar de la política, sí quieren estabilidad, tranquilidad, trabajo, irse de vacaciones, una cañita con unas bravas… Sin caer en la cuenta de que poder seguir disfrutando de eso depende de la política.

Estoy seguro de que lo que a esta gran mayoría social nos dejaría tranquilos y lo que de verdad garantizaría el progreso serían unos pactos del PSOE con el PP sobre  los temas centrales para el país, para cualquier país. A saber, educación, sanidad, medio ambiente, justicia y modelo de estado. Esos pactos, aunque fueran de mínimos, sí nos darían el progreso, el único posible y cierto.

Ejercer el poder basándose en la mayoría política y no en la social, cuando no coinciden, es una adulteración grave de la democracia y un golpe bajo al estado de derecho de consecuencias impredecibles. Y nunca es progreso por mucho que machaconamente nos lo digan.

En este caso no es ejercer, sino detentar, y la RAE, define muy bien la palabra en su primera acepción: Retener y ejercer ilegítimamente algún poder o cargo público. Porque cuando se da esta circunstancia, como ahora, sea desde los ayuntamientos hasta el Gobierno de la nación, y tenga el color que tenga, lo legítimo, lo honesto y lo realmente democrático es que gobierne quien goce de la mayoría social pactando con quien no la tenga, como he dicho, unos mínimos. Y que estos últimos hagan una oposición firme y coherente para conseguirla algún día.

Y este es mi análisis de lo que creo que está pasando. Todo lo demás, declaraciones, discursos, manifiestos, acusaciones mutuas, nada aporta, de nada sirve, nada cambia.

Una orgía de demagogia. Incertidumbre. Un frío negro y helado que se te cuela hasta los huesos si te paras a pensar en el futuro.

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