Este
es el bonito espectáculo con el que el personal que transita por el camino de
Cheste se encuentra casi siempre, siendo los caminantes quienes más lo sufren,
porque lo “disfrutan” más rato, y además huele. Los que van sobre ruedas, de
cualquier forma o tamaño, pasan más deprisa, ¡claro!
De vez
en cuando parece ser que el ayuntamiento lo limpia; bueno, alguien enviado por
ayuntamiento, pero dura poco, porque enseguida vuelve a amontonarse la basura alrededor
del contenedor que en ocasiones no está ni lleno. Y el caso es que el ecoparc está
a 2 kilómetros, 600 metros; lo he medido, por carretera asfaltadita y todo.
Es lo
que hay, decimos muchas veces últimamente. Pero yo pregunto, ¿qué es lo que
hay? Cerdos, cerdos con apariencia humana, con derecho a voto y todo, que viven
impunemente entre nosotros y que encima no dan jamones.
¡Qué
le vamos a hacer!
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